martes, 31 de agosto de 2010

Invita a pobres


29 agosto 2010 - 22º domingo tiempo ordinario
"Cuando des una comida, no invites a tus amigos... porque corresponderán invitándote..." "Invita a pobres, lisiados, cojos y ciegos, porque no pueden pagarte..."
Es la paradoja del Reino. El nuevo estilo y manera de vivir.
Frecuentemente hacemos una adaptación del evangelio y de la religión a nuestra manera de ser y vivir. Incluso a Dios mismos lo hacemos y convertimos a nuestra medida y tamaño. Llegamos a a creernos que piensa y actúa a nuestra manera. Y cuando Jesús de Nazaret nos indica cómo es Dios, nos despista y desorienta. Hasta nos parece injusto.
-Que Dios es nuestro padre. Nos parece bien, en cuando nos afecta y beneficia.
-Que Dios acoge al hijo pródigo sin pedirle cuentas ni justificaciones... Ah, eso no! Porque no hay derecho a que "después de despilfarrar sus bienes" vuelva a casa y le acoja y le haga una fiesta....
-Que Dios acoge a los pecadores y les perdona... Bien, porque nosotros también somos pecadores.
-Que hace pasar delante a los humildes, a los pobres, a los marginados... No entendemos por qué. Cuando son personas que no cumplen las normas, ni siguen los mandamientos...
-Que Dios salva y premia a los buenos, a los cumplimos... Nos complace porque nosotros procuramos ser fieles y hacemos buenas obras.
-En cambio eso de que valore más a un samaritano que ayuda a un herido en el camino... y le valora más que al sacerdote o al levita que sirven en el templo... nos descoloca porque no distingue el Templo o lo sagrado...
Y así ocurre con muchos detalles.
"Cuando invites a una comida o cena... no invites a tus familiares, amigos y conocidos que luego te devolverán la invitación..."
Y en otra ocasión dice: "Si saludáis y hacéis el bien a vuestros amigos y parientes, qué tiene eso de maravilla? Qué tiene de especial? También los paganos lo hacen..."
Y ahí Jesús de Nazaret nos da las nuevas pistas. ¿Cómo tenemos que actuar? No nos dice lo que tenemos que saber o aprender. No! Porque no es cuestión de palabras y doctrinas; sino de cómo hacer las cosas, cómo vivirlas...
"Vosotros, sed perfectos como vuestro padre es perfecto". Sed compasivos como vuestro padre lo es, él que hace salir el sol sobre buenos y malos...
Y entonces nos dice eso que hemos leído y nos desconcierta: "Cuando invites..., invita a pobres y marginados, a cojos y desvalidos... porque no te lo podrán devolver ni pagar..."
Es como querer quitar de nuestra vida el hacer las cosas por el interés, por negocio, para aprovecharnos...
Y así intentar actuar siguiendo esa palabra de Jesús... de manera que vaya creciendo en nosotros una nueva humanidad: eso sería ser hombres a la manera de Dios.
Eso es lo que más deseo. Amén.

