sábado, 14 de noviembre de 2015

¿Y al final qué?

Domingo 15 de Noviembre de 2015

Odres Nuevos Evangelio 15 NOVIEMBRE 2015 COLOREl texto de Marcos que se nos propone hoy en la eucaristía ha servido durante mucho tiempo para infundir miedo y preocupación. El fin del mundo: «En aquellos días, después de esa gran angustia, el sol se hará tinieblas, la luna no dará su resplandor, las estrellas caerán del cielo, los astros se tambalearán..."  ¿Una guerra nuclear? ¿Un ataque terrorista a escala mundial?...

Entre los seguidores de Jesús quedaba esa preocupación. El regreso de Jesús. La inauguración del reino de Dios. La salvación de los "elegidos". El juicio final...
Y han pasado los siglos. Y los seguidores de Jesús hemos adaptado el texto del evangelio y comentamos lo que podría ser "el final de los tiempos", el fin de la humanidad, el juicio en el que el gran juez dará a cada uno el premio o castigo...

Hoy en día se me hace difícil mantener explicaciones como ésas.
El hombre (los poderosos) en su aspiración de gloria y de dominio ha inventado armas terribles que bien pueden destruir todo el planeta y provocar una hecatombe... Se trafica con la muerte como si se tratara de una mercancía más. Se inician guerras horrorosas en las que, como siempre, mueren los más inocentes. Incluso se invoca el nombre de Dios para hacer justicia y se arrasa con la vida de muchos...
¿Es el fin?
No es fácil responder.
Si es posible que la humanidad (los que viven en la tierra) llegue a su fin. 
Por supuesto, no sabemos cómo ni cuándo.Y esa incógnita nos obliga a aterrizar y acercarnos un poco más a nosotros mismos.
Después de tantos años (los míos) de escuchar el evangelio, las explicaciones y comentarios de los que saben y entienden, tal vez podría expresar algo así como mis convicciones, lo que forma parte de mi esperanza.
Ante todo, mi humanidad (mi persona) llegará a su fin. Sin saber ni el cómo ni la fecha, todos sentimos eso que llamamos "hacerse mayor".
Una segunda cosa: Creo que Jesús de Nazaret se hace presente en la vida de la comunidad de seguidores. Y, de alguna manera, experimentamos su vuelta y regreso. Es más, creo que no se trata de ver con nuestros ojos "la venida del hijo del hombre", el gran triunfo de Jesús, el ajusticiado en la cruz, como el regreso del gran campeón que se convierte en dueño y señor del universo.
Una tercera idea: Se nos dice continuamente que Jesús es el "salvador del mundo"... Así lo hemos aprendido y así lo recitamos; pero no llegamos a explicarnos cómo puede ser eso. Y terminamos por dejarlo ahí sin más.
Jesús ya trajo la salvación de Dios. Ya nos indicó el camino, la buena noticia del reino. Su vida y sus palabras nos mostraron cómo hacer que esa salvación se haga realidad... Entonces lo que le falta a mi vida es hacer presente el reino. Como decía José Mª del Castillo: ¿Qué pasaría en nuestro mundo si viviéramos al estilo de Jesús de Nazaret?
Ahí están las palabras, los gestos y las actitudes del Maestro...
Y dice el texto de Marcos: "El cielo y la tierra pasarán; pero mis palabras no pasarán". 
Ahí están provocándonos. A ver si nos atrevemos a emprender ese camino (hacia la meta final) que nos devuelva al origen y raíz de todos nosotros, a Dios nuestro padre.

Texto del evangelio de Marcos 13, 24-32


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