sábado, 18 de julio de 2020

Ver con los ojos del corazón

19 de Julio de 2020

parábolas del Reino | De la mano de MaríaEste fin de semana seguimos la lectura del capítulo 13 del evangelio de Mateo con tres parábolas más: El sembrador (que luego encuentra cizaña en su campo), la del grano de mostaza y la de la levadura...
No sé si a alguno le ha ocurrido que, en otros tiempos, cuando uno era joven, llegó  a creer y pensar que podía hacer grandes cosas, cambiar el mundo, hacer realidad sueños y utopías... Mis conocimientos, mis estudios, mi esfuerzo y mi ilusión parecían no tener límites. Supongo que era la fuerza misma de la juventud. Luego, la edad y la vida te hacen reflexionar y ver la realidad del mundo y de la sociedad que nos rodea.
¿Que otro mundo es posible? Sí, claro; pero cómo? Que deseamos una sociedad más justa y más fraterna...? Naturalmente; pero cómo se consigue?
Y semana a semana, mes a mes y año a año escuchamos y leemos el mensaje de Jesús, su buena noticia del reino... Y, tal vez no acabamos de captar la profundidad de su mensaje. Y nos repite la lección como si fuéramos alumnos de Primaria: "El reino de los cielos se parece a..."
Como comenta José Ant. Pagola: "Jesús tuvo que enseñarles a captar la presencia salvadora de Dios de otra manera. Les descubrió su gran convicción: la vida es más que lo que se ve. Mientras vamos viviendo de manera distraída sin captar nada especial, algo misterioso está sucediendo en el interior de la vida..."
Es muy posible que andemos buscando la salvación y la respuesta a nuestras preguntas en algún lugar externo, en alguien que venga a sacarnos de nuestras dificultades, algo así como un pequeño milagro que haga posible el cambio. Y mientras buscamos fuera Jesús de Nazaret apunta hacia dentro: "el grano de mostaza...", "la levadura..."
Resulta chocante, sorprendente... Bueno, puedo asegurar que cada vez que uso la levadura en alguna receta de la cocina me quedo sorprendido. Claro, no me pongo a analizar los elementos químicos que intervienen... No, me quedo al nivel de aquellas gentes que sembraban el grano de mostaza o de las mujeres que amasaban el pan de la casa.
Pues bien, ese granito de mostaza, esa levadura ya están dentro de nosotros... Dios, nuestro padre, ya ha depositado todo eso dentro de cada uno. O quizás no acabo de creérmelo?
El reino de Dios (como el grano de mostaza o como ese poco de levadura) ya lo ha sembrado en mí. Seguro! Ahora soy yo el tiene que ayudar a germinar ese granito de mostaza; meter ese poco de levadura en la harina, en la masa que me rodea y... sonreír ante la fuerza que Dios ha puesto en esa poquita cosa. Porque, claro, yo sólo soy eso una poquita cosa y la masa que me rodea es bien grande... Y ahí entra la confianza que tengo en Dios nuestro padre. Él sabe cómo funciona todo eso. Yo, como pequeña semilla, como poquito de levadura, voy a desaparecer y no veré cómo crece la planta, cómo se convierte en un arbusto tan grande... Tampoco veré cómo la masa fermenta y crece y crece... hasta hacerse una hogaza de pan maravillosa o un brioche exquisito. Los otros lo verán y lo gozarán. Y Dios nuestro padre sonreirá porque... "Así es el reino de Dios..." Y así vamos todos caminando hacia es vida que es fiesta, ternura, fraternidad, justicia... Así es el «reino de Dios».