miércoles, 25 de agosto de 2010

Hay últimos que serán primeros


22 agosto 2010 - 21º domingo tiempo ordinario
-Entrar por la puerta estrecha

A lo largo de mi vida he escuchado comentarios sobre esta palabra de Jesús: "entrad por la puerta estrecha" y siempre parecía que lo que hacía falta era hacer penitencia, privarse de cosas, ofrecer sacrificios a Dios... Algo así como hacerse sufrir y evitar las facilidades. Evitar el camino ancho y cómodo tomando una senda de montaña dura y escarpada...
Y quizás, en cierto sentido, tenían razón; pero me creo que tiene más que ver con el estilo de vida y las motivaciones que tenemos.
Si lo que Jesús nos repite una y otra vez es que lo importante es el Reino, sus palabras siempre irán referidas al mismo.
Y puede que hayamos puesto nuestra seguridad y salvación en cosas que no implican aceptar y vivir al estilo de Dios. Y dice Jesús que habrá muchos que comenzarán a decir: "Hemos comido contigo y has enseñado en nuestra plazas..."
Jesús, nuestro Maestro, utiliza ese lenguaje en forma de cuentos y parábolas y, a lo mejor, estamos pensado que se refería a los fariseos, a los judíos que no le hacían caso... Pero creo que eso que dice es para nosotros también. Y podemos pensar que por eso de estar bautizados y de ir a misa ya cumplimos con los requisitos del Reino de dios: "Hemos comido contigo..., has enseñado en nuestras plazas o en nuestras iglesias..."
Y nos advierte que dios mismo no está diciendo: "No sé quiénes sois".
Nos parece una barbaridad, verdad? Porque creyendo estar entre los primeros, a lo mejor nos encontramos entre los últimos. Y pasarán delante gentes de Asia y África que, sin tantas ceremonias y prácticas de piedad, sin tantas teorías sobre Dios "se sentarán a la mesa en el Reino de Dios".
Y tenemos que volver nuestra mirada a las señales que nos da Jesús: Hacer de nuestro mundo y nuestro entorno un mundo más justo, más humano y más fraterno. Esforzarnos para que la "salvación" llegue a todos. Y cuando decimos salvación nos referimos a las personas (no estamos hablando de las almas como de algo que está por encima de este mundo).
Naturalmente, los más necesitados son esos que, en nuestro mundo, están en último lugar: pobres, desamparados, inmigrantes, ancianos abandonados, los despreciados, los dejados de lado... Tal vez sea ésta la "puerta estrecha". Y esos últimos de nuestro mundo sean esos primeros en la mesa del Reino de Dios. Esa puerta estrecha es como la entrada de servicio, la de los criados y sirvientes, la de los pobres y menesterosos...
Entonces nuestra conversión y cambio tiene mucho que ver con nuestro mundo. De modo que podríamos decir que para acceder a la mesa del Reino tenemos que aprender a ver a todos esos últimos e implicarnos para que les llegue a ellos la salvación, una vida mejor y más humana... Es entonces cuando estaremos entrando por la puerta estrecha de los pobres.
Y es que, hablando en lenguaje humano, lo que a Dios le molesta más es una sociedad como la nuestra en la que millones de personas se mueren de hambre, unos pocos disponen de muchos medios y riquezas mientras muchísimos carecen de lo más elemental... U parece que le preocupa menos si hemos rezado mucho, si recibimos todos los sacramentos o escuchamos las palabras escritas en los evangelios... Si no nos esforzamos para que llegue el Reino de Dios, nos dirá: "No sé quiénes sois".
Así pues, después de reflexionar sobre esa palabra de Jesús, pido a Dios, nuestro padre, que me haga ver claro y me ayude en ese empeño para que llegue su Reino en mi casa, en mi entorno, en mi mundo. Amén

sábado, 14 de agosto de 2010

Dichosa tú que has creído


15 de agosto - Fiesta de la Asunción de María
-Ahora se estableció... el reinado de nuestro Dios
-Si por Adán murieron todos, por Cristo todos volverán a la vida
-Bendita tú entre las mujeres... Dichosa tú que has creído...

