viernes, 25 de junio de 2021

Una actitud sorprendente

La fuerza sanadora recae en la fe y la confianza

27 de junio 2021


Seguimos escuchando/ leyendo el evangelio de Marcos, capítulo 5, que nos narra dos signos o milagros que dejaron a la gente desconcertada.

Una mujer que llevaba 12 años con hemorragia y una chica, de 12 años, que está en las últimas...

Los dos relatos están llenos de simbolismo, independientemente de la realidad vivida en cada caso: Se trata de mujeres (con toda la connotación que tenía en la religión y en la Ley judía) y para las dos se hace referencia  a los 12 años. La mujer que sufría hemorragias desde hacía 12 años (hemorragia=impura=discriminada y apartada) y la niña que, al final muere, que tiene 12 años. En ambos casos una referencia al pueblo de Israel (las doce tribus) que vive sujeto a normas y leyes que están por encima de las personas...

"En el doble relato de hoy, -escribe Fray Marcosdescubrimos un mensaje muy profundo. Por una parte, la niña y su padre son imagen de los sometidos a la institución. Jairo es un cargo público, aunque no estrictamente religioso. La mujer enferma representa a los marginados y excluidos por una interpretación demasiado legalista de la Ley. Este simbolismo se hace más claro por el anonimato de las dos mujeres, y los doce años de enfermedad de la mujer y los doce años de vida de la niña. El número doce es símbolo de Israel." 

En estas dos narraciones, al igual que en otras circunstancias, la actitud de Jesús tuvo que ser sorprendente. No hay que olvidar que se refiere a la religión y cultura de hace 2.000 años: la relación con y hacia la mujer. Incluso, hoy en día, si lo pensamos bien, seguimos teniendo trato y actitudes machistas tanto en la sociedad como en la cultura.

José Antonio Pagola hace este comentario: "Jesús adoptó ante las mujeres una actitud tan sorprendente que desconcertó incluso a sus mismos discípulos. En aquella sociedad judía, dominada por los varones, no era fácil entender la nueva postura de Jesús, acogiendo sin discriminaciones a hombres y mujeres en su comunidad de seguidores. Si algo se desprende con claridad de su actuación es que, para él, hombres y mujeres tienen igual dignidad personal, sin que la mujer tenga que ser objeto del dominio del varón. Sin embargo, los cristianos no hemos sido todavía capaces de extraer todas las consecuencias que se siguen de la actitud de nuestro Maestro. El teólogo francés René Laurentin ha llegado a decir que se trata de «una revolución ignorada» por la Iglesia." 

Por otra parte, en la narración de estos hechos (la curación de la mujer y la resurrección de la chica), además del simbolismo que apuntan, hay algo que nos tiene que hacer reflexionar: el objetivo mismo de Jesús. El Maestro sale a los caminos de Galilea a proclamar la Buena Noticia del Reino de Dios y va señalando con su actitud, con sus palabras y con sus obras cómo vivir y cómo acoger ese Reino que ya está dentro de nosotros... 

Como comenta Fray Marcos: "Pensar que la obra de Jesús se puede encerrar en tres resurrecciones y en una docena de curaciones, es ridiculizar su figura. Objetivamente, los curados volverán a enfermar y entonces no estará allí Jesús para curarlos. Los resucitados volverán a morir sin remedio. Jesús no puso el objetivo de su misión en una solución de los problemas. La salvación de Jesús es para todos y en cualquier circunstancia; También para los enfermos, marginados, explotados..." 

Tenemos que asumir las dificultades, los problemas, la enfermedad y la muerte como limitaciones propias del ser humano. Por eso, nuestro objetivo y nuestra aspiración no es la persona perfecta, sin males, sin enfermedad y sin muerte... Y tampoco poner todo eso como garantía del futuro en una salvación eterna. A Jesús de Nazaret le importaba la persona (hombres y mujeres) con una vida de hermandad, llena de ternura y compasión especialmente hacia los débiles y marginados, hacia los que menos tienen y menos pintan en la sociedad...

Por eso, al reunirnos como comunidad cristiana, tenemos que poner en nuestra mente y en nuestro corazón esa actitud sorprendente de nuestro Maestro.

Texto del evangelio de Marcos 5, 21-43


viernes, 18 de junio de 2021

La otra orilla

¿Por qué somos cobardes? ¿No nos fiamos?

