sábado, 23 de febrero de 2013

Hablaban de su muerte...

24 de febrero 2013 - 2º domingo de Cuaresma


"De repente, dos hombres conversaban con él: eran Moisés y Elías, que, apareciendo con gloria, hablaban de su muerte, que iba a consumar en Jerusalén"
Al igual que en otras ocasiones, escucho la lectura del texto de este domingo y siento que nos quedamos con el espectáculo... La subida al monte, los vestidos que brillan, los personajes, la nube, la voz... Y para terminar, la expresión de Pedro: "qué bien se está aquí..."
Me parece que hay algo que nos falta. Se escribe el evangelio desde el relato y vivencia de aquellos hombres y mujeres que seguían a Jesús de Nazaret... Ellos vivieron el drama final del Maestro: acusado, apresado, juzgado, condenado y ejecutado! En la cruz, como un esclavo, como un malhechor!
"Nosotros esperábamos...", así dirán los discípulos de Emaús.
Pues bien, a pesar de todo eso, sintieron una iluminación (espíritu de Dios) que les hizo comprender que Jesús, su Maestro, había vencido; que el reino de Dios estaba ahí y la vida de Jesús seguía siendo real entre ellos... Porque con su vida, con sus palabras y con su estilo nos mostraba el camino y la vida misma de Dios... Jesús es "el escogido", el que tenemos que escuchar.
Lo de menos es la manera de presentarlo...
Seguiremos teniendo la tentación (al igual que Jesús) de pensar y buscar la gloria, el espectáculo en forma de poder, en forma de tener, en forma de dominio y saber...; pero recordemos que "hablaban de su muerte"... Y es de ahí de donde arranca el cambio y transformación total de los seguidores de Jesús. Es nuestra conversión hacia el reino, hacia el mundo nuevo, hacia una relación de humanidad solidaria, justa, llena de compasión y de ternura. Y para llegar a eso, también yo tengo que ir pasando por "la muerte" en tantos detalles y situaciones.(Lectura del santo evangelio según san Lucas (9,28b-36)

La tentación

17 de febrero 2013 - 1º domingo de Cuaresma

Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán y, durante cuarenta días, el Espíritu lo fue llevando por el desierto, mientras era tentado por el diablo...

En las explicaciones y enseñanzas que hemos recibido de la iglesia (institución) recibimos este texto de las tentaciones de Jesús como una anécdota en la que se manifiesta la rectitud, la santidad, el poder, la gloria, el hijo predilecto de Dios...
Supongo que los que han enseñado todo eso saben y entiende mucho más y mejor de lo que nosotros podemos hacerlo; pero me hace sentir como que no entendemos bien la manera y estilo de Jesús de Nazaret.
Jesús, nuestro Maestro, hombre como tú y como yo, sintió a lo largo de toda su vida la tentación, la duda, el miedo, la impotencia, la dificultad...
Vivir según la manera nueva del Reino de Dios resulta exigente de verdad y si no estamos atentos fácilmente nos desviamos.
Me gusta citar a José Ant. Pagola que en la lectura del texto de este domingo dice lo siguiente: "Nos desviamos de Jesús cuando nos creemos con derecho a tenerlo (nuestro pan), y olvidamos el drama, los miedos y sufrimientos de quienes carecen de casi todo.
Nos desviamos de Jesús cuando presionamos las conciencias tratando de imponer a la fuerza nuestras creencias. Al reino de Dios le abrimos caminos cuando trabajamos por un mundo más compasivo y solidario.
Nos desviamos de Jesús cuando confundimos nuestra propia ostentación con la gloria de Dios."
(Lectura del santo evangelio según san Lucas (4,1-13)

Rema mar adentro


10 de febrero - 5º domingo tiempo ordinario
«Maestro, nos hemos pasado la noche bregando y no hemos cogido nada; pero, por tu palabra, echaré las redes.»
Escuchar, hoy en día, estas palabras del maestro me hacen pensar y sentir que los que nos llamamos seguidores suyos vamos haciendo más hincapié en "hacer cosas", en cumplir normas y ritos que en caminar según su estilo.
Como dice José Ant. Pagola; "Lo más importante en estos momentos críticos no son las doctrinas elaboradas a lo largo de los siglos, sino la vida y la persona de Jesús."
De ahí la palabra de hoy: "Rema mar adentro"...
(Lectura del santo evangelio según san Lucas (5,1-11)