Qué difícil resulta hoy en día entender el lengua de las lecturas de hoy!
Hacemos fiesta de la exaltación de María, madre de Jesús de Nazaret y con un lengua y visión humanas tratamos de decir lo que habríamos hecho nosotros en el lugar de Dios.
En ese lenguaje muy humano, como no podía ser de otra manera, se habla de un cielo, de otro mundo que está por encima del nuestro, y se dan explicaciones de lo que sucedió o sucederá "al final de los tiempos".
Y como no podemos apoyarnos en nada ni tenemos ninguna experiencia de lo que pasó o pasará al final, nos quedamos en la nubes.
María, madre de Jesús, como ocurre con todas aquellas personas queridas , nos ha dejado una marca y señal profunda. Como mujer y como madre -al igual que en la mayoría de los pueblos y culturas- fue la formadora, la continuadora de la tradición, la enseñante y transmisora de su fe y religiosidad.
Y cuando escuchamos y seguimos a Jesús de Nazaret, podemos decir que, a través de su madre María, recibimos la fe de Israel y las ansias y esperanzas de todo un pueblo.
Y Jesús nos hace caminar hacia la Buena Noticia del Reino:
-Que Dios es nuestro padre
-Que Dios no hace distinción de personas
-Que cada uno de nosotros llevamos un pedacito de vida de Dios
-Que su reino está dentro de nosotros
-Que no nos apeguemos a las cosas y fijemos nuestro corazón en el nuevo estilo de vida
-Que lo importante es la misericordia y la compasión
-Que Dios está a nuestro lado y que lo encontramos en todo
-Y que no son las leyes, los ritos los que nos salvan
-Que nuestra salvación es un regalo de Dios y lo que importa es que lo aceptemos
-Que Dios es amor y sólo y únicamente cuando amamos nos acercamos a él.
-Y que es muy importante que amemos como él lo hace: gratuitamente... Es la diferencia de los "hijos de Dios"
Todo eso y mucho más fue el camino que Jesús nos iba mostrando.
Claro que no siempre era fácil de entender. Su madre y su familia eran judíos religiosos y piadosos. Y parecía que Jesús no da importancia al Templo de Jerusalén, a las normas y tradiciones. Y la familia se sintió molesta...
Y María que, como dice Lucas en su evangelio, no debía entender bien todo aquello... "guardaba todas aquellas cosas en su corazón"...
El relato de la visita de María a su prima Isabel (visita real o simbólica) nos sirve para reflexionar sobre esa perspectiva que aparece con regularidad en los profetas de Israel:
Dios se abaja hasta los humildes y desconoce a los engreídos y orgullosos. A los pobres de este mundo les tiende su mano y despide de vació a los ricos...
Es la visión de ternura y compasión de dios en la perspectiva que Jesús irá subrayando a lo largo de su vida.
Por eso hoy, recordando a María la madre de Jesús, celebramos que ella y muchos seguidores de Jesús a lo largo de la historia han aceptado (y me incluyo al igual que muchas otras personas que participamos en la eucaristía y en la vida de la iglesia), hemos aceptado esa visión de Jesús, esa manera de pensar y de vivir que Lucas pone en boca de María.
Isabel dice a María: "Dichosa tú porque has creído"
Juan, en su evangelio dirá. "Dichosos aquellos que creen sin haber visto"
Y nosotros, aún sin conocer los misterios ni el más allá, ni lo que ocurrió o sucederá después, celebramos hoy que al intentar vivir el reino de Dios nos sentimos salvados, apoyados y con fuerza, gozando ya lo que puede suponer vivir como Dios, amar y entregarnos como él lo hace... y alcanzar la vida en su máxima intensidad, como es la fuente de la vida de todos nosotros.
Amén.

jueves, 12 de agosto de 2010

Peor que una cárcel


CIE de Zapadores (Valencia): "¿Y esto no es peor que una cárcel?"
Un interno denuncia desde dentro del CIE de Zapadores (Valencia) las condiciones en las que viven.
Toni Martínez | Diario Latino | 5-8-2010 a las 13:50 | 1292 lecturas | 13 comentarios
www.kaosenlared.net/noticia/cie-zapadores-valencia-esto-no-peor-carcel
Mapa del CIE de Zapadores elaborado por un interno

Elvin no llora, no suspira ni siquiera se lamenta. Sólo quiere alzar la voz mientras está recluido en condiciones insalubres. “No tengo nada que perder, por eso quiero que antes que me deporten la gente sepa qué sucede aquí dentro”. Elvin Andrés Ruiz es un joven boliviano de 25 años que se ha atrevido a contar a este periódico qué está pasando en el Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Valencia.