20 de Junio de 2021



El texto del evangelio que escuchamos o leemos este domingo (tomado del evangelio de Marcos) nos narra lo de la tempestad calmada... Los discípulos suben a la barca con Jesús y, cuando están en mitad del lago, se desata una tempestad... Y Jesús dormía.

Cuando leía este texto siempre pensaba: qué bueno seria tener a Jesús en nuestra barca, en nuestra casa, en nuestro barrio, en nuestro trabajo... y cuando las cosas se ponen feas, cuando surgen los problemas, poder echarle un grito a Jesús: -No te importa que nos hundamos? Y Jesús nos sacaría de apuros y problemas...

No acababa de verle el sentido. La narración, fuera lo que fuese que sucedió, es una cosa; pero con referencia a nuestra vida actual ¿qué sentido podría tener?

En la última reunión que tuvimos en nuestra parroquia hablamos de la puesta en marcha de las UAP (Unidad de Acción Pastoral), algo que se va haciendo aquí en la iglesia de Navarra. Y casi lo primero que se nos planteaba era qué tipo de iglesia queremos, qué es lo que nos motiva para seguir a Jesús...

Y es que todos hemos recibido tanta doctrina, tantas fórmulas y dogmas que, a lo mejor, hemos perdido la orientación del mensaje de Jesús, su Buena Noticia del Reino de Dios. 
En los comentarios se hicieron referencias a textos y lecturas del Antiguo Testamento y lo dificil que se hacía a la gente de hoy entender y aceptar algunas cosas que allí se leen... Y así se no hizo larga la reunión. Pero sí apareció claro lo de centrarnos en Jesús mismo y su mensaje, en la comunidad de hermanos que quiere seguir las huellas del Maestro (en la Acogida de los más desfavorecidos, en la Orientación de los niños y jóvenes -Catequesis-, en nuestras Celebraciones). Siempre pensando en una comunidad de Hermanos y Hermanas con participación plena y sin ese peso estructural y jerárquico que define a nuestra Iglesia Oficial.

Pues bien, para entender mejor el texto de hoy, como siempre, he echado mano del comentario de Fray Marcos: -"Jesús pide a los discípulos que vayan a la otra orilla. Está haciendo referencia al paso del mar Rojo. Aquel paso les llevó a la tierra prometida. La otra orilla del mar de Galilea era tierra de gentiles. Es una invitación a la universalidad, más allá del ámbito judío, que se opone a la apertura. La primera “tormenta” que se desató en el seno de la comunidad cristiana fue precisamente por el intento de apertura a los paganos..." 

Luego sigue la escena de la tempestad, del miedo que pasan, de Jesús dormido y el gritarle para que les salve... Y Jesús que les dice: (Sigue comentario de Fray Marcos): -"¿Por qué sois cobardes? ¿Aún no tenéis fe? No son preguntas, sino constataciones de una evidencia. Ni confiaban en sí mismos ni confiaban en él. Aquí tenemos otra clave para la reflexión. Confiar en un Dios que está fuera y actuará desde allí nos ha llevado siempre al callejón sin salida del infantilismo religioso. Una vez más queda manifiesto que la fe no es la aceptación de unas verdades teóricas, sino la adhesión confiada a una persona. Jesús les acusa de no confiar ni en Dios ni en él ni en ellos..."

Al leer todo esto estaba recordando nuestros comentarios y propuestas en la reunión de la parroquia. Está claro que tenemos miedo, que somos cobardes, que no nos acabamos de fiar, que hay dificultades, que aquella iglesia de cristiandad, en la que veíamos las iglesias llenas todos los domingos, ya no existe; que muchísima gente (la inmensa mayoría) ya no pisa la iglesia a no ser para una boda, un funeral y algunas comuniones y bautizos... Es toda una tempestad en la Organización misma de la Iglesia. Y, sí! parece que Jesús está dormido, que no le importa lo que nos pase...
Pues eso, ¿por qué somos tan cobardes? ¿no nos fiamos? Está claro que sólo somos como ese granito de mostaza, o un poco de levadura. o un granito de trigo que cae en la tierra... y tiene que morir para dar fruto.