Lectura del santo evangelio según san Mateo (13,24-43)


sábado, 11 de julio de 2020

Dar fruto

12 de Julio de 2020

Magisterio de la Iglesia | De la mano de María"Salió el sembrador a sembrar..." Así comienza el texto del evangelio de esta semana (es el capítulo 13 del evangelio de Mateo). Un texto muy conocido para los que solemos ir a la eucaristía. Por si acaso dejaré el texto al final del comentario.
"La parábola -explica Fray Marcoses un género literario muy apropiado para hablar de realidades trascendentes. Al partir de conceptos simples, tomados de la vida cotidiana y que todo el mundo conoce, trata de proyectarnos hacia una realidad que va más allá de lo material. La parábola, por estar pegada a la vida misma, mantiene el frescor de lo genuino y auténtico a través del tiempo y las culturas..."
Por eso, lo primero que tengo que hacer es abrir bien los oídos y el corazón y escuchar. No se trata de un cuento, una narración para entretener, para pasar el rato... Cada parábola de Jesús cuestiona mi vida, me pide una respuesta. Y si no hago nada, significa que ya he definido mi postura: continuaré mi vida como siempre...
Cuando Jesús de Nazaret dice "el reino de Dios está cerca..."  o señala que "está dentro de vosotros..." está seguramente comunicando su propia experiencia vital. Quizás, en más de una ocasión, hemos imaginado que la palabra que escuchamos o el sermón que nos predican es la semilla del reino del Dios, algo que nos manda nuestro Señor como hace el sembrador que arroja la semilla... Y entonces yo soy el campo de buena tierra, o el camino, o las piedras y zarzas...
Este comentario de Fray Marcos me ayuda a entender mejor la parábola. "La verdadera “semilla” es lo que hay de Dios en nosotros. Lo importante no es la palabra, sino lo que la palabra expresa. Esa semilla lleva miles de años dando fruto, y seguirá cumpliendo su encargo. El Reino de Dios está ya aquí, pero su manera de actuar es paciente..." 
El que yo escuche esta parábola no me hace un privilegiado. Dios derrama esa semilla y la siembra en cada uno de nosotros. En cambio sí soy responsable de escuchar o no, de acoger o no, de dejar que fructifique o no. Como dice el final de la parábola: "el que tenga oídos que oiga..." 
Entonces se nos ocurre que, tal vez, tenemos que hacer algo especial, obras grandes... Y Fray Marcos apunta lo siguiente: "Generalmente caemos en la trampa de creer que dar fruto es hacer obras grandes. La tarea fundamental del ser humano no es hacer cosas, sino hacerse. “Dar fruto” sería dar sentido a mi existencia de modo que al final de ella, la creación entera estuviera un poco más cerca de la meta. La meta de la creación es la UNIDAD. Yo no tengo que dar sentido a la creación sino impedir que por mi culpa pierda el sentido que ya tiene. Mi tarea sería no entorpecer la marcha de la creación entera hacia la consecución de su objetivo final..."
Y José A. Pagola escribe lo que sigue: "El evangelio no es una moral ni una política, ni siquiera una religión con mayor o menor porvenir. El evangelio es la fuerza salvadora de Dios «sembrada» por Jesús en el corazón del mundo y de la vida de los hombres..."
En medio de este mundo y esta sociedad que tenemos, si nos fijamos bien, resulta sorprendente encontrar tanta bondad, entrega, sacrificio, generosidad y amor verdadero... incluso en personas que no tienen nada que ver con la religión. Es que "salió el sembrador a sembrar..." y una parte cayó en tierra buena y dio grano: unos ciento; otros, sesenta; otros, treinta...
Texto del evangelio de Mateo (13,1-23)

Aquel día, salió Jesús de casa y se sentó junto al lago. Y acudió a él tanta gente que tuvo que subirse a una barca; se sentó, y la gente se quedó de pie en la orilla.
Les habló mucho rato en parábolas: «Salió el sembrador a sembrar. Al sembrar, un poco cayó al borde del camino; vinieron los pájaros y se lo comieron. Otro poco cayó en terreno pedregoso, donde apenas tenía tierra, y, como la tierra no era profunda, brotó en seguida; pero, en cuanto salió el sol, se abrasó y por falta de raíz se secó. Otro poco cayó entre zarzas, que crecieron y lo ahogaron. El resto cayó en tierra buena y dio grano: unos, ciento; otros, sesenta; otros, treinta. El que tenga oídos que oiga.»