Para Elvin, lo que debería ser un centro de acogida es algo peor que una cárcel. “Aquí no tenemos nada que hacer, sólo ver pasar los días y en condiciones muy malas”. Los internos critican que viven casi hacinados y sin tener apenas garantías sanitarias.

“Sólo tres letrinas, tres grifos y seis duchas: sólo eso para los más de 100 internos” cuenta. Además, la limpieza es muy escasa por lo que los urinarios son un foco de infección constante. Eso cuando pueden ir al baño, ya que durante las nueve horas en las que se encuentran encerrados en la celda no tienen acceso a las letrinas. “Méate en una botella si quieres”, les dicen los policías (¿carceleros?). Cabe recordar que en el CIE se encuentran personas recluidas por una falta administrativa (no tener papeles) y por lo general no han cometido ningún delito. Elvin explica que la policía llega a gritarles, haciendo llorar a la gente que no sabe qué va a pasar con ellos. “Los trastornos están a la orden del día, hay muchas personas que se deprimen y no intervienen nunca psicólogos ni reciben ninguna atención”.

MALTRATO POLICIAL

En las tres semanas que ha pasado dentro del CIE, Elvin ha vivido varias situaciones violentas. La primera de ellas fue cuando Said, un joven marroquí, quiso quitarse la vida usando las sábanas como cuerdas, ya que tenía a su madre moribunda en Marruecos y quería ir a darle el último adiós. Los compañeros amenazaron con una huelga de hambre que acabó con la intervención de los antidisturbios y un encierro general de los internos durante casi 12 horas.

Otro caso es el de Murhi Nayea, un senegalés de 32 años que tiene una contusión en la cabeza y necesita una medicación específica que no recibe. Según Elvin, cuando se negó a salir de su habitación porque estaba muy enfermo fue encerrado durante dos días en un calabozo de dos metros cuadrados.“La tensión es constante, las condiciones son terribles, no hay espacio para atender a más de 100 personas durante 60 días” añade Elvin.

Además, los policías no avisan de cuándo se va a ejecutar la orden de expulsión, así que a los internos no tienen tiempo para avisar a sus abogados. “Simplemente entran de madrugada sin previo aviso. Sin dejarte hacer una llamada te llevan directamente al aeropuerto”.

‘SÓLO QUIERO DIGNIDAD’

Este viernes puede que se ejecute la orden de expulsión de Elvin. Probablemente llegará a Bolivia con algunas imágenes que permanecerán en su retina para siempre: aquella de cuando vio a un policía darle una patada por la espalda a su compañero Rubén o cuando un interno paquistaní fue golpeado en el pecho mientras comía por no saber español. Tampoco olvidará la imagen de esa botella que le servía de retrete en las largas noches de encierro y de sed. Eso sí, de este lado del charco dejará una denuncia que día a día fue trabajando en sus horas de encierro: midiendo habitaciones, contando las sucias letrinas y todo para que nadie más sea tratado como él: “Yo sólo quiero que se sepa esto por el sentido de la dignidad de nosotros: somos personas”.


¿POR QUÉ LE LLAMAN GUÁNTANAMO ESPAÑOL? HE AQUÍ LAS RAZONES:

Nueve horas encerrados sin poder salir ni al baño. Hay un total de 21 celdas que miden 4 metros de ancho y 5 de largo. En ellas se alojan hasta 8 internos en 4 literas y pasan dentro hasta 9 horas encerrados. Usan botellas como único recurso para orinar.

No hay agua potable. En Valencia no se recomienda beber agua del grifo y los internos no disponen de agua embotellada, sólo la reciben en las horas de la comida.

Sólo hay 7 urinarios para 120 personas. Se reducen a 3 cuando los internos están fuera de las celdas porque la zona se cierra. Para poder defecar no tienen W.C., sólo seis agujeros que no llegan a ser ni letrinas y que se convierten en un gran foco de infección.