Entiendo que tenemos delante de nosotros una invitación para ir a la otra orilla (dejándonos de seguridades y normas y preceptos de cumplimiento) y encontrar a esa muchedumbre de personas que, en muchos casos, han perdido hasta la esperanza o sufren una soledad terrible. Y, en segundo lugar, vivir y experimentar nuestro seguimiento de Jesús como una fraternidad de hermanos y hermanas que cada día hacen más real su confianza en Él.

Texto del evangelio de Marcos (4,35-40)


viernes, 11 de junio de 2021

Aprender a estar, mirar y contemplar

"Sin que él sepa cómo..."

13 de Junio de 2021


Este fin de semana el evangelio de Marcos nos reseña dos parábolas pequeñitas: "El hombre que siembra la semilla en la tierra: que pasan las noches y los días, y sin que él sepa cómo, la semilla germina y crece; y la tierra, por sí sola, va produciendo el fruto.."  Y la parábola del grano de mostaza que, una vez sembrado, crece y se convierte en el mayor de los arbustos y echa ramas tan grandes, que los pájaros pueden anidar a su sombra.»

Al leer y reflexionar sobre estas dos pequeñas parábolas me doy cuenta de que, casi siempre, nos hemos quedado en comentar la fuerza de la semilla; el crecimiento y desarrollo del reino de Dios; la dinámica de la Iglesia que partiendo de una comunidad pequeña se ha hecho grande y está presente en todos los países del mundo... Y ahora, siguiendo los comentarios de otras personas, me parece que, también nosotros, tenemos que aprender a estar, a mirar y a contemplar la realidad misma que nos rodea, a las personas y a las cosas.

José Antonio Pagola  nos ofrece esta introducción: "Esta parábola, tan olvidada hoy, resalta el contraste entre la espera paciente del sembrador y el crecimiento irresistible de la semilla. Mientras el sembrador duerme, la semilla va germinando y creciendo «ella sola», sin la intervención del agricultor y «sin que él sepa cómo»..."  "Acostumbrados a valorar casi exclusivamente la eficacia y el rendimiento, hemos olvidado que el evangelio habla de fecundidad, no de esfuerzo, pues Jesús entiende que la ley fundamental del crecimiento humano no es el trabajo, sino la acogida de la vida que vamos recibiendo de Dios..."

La mentalidad y la cultura de nuestro tiempo nos empuja a valorar por encima de todo la eficacia, el rendimiento... El dinero, la empresa, el negocio nos empujan a ser efectivos, a rendir y producir, a tener una cuota de resultados. Y todo eso lo hemos trasladado, también, a la vida y, quizás, a la religión y la vida de la comunidad cristiana.

Pero esa manera de pensar y de actuar nos lleva poco a poco a ponernos como meta los buenos resultados y calificaciones con derecho a premio, como que sumando y restando lo conseguido en nuestra vida nos ganaremos el premio de la Vida eterna.

Entonces me doy cuenta de que en la vida, en la mía y en la de todos, hay tantísimas cosas que son puro don, verdaderos regalos que recibimos y tenemos al alcance de la mano "sin que sepamos cómo..." Empezando por mi propia vida.

"Necesitamos aprender a vivir más atentos a todo lo que hay de regalo en la existencia; despertar en nuestro interior el agradecimiento y la alabanza; liberarnos de la pesada «lógica de la eficacia» y abrir en nuestra vida espacios para lo gratuito..." (José Ant. Pagola)

Gratuidad - Agradecimiento - Alabanza. Tres palabras y tres actitudes que las guardamos en lo más hondo de nuestra vida como una ropa que se usa poco. Y, sin embargo, son como la sal de la vida. El gesto y el pequeño detalle de la persona mayor que nos saluda; la vecina que nos sonríe; el niño que ayuda a la mamá a llevar las cosas; el señor que nos orienta y nos informa; las personas que comparten lo que tienen... Si pasamos de largo sin apreciar todos esos detalles gratuitos, tampoco seremos capaces de agradecer, de gozar en nuestro interior, de alabar y dar gloria a Dios... Es el detalle de este momento, captar el presente no queriendo perder esa mini-realidad que, en definitiva, es la única que puedo saborear.