sábado, 4 de julio de 2020

La sencillez de Jesús

5 de Julio de 2020

Seguimos leyendo y escuchando el texto del evangelio de Mateo. Y, hoy, me llama la atención esta expresión de Jesús de Nazaret: "Te doy gracias, padre, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla..."
Jesús habla de su mensaje, de la Buena Noticia, de lo que él considera lo importante, lo que vale la pena, lo que está por encima de todo... Sería algo así como el ABC del evangelio, algo que toda aquella gente sencilla, sin estudios, sin grandes conocimientos, sin títulos, sin importancia..., marginados más bien, captaba y sentía su corazón se llenaba de alegría y esperanza.
Fray Marcos me ayuda a centrarme en el mensaje: "Para los fariseos, la Ley era lo único absoluto. Jesús dice lo contrario: “El sábado está hecho para el hombre, no el hombre para el sábado”... Y Jesús les proponía un montón de parábolas y comparaciones para que cualquiera pudiera entender lo que él mismo vivía: Su confianza total en Dios; la sensibilidad y amor hacia los otros, de manera especial hacia los más débiles y marginados; que si ponemos más ternura y humanidad en nuestra vida nos estamos acercando a Dios... Y que eso es lo esencial. Por encima de todas las leyes, por encima del Templo y todos los dirigentes de la religión.
Y aquí vienen unas preguntas que se hacen incluso personas que saben, entienden y comentan los textos del evangelio. Fray Marcos escribe: "Si Dios se revela a la gente sencilla, ¿Qué cauces encontramos en nuestra institución (en la Iglesia) para que esa revelación sea escuchada? ¿No estamos haciendo el ridículo cuando seguimos siendo guiados por los “sabios y entendidos” que se escuchan más a sí mismos que a Dios? A todos los niveles estamos en manos de expertos. En religión, la dependencia es absoluta, hasta el punto de prohibirnos pensar por nuestra cuenta. Recordad la frase del catecismo: “doctores tiene la Iglesia que os sabrán responder”..."
Y José Ant. Pagola añade: "Solo dos preguntas: ¿por qué hay tanta distancia entre nuestra palabra y la vida de la gente? ¿Por qué nuestro mensaje resulta casi siempre más oscuro y complicado que el de Jesús?..."
Como que la Buena Noticia, el mensaje de Jesús, se ha quedado en manos de los sabios y entendidos y los fieles, la muchedumbre de seguidores sólo tienen que decir Amén. Es algo que viene de lejos y casi todos tenemos guardadas imágenes y personajes que resultaban verdaderos dueños y señores de la religión... Y como muestra Fray Marcos cita al Papa Pío IX que dijo: “solo hay dos clases de cristianos, los que tienen el derecho de mandar y los que tienen la obligación de obedecer”. Hoy ningún jerarca repetiría esas palabras, pero en la práctica, todos actúan desde esa perspectiva..."
Jesús de Nazaret nos propone un estilo de vida, no una religión. Nos ofrece una perspectiva nueva para nuestra vida en la que lo fundamental está en manos de todos: Amar como Dios me ama. Y amar a mis hermanos (a los que tengo más cerca, a los que nadie mira, a los más pequeños y olvidados) es lo que me ayudará a captar su estilo y su mensaje.
Fray Marcos completa su comentario así: "Jesús no quiere saber nada de religiones. Propone una manera de vivir la cercanía de Dios, tal como él la vivió. Esa Vida profunda es la que puede dar sentido a la existencia, tanto del listo como del tonto, tanto del sabio como del ignorante, tanto del rico como del pobre..."
A casi todos nos ha ocurrido que, en tratándose de la religión, confiamos más en los conocimientos de los que saben y entienden que en la experiencia de la gente humilde que, sin saber de letras y números, sabe y lleva en su propia carne la huella de la entrega, la generosidad y el don de sí misma. Continuamos dando más importancia a las normas morales y a la práctica de ritos y ceremonias que a la experiencia sencilla de la vida de Dios hecha carne en la relación con otras personas.
Sigue en pie la propuesta de Jesús de Nazaret: Vivir su experiencia de Dios, reflejada en nuestra relación con las demás personas, hombres y mujeres, niños y ancianos, enfermos y necesitados, oprimidos y marginados... Vivir, no saber! Ésa tiene que ser la marca de la comunidad de seguidores de Jesús que se reúne para recordar y revivir ese mensaje de Buena Noticia.
Texto del evangelio de Mateo (11,25-30)