Ven la luz dos horas al día. Salen al patio una hora por la mañana y otra por la tarde sin ningún tipo de actividad. En el patio hay tres lavarropas para el más de un centenar de internos que están allí encerrados.

Hay 6 duchas para 120 internos. Aunque sólo están operativas durante 1 hora y media: en ocasiones sólo sale agua hirviendo.

No hay atención psicológica. Incluso denuncian que no tienen atención médica de ningún tipo durante el fin de semana.

martes, 10 de agosto de 2010

La nobleza


Una palabra que, como ocurre con tantas otras, tiene varios sentidos y acepciones.
Los libros de historia nos hablan de los "nobles", personas cargadas de títulos, de poder y de riquezas que decidían la vida de mucha gente por el simple hecho de haber nacido en determinado lugar y familia.
También hoy en día algunos medios de comunicación, especialmente revistas y programas del corazón, nos informan de los más pequeños detalles de esa clase de gente "noble" como si fuera el espejo en el que debemos mirarnos: la moda de sus ropas, sus viajes y vacaciones, sus casas y palacios, sus diversiones y, como no, sus aciertos y desaciertos en sus vidas familiares...
Y, después de ver y oír sus venturas y desventuras, creo que a muchos de ellos habría que quitarles para siempre el adjetivo de "noble". Y me gustaría subrayar que sólo es un adjetivo. Nada más. Por mucho que se lo crean y nos quieran hacer tragar. Un adjetivo que han recibido sin esfuerzo alguno. Lo que quiere decir que no tiene ningún mérito.

El otro sentido que le damos a esa palabra hace referencia al modo de ser de una persona.
Tu vecino, tu amigo, un conocido tuyo... es noble.
Y eso quiere decir que te fías de él, que respeta su palabra, que es honrado, que presta atención a las personas...

Estaba leyendo "El escritor" de Yasmina Khadra y me encontré con esta referencia que parece responder a lo que estoy comentando:
"-Yo nací en Kenadsa...
-Vengo de la zauia de Sidi Abderrahmane.
-¿Un noble?
-La nobleza no tiene nada que ver con las clases o las casas -le advertí-. Es inherente al ser humano, señor. El hombre nace noble; pero después de descarría y se hace plebeyo. La nobleza está en la mirada que le dedicamos a los demás. La trivialidad, también. Ser valiente, honrado o correcto, eso es ser noble. Ser malo. tramposo o perezoso, eso es ser plebeyo".

Cómo me gustaría que nuestros medios de comunicación nos fueran instruyendo en ese tipo de nobleza! Que nos mostraran a gentes con ese sentido humano de lo que es ser noble...

sábado, 7 de agosto de 2010

Donde esté tu tesoro...


8 de agosto. domingo 19º tiempo ordinario
-La noche de la liberación se anunció de antemano...
-La fe es seguridad de lo que se espera y prueba de lo que no se ve...
-Donde está vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón... Estad preparados porque a la hora que menos penséis viene el hijo del hombre...