"Hemos de agradecer a tantas personas que alegran nuestra vida, y no pasar de largo por tantos paisajes hechos solo para ser contemplados. Saborea la vida como gracia el que se deja querer, el que se deja sorprender por lo bueno de cada día, el que se deja agraciar y bendecir por Dios." (José Ant. Pagola)

Texto del evangelio de Marcos (4,26-34)


viernes, 4 de junio de 2021

Reunidos en el nombre de Jesús

"En memoria mía"Comulgar con la vida de Jesús


Fiesta del Corpus. En otros tiempos no hacía falta explicar mucho qué significaba la fiesta que celebramos. Además de la misa con sus cantos, su incienso y demás ritos propios de las grandes solemnidades, había luego la procesión por calles adornadas de guirnaldas, plantas y flores. Y se completaba con la participación de los niños y niñas que habían hecho su Primera Comunión.

Hoy en día, con las limitaciones que la pandemia nos ha impuesto, nos queda ese recuerdo. Y, quizás, el sentimiento de que hemos perdido algo más importante. Nos vemos obligados a preguntarnos: -¿Qué es para nosotros la Eucaristía? -¿Qué importancia tiene para nosotros la Misa?

Hubo un tiempo en el que se decía la misa en latín y toda la celebración andaba rodeada de misterio y de cierta magia cargada del poder de convertir el pan y el vino en el cuerpo y la sangre de Cristo.
Hoy nuestra celebración es más sencilla, más a nuestro alcance; aunque se siga utilizando una terminología y unas expresiones que están muy lejos de la cultura y el lenguaje actual.

"La fiesta del Corpus Christi -comenta Inma Calvonos brinda la ocasión de profundizar en el significado de la fracción del pan y poner el acento en lo más importante: comulgar con la vida de Jesús, seguir su ejemplo, hacernos ‘pan partido’ para los demás..."

Fray Marcos nos ofrece unos comentarios y explicaciones que nos pueden ayudar a captar el sentido profundo de la Eucaristía, la fracción del pan:

--"El primer aspecto que debemos revisar hoy es la presencia real. Quede bien claro, que no se trata de negar la presencia... La distorsión de la presencia fue el final de un proceso muy largo. Empezó por guardarse algo del pan consagrado para que pudiera participar de la eucaristía el que no había podido asistir. 
El paso siguiente fue el conservar siempre algo de pan (reserva) para poder ayudar a los que se encontraban en peligro de muerte. Más tarde se vio la necesidad de colocar las especies en recipiente y lugar más dignos. Terminó por ponerse en el centro de la iglesia para que fuera adorado. El convertirlo en objeto de devoción y piedad privada, alejó al pueblo del verdadero valor del sacramento..."

--"Ayudó mucho a este desenfoque la traducción inadecuada de la palabra “cuerpo” de la antropología judía por nuestro cuerpo. Para la antropología judía del tiempo de Jesús cuerpo no era la carne, sino la persona...  La traducción debía ser: esto es mi persona; esto soy yo. Pero bien entendido que “esto” no se refiere a la cosa pan, sino al pan partido y repartido..."

--"El principal aspecto que debíamos recuperar es el de memoria... Aunque es importante saber lo que Jesús hizo, lo más importante es el sentido que él quiso dar a esos gestos y palabras. Jesús se desvinculó del sentido de la Pascua judía para dar otro sentido a la celebración. Al decir “esto soy yo”, está afirmando lo que él es como persona viva. Al decir “esto es mi sangre”, está tratando de manifestar lo que es como persona muerta, machacada, “matada”..."

--"El otro aspecto que es urgente recuperar en toda su importancia es el de comida. Todos los textos hacen hincapié en el aspecto de celebración de la comunidad reunida. Compartir la mesa era, para ellos, compartir la vida, clave para entender el significado profundo de lo que celebramos. Pablo llega a decir que si hay división, entre los ricos y pobres, no es posible celebrar la eucaristía. Si se trata de un sacramento, no puede ser una cosa en sí, sino una acción y además, comunitaria. En aquella cena última se nos afirma que compartir el pan es identificarse con Jesús. Vivir en sintonía con él..."

--"Si se trata de una celebración comunitaria, la que celebra es la comunidad. El cura puede decir Misa, pero no habrá verdadera eucaristía si no hay dos o más reunidos en su nombre..."

He preferido aportar los comentarios de Fray Marcos para no repetir los tópicos que tantas veces hemos escuchado sobre la Eucaristía y nuestras celebraciones dominicales. Creo que son aspectos que nos pueden ayudar a profundizar en nuestra manera de participar en la misa y de comprender su significado y a lo que nos compromete.

