jueves, 26 de junio de 2025

Y tú, ¿quién dices que soy?

Fiesta de San Pedro y San Pablo

29 de junio 2025


Imma Calvo nos ofrece la introducción: -"Una excelente ocasión para mirar a estos dos apóstoles, tan importantes en los albores de las primeras comunidades cristianas. Sobre “estas piedras” se ha edificado la iglesia y hemos aceptado como sólidos fundamentos el primado de Pedro o la elección divina de Pablo. Creo que merece la pena revisar estos cimientos y reimaginar una iglesia renovada y más fiel a Jesús, la verdadera piedra angular e inspiración genuina de los cristianos."

Durante mucho tiempo (la Iglesia, la comunidad cristiana y yo mismo) nos hemos contentado con la respuesta que nos da el texto del evangelio de Mateo. La respuesta que pone en boca de Pedro: "- Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo." Así nos lo enseñaron, así nos lo predicaron y así hemos ido repitiendo como si fuera la lección del Catecismo. Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, el Salvador, el Cordero de Dios que nos salva del pecado y nos lleva a la vida eterna...

Al final, reflexionando y volviendo a escuchar la pregunta que hace Jesús a sus seguidores: "- Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?"
¿Quién es para mí Jesús de Nazareth?
Y siento que me sobran tantos títulos que le hemos puesto, tantos cargos, tantos sobrenombres, tantos superlativos y aspectos divinos... Jesús de Nazareth fue y es esa persona que con su vida, con sus gestos, sus actitudes y sus palabras me muestra el camino para ir a Dios, al Padre-Abbá. No me llena la cabeza de verdades, de dogmas, de enseñanzas, de ritos y ceremonias, de mandamientos y de normas... Él me da su "palabra" (Amaos unos a otros), su clave, su señal. Y, a partir de ahí, mi vida percibe esa invitación a seguirle, a caminar tras su huella. Porque lo importante no es saber responder a las preguntas que cualquier catequista pueda hacerme, sino vivir como él poniendo toda la confianza en ese Dios que es padre-madre que está a nuestro lado, dentro de nosotros, en nuestro entorno, en nuestro mundo, en nuestro universo. Y si no soy capaz de ver, prestar atención, escuchar, comprender y amar a mi prójimo (a los hermanos y hermanas que me voy encontrando) es que no he descubierto ni conocido al que llaman Jesús de Nazareth.

En la Iglesia se celebra fiesta por Pedro y Pablo. Ellos, cada uno a su manera, descubrieron a Jesús de Nazareth. Cada uno, desde su cultura y formación, intentó comunicar y transmitir su mensaje. Lógicamente ellos (y los textos de los evangelios, cartas y demás) nos llegan envueltos en tradiciones antiguas, textos del Antiguo Testamento y enseñanzas recibidas... Pero, por encima de todo y más allá de lo que tanto Pedro como Pablo pudieron vivir y entender, llega a nosotros el momento de escuchar la pregunta de Jesús: -¿Quién soy yo para ti?
Porque confieso que somos, soy, seguidor de Jesús de Nazareth... Como llega a escribir Pablo: "No somos ni de Pablo, ni de Cefas..." Y nos referimos, en todo momento, al hijo de hombre Jesús de Nazareth. Y no necesitamos todos los títulos, explicaciones y argumentos que Pablo fue proclamando en sus cartas. Demasiada doctrina, demasiado poder, demasiado encumbramiento, demasiado hablar del Dios Altísimo, de sentado a su derecha, etc., etc. Jesús, hijo de María, nacido en Nazareth, y con una vida totalmente entregada al Reino de Dios (a Dios mismo, Abbá, que nos invita a ser compasivos y perfectos como es nuestro padre).

Texto del evangelio de MATEO 16, 13-19
13 Al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos:

- ¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?

14 Contestaron ellos:

- Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas.

15 Él les preguntó:

- Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?

16 Simón Pedro tomó la palabra y dijo:

- Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo.