Intento leer y escuchar las palabras de Jesús como lo debieron hacer muchos de aquellos hombres y mujeres de Palestina. Ellos, al igual que nosotros y la mayoría de nuestros antepasados, se encontraban en situaciones nada fáciles. No es que tuvieran tiempos de crisis económica. No! Su vida entera se veía gobernada y regida por unas condiciones de dominio y poder que apenas si les permitía subsistir viviendo pobremente y con bien poca cosa.
Y Jesús de Nazaret conocía personalmente esa situación. Por eso sus palabras hablan de realidades que todos podían ver y tocar. Sus parábolas son como pequeños cuentos que formaban parte de sus conversaciones: los campos, los rebaños, la viña, los graneros, el pan, la lámpara, el aceite... Eran las pequeñas cosas. También la necesidad y los posibles robos de alguien más necesitado todavía...
Así pues, les decía que "el reino de los cielos" es parecido al que trabaja en la viña, o al pastor que cuida de sus ovejas o la mujer que amasa el pan...
También hablaba de los sueños y esperanzas que todos guardaban en su corazón: el tesoro escondido que uno puede encontrar o la boda maravillosa de un rey a la que te han invitado, o la gran cosecha que necesita granero más grande...
¿Qué harían?... Pues el reino de Dios se parece.
Para aquellas gentes de hace 2000 años, en aquella situación y condiciones económicas, su tesoro podía ser "la oveja perdida y hallada", "la moneda perdida y hallada", "el hijo que se había perdido y ha vuelto", "el pescador que ha tenido muchísima pesca", "el que encontró un tesoro en un campo"...
Hoy en día, para nosotros en 2010, nuestro tesoro puede concretarse en un buen hijo o hija, en un excelente trabajo, en una colocación muy rentable, en una salud magnífica...
En realidad, a lo largo de la vida, vamos señalando muchos pequeños tesoros que nos llenan de satisfacción y, a veces, también de preocupación y sacrificio.
Y Jesús de Nazaret que oyó muchísimas narraciones parecidas a lo largo de su vida, nos dice: "Donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón..." Y todos decimos: Así es.
Nos queda por rumiar en nuestro corazón esas dos cosas: 1º Cuál es nuestro tesoro y 2º Sabremos dónde está nuestro corazón.
El domingo pasado, en la misma narración de Lucas, decía Jesús aquello de "no pongáis vuestra confianza en los bienes", en las cosas que pasan..."porque vuestra vida no depende de vuestros bienes..."
Hoy, siguiendo con el mismo tema, podemos intentar reflexionar sobre nuestro tesoro y en qué ponemos nuestra confianza. Es como preguntarse qué es lo que nos hace suspirar...
Para los que ya hemos alcanzado cierta edad, que ya estamos jubilados, es posible que lo que más nos hace suspirar sea nuestra salud, la vida que se nos va y parece que se escapa demasiado rápido. También es posible que lo sea la familia (los hijos o en algunos casos los padres más ancianos)... Quizás nuestra casa sea nuestro pequeño tesoro.
Y ahí está nuestro corazón. Contento en unas ocasiones, preocupado en otras.
Y Jesús nos señala que existe un tesoro diferente, algo que los ladrones no pueden robar, bienes que no se estropean y tampoco tienen fecha de caducidad.
El otro ejemplo que utiliza es el del servicio. Eran tiempos en los que los siervos debían estar bien atentos y vigilantes de manera que el señor, el amo, el patrón los encontrara preparados y despiertos a cualquier hora.
Como en la actualidad (año 2010) no vivimos en tiempos de amos y siervos, nos centraremos mejor en el tema del tesoro, en lo que más queremos, lo que más apreciamos.
Con todos esos ejemplos Jesús nos quiere señalar el reino de dios como un tesoro de verdad, como algo que no se pasa ni caduca y que nadie nos puede robar.
No es algo que pueda guardar en mi cartera o en la cuenta del bando. Tampoco se trata de comer y beber, de gozar y divertirse. Ni hacer referencia a puestos de mando y poder. O ser más que los otros...
A fuerza de escucharle intuyo que Jesús habla y se refiere a una manera de ser y de vivir.
Un tesoro es mi vida, esa pequeña parte de Dios que he recibido. Un tesoro frágil que se puede romper y quebrar. Un tesoro que no sé lo que me va a durar...
Entonces lo que importa es el modo como la vivo, no las cosas que pueda yo acumular. Así está la clave.
Estoy leyendo un libro delicioso que se titula: "Señor Dios, ésta es Ana". Así, es la manera como se presenta y reza una niña de 5 años... A un momento dado, esa niña, Ana, viene a decir que lo que Dios quiere es que seamos como él, como Dios...
Me pareció una observación preciosa. Ser como Dios... Y me recuerda la frase de Jesús: "Sed perfectos como vuestro padre es perfecto...", tiernos de corazón, compasivos, acogedores, capaces de compartir... De esa manera se irá haciendo presente en nosotros el reino de Dios, nos iremos pareciendo a él que es la mejor manera de encaminarnos a la casa del padre, a reencontrarnos con el origen mismo de nuestra vida... Amén