José Antonio Pagola termina su comentario de esta manera: -"Celebrar la eucaristía es hacer memoria de este Jesús, grabando dentro de nosotros cómo vivió él hasta el final. Reafirmarnos en nuestra opción por vivir siguiendo sus pasos. Tomar en nuestras manos nuestra vida para intentar vivirla hasta las últimas consecuencias..." 


Texto del evangelio de Marcos (14,12-16.22-26)


viernes, 28 de mayo de 2021

Hijos de Dios y movidos por su Espíritu

Seguir los pasos de Jesús

30 de mayo de 2021


El evangelio de este domingo recoge una de esas frases programáticas para los cristianos: Id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo
Como comenta Inma Calvo, "No se trata de un afán de proselitismo para que todos piensen como nosotros. Sintonizar con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo es una forma de vida y no un “carnet” de pertenencia. Lo vemos todos los días. El espíritu sopla donde quiere y hay personas colaborando con el Reino de Dios sin estar bautizados. Por desgracia hay también muchos “cristianos de título” cuyos comportamientos dejan tanto que desear..."
Leyendo el texto de este evangelio venían a la mente dos temas: La Santísima Trinidad y el bautismo a todos los pueblos... Difícil resultaba (y sigue resultando) explicar el misterio (y tanto!) de la Trinidad (con sus tres personas,etc.) y también tiene lo suyo lo de bautizar a todos los pueblos (con cierta tendencia al proselitismo y atracción a "mi verdad")
A la hora de reflexionar sobre todo esto, me ha encantado el enfoque y perspectiva que presenta José Antonio Pagola: -"¿Cómo se comunicaba Jesús con Dios?, ¿qué sentimientos se despertaban en su corazón?, ¿cómo lo experimentaba día a día? Los relatos evangélicos nos llevan a una doble conclusión: Jesús sentía a Dios como Padre, y lo vivía todo impulsado por su Espíritu."
Me temo que aprendimos (muy de memoria) oraciones y credos y nos quedamos muy atrasados en lo de sentir y vivir a Dios como lo hacía Jesús de Nazaret.

"Jesús se sentía «hijo querido» de Dios. Siempre que se comunica con él lo llama «Padre». No le sale otra palabra. Para él, Dios no es solo el «Santo» del que hablan todos, sino el «Compasivo». No habita en el templo, acogiendo sólo a los de corazón limpio y manos inocentes. Jesús lo capta como Padre que no excluye a nadie de su amor compasivo. Cada mañana disfruta porque Dios hace salir su sol sobre buenos y malos."

Sigo con el comentario de J.A.Pagola, y me prgunto cómo es el Dios que yo siento, qué imagen me he hecho, cómo entiendo yo "la voluntad de Dios", lo que más desea, su "reino". -"Ese Padre tiene un gran proyecto en su corazón: hacer de la tierra una casa habitable. Jesús no duda: Dios no descansará hasta ver a sus hijos e hijas disfrutando juntos de una fiesta final..."

Todo eso me recuerda tantas parábolas y tantos comentarios de Jesús... Y me ayuda a comprender que eso de "Id y haced discípulos de todas las naciones..." tiene mucho que ver con ese programa y, aunque se dice textualmente lo de "bautizadlos", creo que es más importante el cambio de vida y el compromiso con nuestro pueblo, con nuestro barrio y tratar de conseguir un mundo mas humano y compasivo.

Así lo recoge J. A. Pagola: "Fiel a este Padre y movido por su Espíritu, Jesús solo se dedica a una cosa: hacer un mundo más humano. Todos han de conocer la Buena Noticia, sobre todo los que menos se lo esperan: los pecadores y los despreciados. Dios no da a nadie por perdido..."

"La mejor manera de creer en el Dios trinitario no es tratar de entender las explicaciones de los teólogos, sino seguir los pasos de Jesús, que vivió como Hijo querido de un Dios Padre y que, movido por su Espíritu, se dedicó a hacer un mundo más amable para todos..."

Y eso me parece una excelente noticia, la Buena Noticia que Jesús proclamaba y que cada uno de nosotros, a medida que conectamos y sentimos al Dios de Jesús, tenemos que anunciar y proclamar.