17 Jesús le respondió:

- ¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás! Porque eso no ha salido de ti, te lo ha revelado mi Padre del cielo. 18 Ahora te digo yo: Tú eres Piedra, y sobre esa roca voy a edificar mi comunidad y el poder de la muerte no la derrotará. 19 Te daré las llaves del reino de Dios; así, lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo.

martes, 17 de junio de 2025

La carne y la sangre de Jesús

 "Si no coméis mi carne y no bebéis mi sangre, no tenéis vida"

Fiesta del Corpus (22 de junio 2025)

¿Es la Eucaristía el centro de nuestra religión?

Siguiendo la tradición de la Iglesia (con todos los comentarios que se han ido haciendo a lo largo de la historia), nos encontramos con unos textos que siempre son difíciles de entender y de asumir.

Como escribe y comentan  Fray Marcos: -"Entendido de una manera materialista, como lo entendieron ellos (los judíos que le escuchaban) y lo seguimos entendiendo nosotros, no tiene ningún sentido. Comer la carne y beber la sangre de otro era repugnante para todo judío de aquella época."

"Tampoco los discípulos hubieran entendido este discurso dicho por Jesús durante su vida. Se está transmitiendo aquí una cristología de la comunidad Juan, 70 años después."

El texto insiste por activa y por pasiva en que es imprescindible comer su carne y beber su sangre... Y no es fácil de comprender.

-"La sangre para aquella cultura -sigue el comentario de Fray Marcos era la vida, no signo de vida como para nosotros. Beber la sangre quería decir que te apropiabas de la vida del ser sangrado. Eso es lo que quiere decir Jesús, tenéis que hacer vuestra mi propia vida."

-"Lo que él hace con la Vida del Padre es, la expresión de lo que acabo de decir. Jesús vive la misma Vida de Dios y nosotros vivimos la Vida de Jesús, que es es la de Dios."

Creo que hemos tomado de forma literal las palabras de Jesús (tanto en este texto de Juan, como en los de la narración de la última cena que aparecen en los evangelios sinópticos) y hemos convertido la eucaristía en algo mágico y misterioso de manera que, al pronunciar el sacerdote las palabras sagradas se convierten en la carne y sangre de Jesús bajo la forma de pan y vino... Y siempre me queda ese interrogante: -¿Tiene sentido que se quede en forma de pan o de vino? ¿Para qué convertir el cuerpo de Jesús en algo que guardamos en el sagrario como si fuera un museo? Sólo nos quedamos con que "si comulgo, si como su cuerpo, tendré vida para siempre"... Que habitará en mí (como si yo también fuera un sagrario)...

Entiendo que todo el vocabulario de Jesús, sus parábolas, sus comentarios, van dirigidos a transmitirnos su mensaje: El cambio de vida, la conversión a un modo de relación más humana, al estilo de Dios... (con esa atención especial a los débiles, a los oprimidos, a los marginados, a los últimos de nuestra sociedad). A partir de ahí llegamos a "vivir su vida = la vida de Dios", nos apropiamos de su carne y de su sangre, y voy entrando en lo que él llama el reino de Dios.

Por el contrario, si no hago mío ese mensaje y no hago carne de mi carne, aunque vaya a misa todos los días y comulgue, sólo será un acto piadoso y religioso; pero no entraré en comunión con el mensaje de Jesús. Y eso me parece grave. Estaría falseando la vida del Maestro y todo el mensaje.

Pienso que la Iglesia y su Tradición (junto con todas las explicaciones, argumentos y enseñanzas de los Doctores) han cargado con demasiado peso nuestro subconsciente y nuestra vida religiosa. Nos encontramos con demasiadas preguntas, predicaciones y charlas llenas de símbolos, de mensajes míticos, de razones para que creamos... Y arrastramos todo eso como si todo ello fuera realmente el mensaje de Jesús de Nazaret. Y la vida, nuestra vida y la del pueblo se va quedando al margen como si lo único que importara fuera la vida futura.