viernes, 6 de agosto de 2010

Mujeres Bravas



Me ha gustado tanto que lo inserto tal cual...

Vale la pena que los hombres aprendamos a dejar atrás el machismo y todos los modelos que nos propone.


"ELOGIO A LA MUJER BRAVA"

Para quien no lo sepa, Héctor Abad nació en Colombia en 1958 y se recibió en Literatura moderna en Italia. Regresa a Colombia en 1987 cuando un grupo paramilitar asesina a su padre (médico defensor de derechos humanos y fundador de la que ahora es la facultad de medicina), pero vuelve a Italia por amenazas recibidas. Regresa en 1993, aproximadamente, y en la actualidad reside en Bogotá.

Por Héctor Abad
Estas nuevas mujeres, si uno logra amarrar y poner bajo control al burro machista que llevamos dentro, son las mejores parejas.
A los hombres machistas, que somos como el 96 por ciento de la población masculina, nos molestan las mujeres de carácter áspero, duro, decidido. Tenemos palabras denigrantes para designarlas: arpías, brujas, viejas, traumadas, solteronas, amargadas, marimachas, etc. En realidad, les tenemos miedo y no vemos la hora de hacerles pagar muy caro su desafío al poder masculino que hasta hace poco habíamos detentado sin cuestionamientos. A esos machistas incorregibles que somos, machistas ancestrales por cultura y por herencia, nos molestan instintivamente esas fieras que en vez de someterse a nuestra voluntad, atacan y se defienden.
La hembra con la que soñamos, un sueño moldeado por siglos de prepotencia y por genes de bestias (todavía infrahumanos), consiste en una pareja joven y mansa, dulce y sumisa, siempre con una sonrisa de condescendencia en la boca. Una mujer bonita que no discuta, que sea simpática y diga frases amables, que jamás reclame, que abra la boca solamente para ser correcta, elogiar nuestros actos y celebrarnos bobadas. Que use las manos para la caricia, para tener la casa impecable, hacer buenos platos, servir bien los tragos y acomodar las flores en floreros. Este ideal, que las revistas de moda nos confirman, puede identificarse con una especie de modelito de las que salen por televisión, al final de los noticieros, siempre a un milímetro de quedar en bola, con curvas increíbles (te mandan besos y abrazos, aunque no te conozcan), siempre a tu entera disposición, en apariencia como si nos dijeran “no más usted me avisa y yo le abro las piernas”, siempre como dispuestas a un vertiginoso desahogo de líquidos seminales, entre gritos ridículos del hombre (no de ellas, que requieren más tiempo y se quedan a medias).
A los machistas jóvenes y viejos nos ponen en jaque estas nuevas mujeres, las mujeres de verdad, las que no se someten y protestan y por eso seguimos soñando, más bien, con jovencitas perfectas que lo den fácil y no pongan problema. Porque estas mujeres nuevas exigen, piden, dan, se meten, regañan, contradicen, hablan y sólo se desnudan si les da la gana. Estas mujeres nuevas no se dejan dar órdenes, ni podemos dejarlas plantadas, o tiradas, o arrinconadas, en silencio y de ser posible en roles subordinados y en puestos subalternos. Las mujeres nuevas estudian más, saben más, tienen más disciplina, más iniciativa y quizá por eso mismo les queda más difícil conseguir pareja, pues todos los machistas les tememos.