domingo, 3 de febrero de 2013

Con intención de despeñarlo


3 de febrero 2013 - 4º domingo tiempo ordinario
"- ...todos en la sinagoga se pusieron furiosos y, levantándose, lo empujaron fuera del pueblo hasta un barranco del monte en donde se alzaba su pueblo, con intención de despeñarlo"
Hoy escuchaba el texto del evangelio de Lucas y estaba pensando que esa actitud de no aceptar el mensaje de Jesús de Nazaret también ocurre entre nosotros.
Los primeros seguidores de Jesús, hombres y mujeres, tenían muy claro y muy presente el final del Maestro: su arresto, su condena y su ejecución en la cruz... Un rechazo total. Condenado y ejecutado como un agitador, como un terrorista, como un esclavo insumiso y rebelde.
Y, sabiendo todo eso, Lucas dice que en su propio pueblo (aunque se admiraban de lo que decía) decían: "¿No es el hijo de José?"... Luego lo empujaron y lo echaron del pueblo.
Entre nosotros no ocurre eso. Eso es lo que pensamos.
Nos hemos acostumbrado al Jesús de los discursos y parábolas, a sus milagros y a su simpatía con los niños... Y también al rechazo frontal de la condena, crucifixión y muerte en la cruz. Ahora la cruz es un adorno (más o menos caro) que nos colgamos al cuello o que vemos en las iglesias y que tiene algo de mágico.
Pero aceptar su camino y su buena noticia...
En el momento en que comprendemos que Jesús se pone de parte de los más humildes, de los más débiles, de los despreciados de nuestro mundo, de los que sufren violencia, de los indefensos... entonces nos damos cuenta de que resulta peligroso, que eso es ser revolucionario, que va contra la ley, que nuestra sociedad no lo acepta...
Eso es lo que anunciaba el profeta Isaías y que Lucas pone en boca de Jesús como lectura en la sinagoga...
Nuestra sociedad nos presenta un panorama más bien desolador: Millones de personas sin trabajo, familias que pierden sus casas, miles y miles de personas que tienen que acogerse a la caridad para poder comer, inmigrantes africanos que llegan a nuestras costas en busca de trabajo y una vida mejor y que son tratados como delincuentes, mujeres víctimas de la violencia, abuso de los grandes y de los ricos en busca de mayores beneficios...
Jesús de Nazaret no miraría con indiferencia todo ese panorama. Su estilo de vida, su voz, sus gestos, su manera de actuar tendría más bien un acento duro, claro, decidido... Acusador en muchísimas ocasiones.
El mensaje de Jesús "no es para proporcionar a sus seguidores creencias, ritos y preceptos para vivir su relación con Dios", como comenta J.A. Pagola. Jesús de Nazaret quiere "promover un mundo más humano", orientado a una vida al estilo de Dios mismo.
Me temo que, en esas situaciones, tanto Jesús como sus seguidores serían empujados fuera del pueblo, se les tacharía de revolucionarios y agitadores y, quien sabe, si no serían condenados, encerrados en la cárcel y... ajusticiados.

Texto del evangelio de Lucas (4,21-30)

jueves, 31 de enero de 2013

Aplicación matemática

No es ningún descubrimiento. No es ningún programa nuevo. Tampoco es algo informático...
Es más sencillo que todo eso.
Me refiero al 0. Sí, al 0.
Algo que ya tenemos tan asumido en nuestras cuentas, en los cálculos, en las compras y en las ventas.
Si lo piensas, el simple hecho de descubrirlo bien mereció un brindis con cava, con vino, con cerveza o simplemente con agua...
Fue cosa de los indios de la India, o los habitantes de Mesopotamia, llegando a nosotros a través de los árabes.
Lo que ha sorprendido es su aplicación en la política.
En eso no había caído.
Se lee en Wikipedia: "El cero (0) es el signo numérico de valor nulo, que en notación posicional ocupa los lugares donde no hay una cifra significativa. Si está situado a la derecha de un número entero, decuplica su valor;1 colocado a la izquierda, no lo modifica."
Pues bien, los políticos han hecho su aplicación:
En nuestra sociedad tenemos un número 1. Desde el pueblo más pequeño al presidente del Gobierno.
Y ahí están las sociedades, los partidos, las empresas, las autonomías, el estado.
Los que votamos somos 0. Eso, somos el 0-
Si votamos a la izquierda...del número 1, seremos 0 (cero). No valemos nada, no contamos, es como si no existiéramos.
Ahora si votamos a la derecha del número 1... Entonces nosotros seguiremos siendo un 0 (cero), unos ninundi o unos donnadie. El que gana es el número 1. Dice Wikipedia que decuplica su valor. Eso con un cero. Si le añade dos ceros, tres ceros, cuatro ceros... 7 ceros... Entonces ese número 1 puede llegar a ser presidente del gobierno (10.000.000, 7 ceros). Nosotros... seguiremos siendo 0 después haber votado...

domingo, 27 de enero de 2013

Buena noticia para los que más lo necesitan


27 de enero 2013 - 3º domingo tiempo ordinario
"Me ha enviado para anunciar el Evangelio a los pobres, para anunciar a los cautivos la libertad, y a los ciegos, la vista. Para dar libertad a los oprimidos; para anunciar el año de gracia del Señor."
A partir de lo que he ido leyendo y escuchando, entiendo que los seguidores de Jesús de Nazaret quedaron tan impactados por el estilo de Jesús, por su manera de hacer, por sus palabras que terminaron comprendiendo que aquello que un día dijo Isaías, el profeta, era exactamente lo que significaba la buena noticia de Jesús.
El final tan terrible, su pasión y su muerte, provocó el que entendieran el sentido profundo de su mensaje.
Y la comunidad de hermanos, hombres y mujeres que reconocieron a Jesús como su Maestro, se convirtió igualmente en buena noticia para los más necesitados. Ponían todo en común y se trataban como hermanos.