Texto del evangelio de Mateo 28, 16-20


viernes, 21 de mayo de 2021

La manifestación de su presencia

Atentos al Espíritu de Dios

23 de mayo 2021


Pentecostés. ¡Una fiesta vivida en la Iglesia con tanta solemnidad! Cantos, ceremonias, vigilias de oración, imposición de manos... pidiendo y clamando para que el "Espíritu Santo" venga también sobre nosotros.
Las predicaciones y comentarios que he escuchado a lo largo de mi vida crearon en mi pensamiento y en mi conciencia la imagen del "espíritu" en forma de lenguas de fuego que tenía que bajar sobre los que fueran verdaderos discípulos de Jesús. Y sólo entonces se crearía ese cambio y conversión que los convirtiera en verdaderos apóstoles del evangelio.
Desde luego, nunca llegué a experimentar tal fenómeno. A lo mejor sólo pudo ocurrir la primera vez. Y sólo a aquellos primeros discípulos...
Hoy en día, leyendo a los teólogos y conocedores de la biblia, me parece entender algo bien distinto. Dios, a quien llamamos "padre" (como nos enseña Jesús), es Uno, es Indivisible, es Fuerza, es Vida, es Amor... Como no lo podemos ver ni tocar, le henos echado mucha imaginación y cada persona se ha ido haciendo una imagen... Y ahí entra la Santísima Trinidad: Dios Padre, Dios Hijo, Dios Espíritu Santo. Todo a nuestra manera

Fray Marcos lo comenta así: "En esas culturas (las recogidas en la biblia) el signo de vida era la respiración. Ruah vino a significar soplo vital. Cuando Dios modela al hombre de barro, le sopla en la nariz el hálito de vida. En el evangelio que hemos leído hoy, Jesús exhala su aliento para comunicar el Espíritu. La misma tierra era concebida como un ser vivo, el viento era su respiración..."

Ese Espíritu tenemos que entenderlo como el aliento de Dios, su soplo vital, lo que quiere comunicarnos y compartir. De entrada, pues, tenemos que decir que estamos hablando de la mmisma realidad.

"Hoy sabemos, -explica Fray Marcos- que el Espíritu Santo es un aspecto del mismo Dios. Por lo tanto, forma parte de nosotros mismos y no tiene que venir de ninguna parte. Está en mí, antes de que yo mismo empezara a existir. Es el fundamento de mi ser y la causa de todas mis posibilidades de ser en el orden espiritual..."
Ese aliento vital, ese espíritu, se manifiesta de muy diferentes maneras en cada persona: "El labrador, el médico, el sacerdote tienen que tener el mismo objetivo vital si están movidos por el mismo Espíritu, pero su tarea es completamente diferente. Una mayor humanidad será la manifestación de su presencia. La mayor preocupación por los demás es la mejor muestra de que uno se está dejando llevar por él..."

Es cierto que, demasiado a menudo, podemos sentirnos como huérfanos, como si nos faltara ese Espíritu Santo. Y esperamos que en algún momento caiga sobre nosotros y sobre toda la Iglesia para que seamos buenos testigos de la Buena Noticia del Evangelio...

Quizás, como apunta José Antonio Pagola, lo que nos falta es una mirada más profunda, una mayor atención y una perspectiva diferente: Porque entre nosotros sigue habiendo personas llenas de ese Espíritu, de ese Aliento Vital: "No hablan mucho. No se hacen notar. Su presencia es modesta y callada, pero son «sal de la tierra». Mientras haya en el mundo mujeres y hombres atentos al Espíritu de Dios será posible seguir esperando..."
"Tienen defectos y limitaciones. No están inmunizados contra el pecado. Pero no se dejan absorber por los problemas y conflictos de la vida. Vuelven una y otra vez al fondo de su ser. Se esfuerzan por vivir en presencia de Dios. Él es el centro y la fuente que unifica sus deseos, palabras y decisiones...
Viven en comunión con personas a las que jamás han visto. Aman con ternura y compasión a gentes que no conocen. Dios les hace vivir en unión profunda con la creación entera..."

Estoy pensando que nuestra oración y nuestra máxima atención tiene que centrarse en acoger en la vida de cada día, en cualquier momento y actividad ese Espíritu que ya está dentro de mí... Y hacer mío ese Aliento Vital como manifestación de su presencia.