Pero estas nuevas mujeres, si uno logra amarrar y poner bajo control al burro machista que llevamos dentro, son las mejores parejas. Ni siquiera tenemos que mantenerlas, pues ellas no lo permitirían porque saben que ese fue siempre el origen de nuestro dominio. Ellas ya no se dejan mantener, que es otra manera de comprarlas, porque saben que ahí -y en la fuerza bruta- ha radicado el poder de nosotros los machos durante milenios. Si las llegamos a conocer, si logramos soportar que nos corrijan, que nos refuten las ideas, nos señalen los errores que no queremos ver y nos desinflen la vanidad a punta de alfileres, nos daremos cuenta de que esa nueva paridad es agradable, porque vuelve posible una relación entre iguales, en la que nadie manda ni es mandado. Como trabajan tanto como nosotros (o más) entonces ellas también se declaran hartas por la noche y de mal humor, y lo más grave, sin ganas de cocinar. Al principio nos dará rabia, ya no las veremos tan buenas y abnegadas como nuestras santas madres, pero son mejores, precisamente porque son menos santas (las santas santifican) y tienen todo el derecho de no serlo.
Envejecen, como nosotros, y ya no tienen piel ni senos de veinteañeras (mirémonos el pecho también nosotros y los pies, las mejillas, los poquísimos pelos), las hormonas les dan ciclos de euforia y mal genio, pero son sabias para vivir y para amar y si alguna vez en la vida se necesita un consejo sensato (se necesita siempre, a diario), o una estrategia útil en el trabajo, o una maniobra acertada para ser más felices, ellas te lo darán, no las peladitas de piel y tetas perfectas, aunque estas sean la delicia con la que soñamos, un sueño que cuando se realiza ya ni sabemos qué hacer con todo eso.
Los varones machistas, somos animalitos todavía y es inútil pedir que dejemos de mirar a las muchachitas perfectas.. Los ojos se nos van tras ellas, tras las curvas, porque llevamos por dentro un programa tozudo que hacia allá nos impulsa, como autómatas. Pero si logramos usar también esa herencia reciente, el córtex cerebral, si somos más sensatos y racionales, si nos volvemos más humanos y menos primitivos, nos daremos cuenta de que esas mujeres nuevas, esas mujeres bravas que exigen, trabajan, producen, joden y protestan, son las más desafiantes y por eso mismo las más estimulantes, las más entretenidas, las únicas con quienes se puede establecer una relación duradera, porque está basada en algo más que en abracitos y besos, o en coitos precipitados seguidos de tristeza. Esas mujeres nos dan ideas, amistad, pasiones y curiosidad por lo que vale la pena, sed de vida larga y de conocimiento.
¡Vamos hombres, por esas mujeres bravas!
Oro por que mis 2 hijas sean de éste maravilloso grupo y encuentren hombres que sepan apreciar a esta clase de nuevas mujeres.


miércoles, 4 de agosto de 2010

La vida es bella


"Desconfía de quienes te vengan a hablar de cosas más importantes que tu vida. Esa gente te miente. Quieren utilizarte. Te hablan de grandes ideales, de sacrificios supremos, te prometen la gloria eterna por unas cuantas gotas de tu sangre. No les escuches. Acuérdate siempre de esto: no hay nada, absolutamente nada, por encima de tu vida. Es la única cosa que tiene que contar para tí, porque es el único bien que de verdad te pertenece."
Es una cita del libro de Yasmina Khadra: "Lo que sueñan los lobos"

Muchas veces encontramos en los libros, en nuestras lecturas, en los comentarios, en las sugerencias, o simplemente en acontecimientos que ocurren a nuestro alrededor, esas pequeñas pinceladas que nos hacen pensar y reflexionar.
Ésta me ha parecido una de ellas.

Yo soy el buen pastor

...que se entrega por sus ovejas 21 de abril 2024 El texto del evangelio de Juan que escuchamos este domingo 4º de Pascua nos habla del &quo...