Creo que no hay que añadir muchas palabras. Lo único necesario que nosotros seamos (no que digamos) buena noticia: anunciadores de libertad, de nueva visión, de nuevo trato y humanidad, capaces de descubrir a Dios, nuestro padre, que se esconde y encarna en esas personas que cuentan tan poco en nuestro mundo...

José Antonio Pagola lo expresa de esta manera: Jesús es..."Buena Noticia para los pobres. Su actuación es Buena Noticia para la clase social más marginada y desvalida: los más necesitados de oír algo bueno; los humillados y olvidados por todos. Nos empezamos parecer a Jesús cuando nuestra vida, nuestra actuación y amor solidario puede ser captado por los pobres como algo bueno."

Aceptar a Jesús como mi Maestro implica que haga mías esas palabras. No porque las aprenda de memoria, sino porque cualquiera las pueda reconocer en mi manera de vivir... y dé gloria a Dios, nuestro padre. Que mi vida, mis obras, mis pensamientos y mis palabras "santifiquen tu nombre, que te den gloria".
Lectura del santo evangelio según san Lucas (1,1-4;4,14-21):
Excelentísimo Teófilo: Muchos han emprendido la tarea de componer un relato de los hechos que se han verificado entre nosotros, siguiendo las tradiciones transmitidas por los que primero fueron testigos oculares y luego predicadores de la palabra. Yo también, después de comprobarlo todo exactamente desde el principio, he resuelto escribírtelos por su orden, para que conozcas la solidez de las enseñanzas que has recibido.
En aquel tiempo, Jesús volvió a Galilea con la fuerza de] Espiritu; y su fama se extendió por toda la comarca. Enseñaba en las sinagogas, y todos lo alababan. Fue a Nazaret, donde se había criado, entró en la sinagoga, como era su costumbre los sábados, y se puso en pie para hacer la lectura. Le entregaron el libro del profeta Isaías y, desenrollándolo, encontró el pasaje donde estaba escrito: «El Espíritu del Señor está sobre mi, porque él me ha ungido. Me ha enviado para anunciar el Evangelio a los pobres, para anunciar a los cautivos la libertad, y a los ciegos, la vista. Para dar libertad a los oprimidos; para anunciar el año de gracia del Señor.» Y, enrollando el libro, lo devolvió al que le ayudaba y se sentó. Toda la sinagoga tenía los ojos fijos en él.
Y él se puso a decirles: «Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír.»

viernes, 25 de enero de 2013

¿Políticos?... Nah...!

Es la sensación. Es el disgusto. Es el sinsabor. Es ya la náusea...
-Políticos?... Nah!... No, no y no!
No me gusta la clase política que tenemos. No me gusta su manera de actuar. No me gusta que tenga tantos privilegios y prebendas. No me gusta que gobiernen sin pensar en la gente, en el pueblo.
Tampoco me gustan los partidos políticos. No me gusta que sólo se acuerdan de nosotros cuando llegan las elecciones y luego hacen lo que quieren sin que puedas cuestionar, ni criticar, ni preguntar, ni opinar.
Me molesta que se preparen decretos y leyes que siempre les benefician a ellos. Me molesta que se crean y se pongan por encima de los demás: Pensiones, seguros, viajes, tarjetas para sus gastos, transporte, coches oficiales, etc. etc.
¿Por qué no pedimos y exigimos Listas abiertas? ¿Por qué no pedimos y exigimos que se trate a los políticos como a cualquier trabajador? ¿Por qué hay que pagarles pensiones especiales? ¿Por qué se les permite tener cargos y empleos en los que no hacen nada sino figurar? ¿Por qué se les concede puestos de trabajo de los que no saben ni entienden nada cuando hay tantos que sí saben y entienden y están en paro?
...Y si comenzáramos este juego de nuevo? Es como volver a repartir las cartas.
Quieres ser político? Bien, vamos a poner las condiciones. NOSOTROS, no ellos. Eso sería democracia, no? Bueno, me gustaría que esto comenzara a correr... Opina, escribe, discute, exige...; pero no te quedes sin decir nada.

Dios no mandó su hijo al mundo para condenar...

...sino para se salve por él 14 de septiembre 2025 (Fiesta de la Exaltación de la Cruz) El texto que nos ofrece este fin de semana la Iglesi...