domingo, 5 de abril de 2015

Creer en Jesús de Nazaret

5 de abril 2015
Fiesta de Pascua

Me he acostumbrado a decir y rezar lo de "creo en la resurrección de Jesús" (al igual que lo de la "resurrección de los muertos). Y hoy, fiesta de la Pascua de Resurrección, me preguntaba qué significa para mí.
Pedro, Juan y todos los otros (hombres y mujeres) proclamaban que estaban convencidos de su resurrección... Ellos que sabían de primera mano que lo habían matado en la cruz como a un malhechor, como a un esclavo.
Ya sé que es un tema difícil. ¿Cómo explicar algo que no encaja en la realidad de nuestra vida? Y, realmente, qué significa?
En las celebraciones de la iglesia se usan frases, fórmulas y expresiones que no significan nada, que son como humo... que nadie puede atrapar. Y eso lo han convertido en verdades absolutas, lo que llaman dogmas infalibles...
Pedro, creo que en una carta suya, decía que teníamos que dar razón de nuestra fe...
Quizás ahí está la clave. Qué es lo que yo creo. En quién creo. Qué significa para mí.
Entiendo que Jesús de Nazaret (hombre como yo y como cualquiera) nos ha "revelado" a Dios. Nos ha dicho y mostrado cómo es, a qué o a quién se parece. Y nos ha mostrado el camino. Con su vida, con su estilo, con su manera de hacer y actuar. Y con sus palabras.
Y me invita a "cambiar", a darme la vuelta y cambiar de sentido en la dirección de mi vida.
Me pregunto, pues, "creo en Jesús de Nazaret"? En su modo de vivir, en su estilo, en manera de hacer y actuar?
Si digo que sí, si acepto cambiar y vivir a su manera y estilo... Entonces Dios, su reino, se hace presente. Y su vida aparece en mí y a mi alrededor.
Y me atrevo a decir que "sigue vivo", que está aquí en medio de nosotros, que Dios (en la forma que Jesús lo explicaba) está ahí hecho carne y sangre, hecho humanidad...
Y de ese modo camino hacia él, hacia eso que llamamos "vida eterna" que tal vez sólo quiere decir que volvemos a la raíz y origen de nuestra vida y de nuestro ser (como el de todas las galaxias y de todo lo que existe).
Todo lo demás (que si a la "derecha de Dios", que si "aparece o no aparece"...), todo eso es muy espiritual y se presenta en un lenguaje lejano y oscuro que nadie sabe explicar. Además creo que no tiene ninguna importancia.
Hoy, en esta fiesta de Pascua, me quedo con la confesión de "creo en Jesús de Nazaret, nuestro Maestro". Y quiero que mi vida sea "testigo" de esa nueva vida, de ese estilo humano, solidario, tierno y lleno de compasión que sea reflejo de nuestro padre (nuestra madre), Dios.
Lectura del santo evangelio según san Juan (20,1-9):

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