viernes, 3 de febrero de 2023

Ser sal y luz

"Y si la sal se vuelve sosa..."

5 de febrero 2023


Después de escuchar el comienzo del sermón de la montaña (las Bienaventuranzas) que es como la introducción a su programa, Jesús nos dice: "Vosotros sois la sal de la tierra... Vosotros sois la luz del mundo..."

Dos expresiones que hemos escuchado tantas veces que ya no nos impresionan. Ya nos las sabemos; pero no nos cuestionan. De tan sencillas y simples que son. Por eso las hemos dejado arrinconadas.


Si Jesús, al inicio del lanzamiento de su mensaje, pedía una conversión, un cambio de mentalidad, ahora nos lo dice con dos ejemplos de la vida ordinaria: La sal y la luz. 

Acostumbrados a tener iluminación en todas partes, a manejar la energía eléctrica a todas horas, ni siquiera se nos ocurre lo que puede significar quedarse a oscuras. Lo mismo ocurre con la sal. Aunque andamos por la cocina, apenas si valoramos la aportación de la sal. Sólo cuando nos obligan a comer sin sal (por razones médicas o de salud) nos quejamos de su falta.


Entonces ¿qué le pasa a nuestra vida? ¿Qué ocurre en nuestro entorno? ¿En nuestra sociedad? ¿En nuestro mundo?

A pesar de tanta energía, de tanta potencia, de tantos kilovatios... Parece que andamos a ciegas: Unos pocos riquísimos y millones de personas empobrecidas; grandes conocimientos técnicos al tiempo que se desarrolla el uso de armas de guerra y de destrucción; capacidad de producción impresionante al lado de una población inmensa sumida en la pobreza...


Y nosotros, los seguidores de Jesús de Nazaret, estamos ahí... A nosotros nos lo dice: Sois la sal... sois la luz... del mundo.

Pero, claro, si la sal se vuelve sosa...

Y en un mundo que, con todos sus inventos, descubrimientos y técnicas, parece que no tiene luz, que no sabe a dónde va..., si estamos desconectados, si no somos capaces ni de encender una vela...


Fray Marcos comenta: -"Jesús dice: sois la sal, sois la luz. El artículo determinado nos advierte que no hay otra sal ni otra luz. Todos esperan algo de nosotros. El mundo de los cristianos no es un mundo cerrado y aparte. La salvación que propone Jesús es la salvación para todos. El mundo tiene que quedar sazonado e iluminado por la vida de los que siguen a Jesús...

"Cuando se nos pide que seamos luz, se nos está exigiendo algo decisivo para la vida espiritual propia y de los demás. La luz brota siempre de una fuente incandescente. Si no ardes no podrás emitir luz. Pero si estás ardiendo, no podrás dejar de emitir luz y calor. Solo si vivo mi humanidad, puedo ayudar a los demás a desarrollarla. Ser luz significa desplegar nuestra vida espiritual y poner todo ese bagaje al servicio de los demás..."


Esa luz y esa sal no son una doctrina, unos conocimientos, unos dogmas o unos ritos y prácticas... La luz y la sal son nuestra propia vida. Es algo que tiene que nacer de nuestro interior, de la contemplación de Dios mismo en mí, de ese nuevo modo de ver las personas y todo lo que me rodea. De adquirir una compasión que haga arder mi vida y dé luz a los que me rodean; una ternura y amor que dé sabor a mi entorno... en esa vida que se va deshaciendo como esa pizca de sal que hará que la vida se vuelva más sabrosa, más jugosa, más alimenticia.


Como escribe Mari Paz López Santos: -"Nos llamas a aportar lo poco que somos como sal y como luz. Un pequeño grano de sal encerrado en un salero de poco sirve; una mínima vela en la noche de este mundo poco puede iluminar. Pero millones de pequeños granos de sal y millones de pequeñas velas encendidas… sería la estabilidad armoniosa del Reino de Dios." 


Y cuando encendamos nuestra luz y añadamos nuestra pizca de sal, todos podremos felicitarnos y gozar de nuestro encuentro y de nuestra vida: Felicidades! Zorionak! y Buen provecho! On egin!


Texto del evangelio de MATEO 5, 13-16


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