sábado, 27 de junio de 2020

Contagiando fuerza para vivir

28 de Junio de 2020

Evangelio Seglar para el Domingo 13 del Tiempo Ordinario (2 de ...Texto del evangelio de Mateo. Un texto muy conocido, muy explicado y comentado  y que, a lo largo de nuestra vida, nos ha ido marcando dejando en nuestra vida un poso más bien negativo.
Me explico. Palabras como éstas: "El que quiere a su padre o a su madre más que a mí no es digno de mí; el que quiere a su hijo o a su hija más que a mí no es digno de mí; y el que no coge su cruz y me sigue no es digno de mí. El que encuentre su vida la perderá, y el que pierda su vida por mí la encontrará..."

Casi siempre se han tomado como una negación de lo que siempre ha sido y será más querido en la vida de cualquier persona. Y era muy común el afirmar que para acercarse a Dios, para ir al cielo, teníamos que sufrir. De ahí las penitencias, los sacrificios, aceptar todos los males y dolores como el verdadero camino para santificarnos. Eso era "tomar la cruz y seguir a Jesús camino del Calvario..."
Todo eso iba unido a la afirmación de que Jesús vino al mundo para sufrir por nosotros, a morir por nosotros y así salvarnos de los pecados.
En fin, una colección casi infinita de libros y documentos para argumentar y enseñarnos el mensaje que nos ha traído Jesucristo, nuestro Señor.

Pero, realmente es ése el mensaje que pregonaba y vivía Jesús de Nazaret? O es que leemos y entendemos mal su Buena Noticia?

Cuando Pedro, en una de sus primeras intervenciones quiere hablar de Jesús, dice: "Me refiero a Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del espíritu santo, que pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo..."
La Buena Noticia de Jesús es que Dios es amor, nuestro papá-mamá, y nos invita a todas a las personas a vivir, a ser felices, a una nueva humanidad. Ése es su objetivo.

Me gusta cómo lo dice José Ant. Pagola: "Las fuentes lo presentan siempre combatiendo el sufrimiento que se esconde en la enfermedad, las injusticias, la soledad, la desesperanza o la culpabilidad. Así fue Jesús: un hombre dedicado a eliminar el sufrimiento, suprimiendo injusticias y contagiando fuerza para vivir..."

Entendiendo así el mensaje de Jesús de Nazaret, sí es Buena Noticia. Y cuando sus seguidores se presentan combatiendo la enfermedad, las injusticias, la soledad, la desesperanza o la culpabilidad..., aunque no digan una palabra, son una Buena Noticia para el mundo.

Lo que ocurre es que cuando te pones a combatir la enfermedad, las injusticias, la soledad, la marginación, la discriminación, la opresión, los abusos... eso no gusta a cierta gente. 
Como escribe muy bien José Ant. Pagola: "...Pero buscar el bien y la felicidad para todos trae muchos problemas. Jesús lo sabía por experiencia. No se puede estar con los que sufren y buscar el bien de los últimos sin provocar el rechazo y la hostilidad de aquellos a los que no interesa cambio alguno. Es imposible estar con los crucificados y no verse un día «crucificado»..." 

Se entiende mejor lo que nos dice Jesús: "el que quiera seguir mi camino, que se prepare, que es muy probable que le preparen una cruz y que lo machaquen..." 
El objetivo no es sufrir, pasar penalidades, hacer muchas penitencias. 
La Buena noticia es la felicidad de que Alguien más grande y más importante que todos nos ama. A pesar de todas las deficiencias, de todos los errores, de ser poca cosa, de todo lo que me falta o me sobra... me quiere. Y lo que me ofrece y a lo que me invita es a vivir y actuar a su modo y manera.