Por eso creo que podemos dejar todo eso que es devoción, religiosidad, actos piadosos, explicaciones que se centren los ritos, ordenamientos, leyes y actos sagrados y pone toda nuestra atención en vivir la vida de Dios (sed compasivos como él es compasivo). Y así seguiremos las huellas del Maestro.



Texto del evangelio de Juan, 6, 52-59

miércoles, 11 de junio de 2025

El Espíritu de la verdad...

...Os guiará  hasta la verdad plena

FIESTA DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD

15 de junio 2025


Han pasado muchos años y siglos desde que los "doctores de la Iglesia" quisieron explicar cómo es Dios. Le dieron muchas vueltas. Echaron mano de la filosofía, estrujaron sus cerebros y neuronas y... nos quedamos como estábamos. "A Dios nadie lo ha visto", eso ya lo escribía Juan en sus cartas. Jesús tampoco nos explicó cómo es su naturaleza o su esencia o... Nos habló en parábolas, en alegorías, en cuentos, en expresiones que pudiéramos entender, hacernos idea...

En lugar de tratar de entender o explicar cómo es Dios (uno en tres personas, esencia, naturalezas...) es mejor escuchar atentamente las parábolas de Jesús: "La parábola del hijo pródigo" - "La atención de Dios sobre todos nosotros, incluso de las flores y de los pájaros" - "La alegría de que ni una sola oveja se pierda" - "El banquete de bodas al que nos invita a todos" - "La compasión hacia los pobres, los leprosos, los marginados, las prostitutas"...

Como escribe Fray Marcos: -"De Dios no sabemos nada ni falta que nos hace... Los conceptos filosóficos de "naturaleza, sustancia, persona, etc." nonos dicen hoy nada. Es inútil seguir empleándonos para explicar lo que es Dios o cómo debemos entender el mensaje de Jesús.
Debemos volver a la simplicidad del evangelio y utilizar la parábola, la alegoría, la comparación y el ejemplo simple, que nos empujen, no al conocimiento sino a la vivencia.
Lo que experimentaron los primeros cristianos es que Dios podía ser a la vez y sin contradicción: Padre celeste origen, fuente. y fundamento de todo lo que existe, Dios encarnado que está en cada una de las criaturas, fuerza arrolladora que todo lo renueva y transforma..."

Es ese mismo Dios-Espíritu, Ser invisible, presente en toda la realidad que nos rodea, está actuando en cada uno de nosotros. "Si abrimos el corazón nos llevará a la Verdad".

Como comenta Fray Marcos, es más nuestro ego (como ser superior racional, dominador y emprendedor) el que desea tener todas las explicaciones... Y nuestra mente, aún con todos los adelantos de la robótica, de la inteligencia artificial y demás, sigue con tantos interrogantes y desconocimientos... al tiempo que tenemos ante los ojos verdaderas maravillas (de la naturaleza, de nuestro propio ser, del cosmos) a las que apenas si prestamos atención.

"Dios es Amor", escribió Juan. Un amor incondicional, desinteresado, entregado, gratuito, esperanzado, compasivo, lleno de comprensión, que se da totalmente... (Todos esos detalles que nos ofrecen las parábolas de Jesús).

Texto del evangelio de Juan 16, 12-15

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

- «Muchas cosas me quedan por deciros, pero no podéis cargar con ellas por ahora; cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad plena. Pues no hablará por cuenta propia, sino que hablará de lo que oye y os comunicará lo que está por venir.

Él me glorificará, porque recibirá de lo mío y os lo anunciará. Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso os he dicho que recibirá y tomará de lo mío y os lo anunciará».

jueves, 5 de junio de 2025

Como el Padre me ha enviado...

