miércoles, 25 de enero de 2023

Bienaventurados

"...Los pobres, los mansos, los que lloran..."

29 de enero 2023


El texto del evangelio de Mateo, al que se le ha llamado el sermón de la montaña o de las bienaventuranzas, siempre nos deja descolocados. Por muchas vueltas que le demos o por espiritual que lo hagamos.

Nosotros seguimos pensando que son dichosos y bienaventurados los ricos, los poderosos, los que ríen y celebran, los famosos, los que tienen de todo y no pasan hambre...

Y no lo digo a nivel intelectual o de religión. No, basta que miremos alrededor nuestro. Sí, incluso dentro de la Iglesia. A pesar de los discursos y recomendaciones. A pesar de toda la doctrina y de todo lo que nos enseña el evangelio... Creo que no presentamos una imagen auténtica de los seguidores de Jesús de Nazaret.


Y es que para eso tenemos que aceptar, ante todo, su mensaje de la Buena Noticia. Aquello que nos decía en el texto leído el domingo pasado: "Enmendaos, convertíos, porque está cerca el reino de Dios". Ese cambio de mentalidad y de manera de ver y de vivir que nos llevaría a seguir sus pasos.

Entonces seríamos capaces de ver a los demás como lo hacía Jesús el de Nazaret. Estar atentos a las otras personas con empatía, con solidaridad, con la compasión y ternura que fluyen del mismo Dios y que nos hacen parecernos a Él. 

Es así como los más débiles y necesitados se convierten en los primeros (precisamente por eso). Porque esa parte de (nuestra) humanidad es la que nuestra sociedad (y nosotros) vamos marginando y dejando de lado.


Me ha parecido de gran ayuda el comentario que hace Fray Marcos y que titula: "Dichoso el que no deshumaniza a nadie".

Y dice: "Se trata del texto que mejor expresa la radicalidad del evangelio... Debemos evitar eso de proyectar la felicidad para el más allá. Porque Jesús está hablando de aquí y ahora, en esta vida. Un camino al que todos estamos invitados para alcanzar la paz y armonía interior como desarrollo de nuestra humanidad.

El mensaje más profundo de las bienaventuranzas nos advierte que es preferible ser pobre a ser rico opresor de otros; es preferible llorar a hacer llorar a otros. Es preferible pasar hambre a ser la causa del hambre de los demás..."


Bienaventurada y dichosa la persona que va imprimiendo en su vida esa manera de hacer porque está siguiendo las huellas del Maestro. Y va creciendo en humanidad.


Y cito de nuevo a Fray Marcos: "La única medida  de nuestro grado de humanidad es el amor manifestado...Cada vez que manifestamos un auténtico amor, crece nuestra humanidad. Por el contrario, cada vez que manifiesto falta de amor a los demás, pierdo algo del valor humano que tengo".


Ésa es mi reflexión y ésa es la tarea que tengo por delante: Ser por encima de todo seguidor de Jesús de Nazaret. Hacer mía su vivencia y su experiencia como persona real de aquel pueblecito de Nazaret. El mismo del que comenta el evangelio que iba creciendo en gracia delante de Dios y de los hombres.


Texto del evangelio de Mateo (5,1-12a)

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