Y completando esto que digo me parece muy clarificador lo que escribe Fray Marcos: "Hay que tener mucho cuidado al hablar del amor a Dios o a Cristo. En el evangelio de Juan está muy claro: “Un mandamiento nuevo os doy, que os améis los unos a los otros como yo os he amado”. Creer que puedo amar directamente a Dios es una quimera. Solo puedo amar a Dios, amando a los demás, amándome a mí mismo como Dios manda. Jesús no pudo decir: tienes que amarme a mí más que a tu Hijo. Recordad: porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve ser y me disteis de beber...
Texto del evangelio de Mateo (10,37-42)

sábado, 20 de junio de 2020

No tengas miedo

21 de Junio de 2020

Del texto del evangelio de Mateo que escuchamos este fin de semana me quedo con dos expresiones: La primera - "No tengáis miedo" y la segunda . "Lo que os digo de noche, decidlo en pleno día"...
Jesús de Nazaret, de forma insistente y por medio de muchas parábolas, contaba y explicaba la Buena Noticia del reino de Dios. Cómo entendía y cómo vivía una humanidad totalmente confiada en Dios, nuestro padre, y cuál tenía que ser el comportamiento en relación a las otras personas, hombres-mujeres, enfermos y marginados, extranjeros y no-judíos... 
Aquello no era el clásico sermón del rabino en la sinagoga... El hombre era más importante que el sábado. Si tu hermano tiene algo contra tí, si te has portado mal con él..., antes de ir a presentar tu ofrenda en el templo (antes de ir a misa, por ejemplo), ve a reconciliarte con él. Si por casualidad te topas con alguien que está en apuros, no des un rodeo, no pases de largo. Y así tantas cosas que iba diciendo que, al final, las autoridades religiosas (los máximos representantes de Dios) dicidieron que no podía seguir así... Seguro que los rumores no sonaban muy bien. Y ahí llegan esos avisos de Jesús: "- Lo que os digo de noche, decidlo en pleno día; lo que escuchéis al oído, publicadlo desde la azotea..."
"-No tengáis miedo!" Sólo pueden matar el cuerpo, pero no el alma. vuestro aliento y espíritu... Eso que escribe Mateo en su evangelio no debió de resultar fácil para aquellas personas que seguían al Maestro, especialmente cuando vieron la muerte en la cruz...
Ahora todo eso nos lo dice a nosotros. Lo que me habéis escuchado decir, todo lo que os he contado, esa manera nueva de entender la vida y la religión... no os lo guardéis dentro. Comunicadlo, haced que los demás lo sepan. Y no tengáis miedo! Es muy probable que, incluso dentro de la Iglesia, no todos estén de acuerdo... Poned vuestra confianza en vuestro Padre... (Y Jesús ponía el ejemplo de los gorriones que se venden por dos cuartos y de los cabellos que ni uno de ellos se cae sin que lo disponga vuestro Padre...
"La confianza -escribe Fray Marcoses la primera consecuencia de salir de uno mismo y descubrir que mi fundamento no está de mí. El hecho de que mi ser no dependa de mí, no es una pérdida, sino una ganancia, porque depende de lo que es mucho más seguro que yo mismo. Mi pasado es Dios, mi futuro es el mismo Dios; mi presente es Dios y no tengo nada que temer..." (Destaco esta última frase)
Eso que en Jesús era una actitud vital y constante ("en tus manos pongo mi espíritu, mi alma, mi vida") es un camino que tenemos que ir recorriendo. Es posible que, a lo largo de nuestra vida, nos hayamos encontrado con alguien que mostraba esa confianza en Dios de manera que, sin necesidad de muchas palabras, comunicaba una gran paz y serenidad en todo momento.
José Antonio Pagola  termina su comentario de esta manera: -"Jesús imaginaba a sus seguidores como un grupo de creyentes que saben «ponerse de su parte» sin miedo. ¿Por qué somos tan poco libres para abrir nuevos caminos más fieles a Jesús? ¿Por qué no nos atrevemos a plantear de manera sencilla, clara y concreta lo esencial del evangelio?"
Esa es la invitación que recibimos hoy: "Todo eso que me habéis escuchado en la iglesia, en el grupo o comunidad, o simplemente en la lectura del evangelio... Comunicadlo, hacedlo saber a los demás. Y no tengáis miedo! Confiad en vuestro Padre... Sí, también cuando las circunstancias pueden amenazar nuestra propia vida. 
Texto del evangelio de Mateo (10,26-33)