Texto del evangelio de Juan 20, 19-23


viernes, 14 de mayo de 2021

Para toda Humanidad

Proclamar la Buena Noticia

16 de mayo 2021

Se nos propone en este domingo después de la Pascua la celebración de la Ascensión. A través de las predicaciones, de las pinturas y de nuestra imaginación, se puede decir que todos guardamos esa imagen de Jesús elevándose hacia los cielos de esa manera milagrosa que nos dejaba mirando hacia arriba... (tal como dice el texto que se quedaron los discípulos).


Lo que ocurre es que al quedarnos con esa visión milagrosa y celestial, hemos perdido, quizás, la experiencia y la vivencia de las primeras comunidades cristianas. Algo tan fuerte que les cambió la vida y les impulsó a proclamar la Buena Noticia del Reino de Dios.

Tengo que echar mano de las explicaciones y del saber de personas estudiosas y conocedoras de los evangelios de manera que me ayuden a entender y profundizar en los textos y en las imágenes que recibimos.
Fray Marcos hace esta introducción: "Nos encontramos con el problema de siempre: confundir la realidad con el relato mítico. La Ascensión no es más que un aspecto de la cristología pascual. Resurrección, Ascensión, glorifica­ción, Pentecostés, constituyen una sola realidad, que está fuera del alcance de los sentidos. Esa realidad no temporal, no localizable, es la más importante para la primera comunidad y es la que hay que tratar de descubrir..."

A aquellas personas (hombres y mujeres) que siguieron a Jesús en vida, no les fue fácil entender ni el mensaje ni la tragedia final... Cuando perciben el sentido y el significado de todo lo vivido con Él, es tal su repercusión y los efectos producidos que tienen que echar mano de unas palabras y de unas imágenes sacadas de su cultura y de su religiosidad (los textos y relatos de la Biblia).

"La verdadera ascensión de Jesús, comenta Fray Marcos, empezó en el pesebre y terminó en la cruz cuando exclamó: "consumatum est". Ahí terminó la trayectoria humana de Jesús y sus posibilidades de crecer. Después de ese paso, todo es como un chispazo que dura toda la eternidad. Pero había llegado a la plenitud total en Dios, precisamen­te por haberse despegado (muerto) de todo lo que en él era caduco, transitorio, terreno. Solo permaneció de él lo que había de Dios y por tanto se identificó con Dios totalmente. Esa es también nuestra meta. El camino también es el mismo de Jesús: despegarnos de nuestro ego..."

Entonces, lo que la Ascensión (y la Resurrección, su glorificación y Pentecostés) me está proponiendo es que yo mismo me ponga en camino hacia esa meta que es aceptar y asumir la vida misma de Dios... Seguir las huellas del Maestro y, como Él, poner como objetivos de mi vida lo que nos enseñó a rezar: Que mi vida santifique su Nombre; que me esfuerce para que llegue su Reino; que sea capaz de hacer siempre su Voluntad...

"La experiencia pascual -concluye Fray Marcosconsistió en ver a Jesús de una manera nueva. El haber vivido con él, el haber escuchado lo que decía y visto lo que hacía, no les llevó a la comprensión de su verdadero ser. Estaban demasiado pegados a lo externo, y lo que hay de divino en Jesús no puede entrar por los sentidos. " 

Esa manera nueva de ver y entender a Jesús de Nazaret empujó a todos ellos a proclamar esa Buena Noticia que era lo más grande que les había ocurrido. De ahí viene ese impulso que todavía resuena en la mente y el corazón de no pocas personas dentro de la Iglesia: "Id por el mundo entero proclamando la Buena Noticia a toda la Humanidad..."

Es cierto, como escribe José Antonio Pagola, que: "Hoy hay más hambre y violencia en el mundo, pero hay también más conciencia para hacerlo más humano. Hay muchos que no creen en religión alguna, pero creen en una vida más justa y digna para todos, que es, en definitiva, el gran deseo de Dios..."

"El filósofo norteamericano Herbert Marcuse decía que «la esperanza solo se la merecen los que caminan». Yo diría que la esperanza cristiana solo la conocen los que caminan tras los pasos de Jesús. Son ellos quienes pueden «proclamar el evangelio a toda la creación». 

Texto del evangelio de Marcos 16, 15-20



Dios no mandó su hijo al mundo para condenar...

...sino para se salve por él 14 de septiembre 2025 (Fiesta de la Exaltación de la Cruz) El texto que nos ofrece este fin de semana la Iglesi...