...Así os envío yo

8 de junio 2025 - Pentecostés


Domingo a domingo vamos desgranando las fiestas más importantes de la Iglesia. Pasado el período de la Cuaresma llegamos a la Pascua (con sus celebraciones, sus ritos, sus procesiones, sus predicaciones y devociones) y, acompañando a los discípulos en sus diferentes momentos de miedo y temor, de vuelta a sus rutinas y faenas, tratamos de revivir su experiencia pascual...
Hoy nos asomamos a esa explosión del Espíritu, en Pentecostés.

Junto con su celebración, su predicación y sus ceremonias, vienen a mi mente aquellas celebraciones (solemnes y hermosas) con los himnos al Espíritu Santo: Veni Creator Spiritus, y aquellos cantos gregorianos que daban solemnidad a las misas y celebraciones.
Hoy en día siento un cierto vacío ante todo eso. Es como si, a lo largo de tantos años (hablo de los míos) hubiera vivido descentrado, sin entender de verdad eso del Espíritu.
El hecho de hablar siempre del Espíritu de Dios como de una persona, de alguien diferente, decir o sugerir que ahora el Espíritu vendrá a guiarnos, nos enseñará el camino, estará con nosotros, nos iluminará o nos dará fuerza... Todo eso puede ser una buena pedagogía para que nosotros, los humanos, entendamos algo de Dios; pero finalmente creo que nos distrae y hace que andemos como perdidos.

Prefiero y me siento mucho mejor afirmando que Dios, nuestro Padre, siempre está ahí. En nosotros, en el mundo que nos rodea, en las cosas, en las personas, en todo... Y su aliento (Roah=Respiración=Aliento) es el que nos hace vivir, obra en nosotros maravillas y se manifiesta en todo el universo... Si yo me centro y miro en profundidad descubro que ahí está Él (y su aliento). Y descubro la unidad de todos en Él. La fraternidad de todos sus hijos e hijas. Y eso crea en nosotros unos lazos que nos ayudan a prestar atención, a escuchar, a comprender, a amar...
Yo diría que todo eso lo vivió Jesús de Nazaret. Es su mensaje de Buena Noticia. Es la invitación a la que nos llama. Es el Reino de Dios que llenó su vida, le empujó hasta el final, y dio sentido a su vida... Y, a pesar del desastroso final (pasión y muerte en la cruz), su vida llena de Dios, de su aliento y de su espíritu, le llevó a la vida nueva, a esa que llamamos resurrección.
Y aquellos hombres y mujeres que le siguieron nos transmitieron (con su lenguaje, con su cultura y sus palabras) lo que significó para ellos y ellas.

Como escribe José Luis Munárriz: -"Sin duda ha sido también el espíritu de Dios el que ha mantenido el mensaje de Jesús hasta nuestros días a pesar de las innumerables barbaridades que sus seguidores hemos cometido en el seno de “su” Iglesia, y ello nos hace albergar la esperanza de que seguirá soplando hasta llevar a la humanidad a plenitud."

"Como decía Ruiz de Galarreta «Creer en el viento de Dios es una hermosa profesión de fe en que Dios no está ausente, sino presente y activo de una manera muy concreta: alentando, empujando».

Por eso, al margen de todas las palabras, invocaciones, himnos, celebraciones y dogmas de fe, hoy quiero proclamar mi profunda fe en Dios y su aliento que nos mantiene y nos ayuda a seguir, confiar y esperar en la vida nueva que Jesús de Nazaret nos propuso. Y haciendo silencio en mi entorno y en mi interior, pongo mi vida en sus manos, y mi deseo de ver en profundidad y descubrir esa realidad que nos envuelve y nos lleva hasta él.


Texto del evangelio de Juan 20, 19-23

Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo:
«Paz a vosotros».

Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió:
«Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo».

Y, dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo:
«Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos».

Y tú, ¿quién dices que soy?

Fiesta de San Pedro y San Pablo 29 de junio 2025 Imma Calvo  nos ofrece la introducción: -"Una excelente ocasión para mirar a estos dos...