sábado, 13 de junio de 2020

Tu Palabra es Camino, Tu Cuerpo Fraternidad



Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo 14 de Junio de 2020

misa fano | Parroquia San Juan De La Cruz
Este domingo está señalado como la fiesta del Corpus... Este año será diferente; pero todos recordamos la fiesta y el estilo de siempre: Las procesiones, los ritos y ceremonias, las flores, los niños de Primera Comunión... También suenan en nuestra mente y en nuestro subconsciente todas las cosas que nos han predicado y enseñado.
La Eucaristía, el Cuerpo y la Sangre de Cristo, el Sagrario, la Misa rezada o cantada y todas las ceremonias que conlleva. Antes todo el mundo sabía y entendía de que qué va todo eso... (Hoy ya hay muchas personas que no saben ni entienden qué significa). 
Entonces, mi reflexión y mi pregunta: ¿Qué significa para mí la Eucaristía?
Voy a echar mano de lo que dicen teólogos como Fray Marcos, Pagola y otros.
Fray Marcos escribe: "La eucaristía no es magia...", aunque en más de una ocasión hemos pensado que era una especie de magia lo que hacía el sacerdote en el altar.
Otra cosa. "No debemos confundir la eucaristía con la comunión. La comunión es solo la última parte del rito y tiene que estar siempre referida a la celebración de una eucaristía. Tanto la eucaristía sin comunión, como la comunión sin referencia a la eucaristía dejan al sacramento incompleto..."
"La eucaristía no la celebra el sacerdote, sino la comunidad. El cura puede decir misa. Solo la comunidad puede hacer presente el don de sí mismo que Jesús significó en la última cena y que es lo que significa el sacramento. Es el sacramento del amor..."
"Los signos no son el pan y el vino sino el pan partido y el vino derramado. Durante siglos, se llamó a la eucaristía “la fracción del pan”. No se trata del pan como cosa, sino del gesto de partir y comer. Al partirse y dejarse comer, Jesús está haciendo presente a Dios, porque Dios es don infinito, entrega total a todos y siempre. Esto tenéis que ser vosotros. Si queréis ser cristianos tenéis que partiros, repartiros, dejaros comer, triturar, asimilar, desapare­cer en beneficio de los demás. Una comunión sin este compromi­so es una farsa, un garabato, como todo signo que no signifique nada..."
Todos esos párrafos en negrita está tomados del comentario que hace Fray Marcos. Son comentarios serios, profundos, que, tal vez, nos descolocan; pero que nos hacen profundizar en ese rito que celebramos cada semana o de ven en cuando.
José Ant. Pagola dice también esto: "Para celebrar la eucaristía dominical no basta con seguir las normas prescritas o pronunciar las palabras obligadas. No basta tampoco cantar, santiguarnos o darnos la paz en el momento adecuado. Es muy fácil asistir a misa y no celebrar nada en el corazón; oír las lecturas correspondientes y no escuchar la voz de Dios; comulgar piadosamente sin comulgar con Cristo; darnos la paz sin reconciliarnos con nadie..." 
Cuando pienso en la Eucaristía siempre me vienen a la mente las palabras de esa canción que se suele cantar a menudo: "Alrededor de tu mesa venimos a recordar que tu Palabra es Camino y tu Cuerpo Fraternidad..." Y ése tiene que ser la motivación más grande a la hora de reunirnos para celebrar la Fracción del Pan. Cuando Pablo comenta en una de sus cartas que cada vez que celebramos la Fracción del Pan estamos recordando y celebrando la Pasión del Señor..., ese darse como pan que se parte y se reparte..., nos está marcando el camino, cómo tenemos que vivir y el motivo de nuestro encuentro dominical. Sólo así nuestra celebración será verdadera y seguiremos las huellas de nuestro Maestro y Señor.
Texto del evangelio de Juan (6,51-58)

sábado, 6 de junio de 2020

Experimentar a Dios

2018-09-13: ¡Transformados por el amor de Dios! | Crismhom

Santísima Trinidad - 7 de Junio de 2020

Supongo que es normal que, a lo largo de los siglos, los sabios y doctores de la Iglesia hayan querido investigar, discutir y explicar cómo es Dios y así darnos un montón de razonamientos para enseñarnos y convencernos de su grandeza, de su poder, de su bondad y, también, de su justicia... De esa manera han llegado incluso a detalles que pueden resultar hasta ingeniosos. Lo de las tres personas, las naturalezas... Y nos quedaba grabado y muy claro aquello del ojo que todo lo ve... y la contabilidad exacta de todo lo que hacíamos y de lo que tendríamos que dar cuenta...

Ahora pienso que todo eso, a pesar de toda la buena voluntad, no ha servido de gran ayuda para hacer de nosotros unos buenos seguidores de Jesús de Nazaret.

Y este fin de semana se nos propone la fiesta de la Santísima Trinidad. Y, claro, nos preguntamos qué importancia tiene saber y tratar de entender qué y cómo es Dios.

Fray Marcos inicia su comentario así: "Tampoco hoy celebramos una fiesta dedicada a Dios; celebramos que Dios es una fiesta todos los días, que es algo muy distinto. La fiesta es siempre alegría, relación, vida, amor..."

Cuando Juan quiere hablar de Dios está apelando a su experiencia al lado de Jesús de Nazaret y escribe aquello de: "A Dios nadie le ha visto... Sólo el que ama a sus hermanos conoce a Dios. Y si no ama y dice que conoce a Dios, es un mentiroso"

Creo que tenemos que agarrarnos a lo que es básico y fundamental. Y aunque recitemos el Credo proclamando todo eso que dice: Dios todopoderoso creador del cielo y de la tierra... Y en Jesucristo... Dios de Dios, luz de luz, engendrado no creado... Y el Espíritu Santo... señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo... Aunque sigamos recitando todo eso, me parece que no es ése el camino que nos señala Jesús mismo. Porque todo eso tiene más de reflexión y deducciones de los doctores que no de experiencias vividas.
Tomo nota de lo que comenta José Antonio Pagola: "Jesús no sigue ese camino. Desde su propia experiencia de Dios, invita a sus seguidores a relacionarse de manera confiada con Dios Padre, a seguir fielmente sus pasos de Hijo de Dios encarnado, y a dejarnos guiar y alentar por el Espíritu Santo..."
Jesús de Nazaret nos comunica su experiencia de Dios. Lo ha sentido en lo más profundo de su ser y le da el calificativo de papá (mamá) - Abbá (en su propia lengua). Y cuanto más lo siente y lo vive, mejor percibe su aliento y su fuerza que es su Espíritu. Y a eso nos invita. Es su Buena Noticia.
Como escribe Fray Marcos: "Lo más urgente en este momento para el cristianismo, no es explicar mejor el dogma de la Trinidad, y menos aún, una nueva doctrina sobre Dios Trino... No se trata de explicar la esencia de la luz, sino de abrir los ojos para ver..."
José Ant. Pagola añade: "Antes que nada, Jesús invita a sus seguidores a vivir como hijos e hijas de un Dios cercano, bueno y entrañable, al que todos podemos invocar como Padre querido. Lo que caracteriza a este Padre no es su poder y su fuerza, sino su bondad y su compasión infinitas..." Y lo curioso es que todo eso, como escribe san Juan en su carta, no lo voy a encontrar en los ritos y ceremonias, en los rezos y meditaciones, sino amando a los hermanos. Mi oración, mi meditación y mis encuentros con la comunidad de hermanos son momentos para saborear y ahondar el mensaje de Jesús y sacar fuerzas para seguir adelante.
Y termino con esta nota de Fray Marcos: "Vivir la experiencia de Dios Trino sería convivir. Sería experimentarlo: 1) Como Dios, ser absoluto. 2) Como Dios a nuestro lado presente en el otro. 3) Como Dios en el interior de nosotros mismos, fundamento de nuestro ser. En cada uno de nosotros se tiene que estar reflejando siempre la Trinidad. Empezar por descubrir a Dios en nosotros, identificado con  nuestro propio ser. Descubrimos a Dios con nosotros en los demás. Descubrimos también a Dios que nos trasciende y en esa trascendencia completamos la imagen de Dios..."
Texto del evangelio de Juan (3,16-18)

Dios no mandó su hijo al mundo para condenar...

...sino para se salve por él 14 de septiembre 2025 (Fiesta de la Exaltación de la Cruz) El texto que nos ofrece este fin de semana la Iglesi...