viernes, 1 de agosto de 2025

Tu vida no depende de tus bienes


"-¿De quién será lo que has preparado?”

3 de agosto 2025


El texto del evangelio de Lucas que escuchamos este domingo nos dirige unas palabras que nos cuestionan a todos.
Planificamos nuestra vida teniendo como objetivo conseguir bienes y comodidades que hagan nuestra vida más placentera... Y a eso Jesús nos propone la parábola del hombre que ante una situación parecida se dice a sí mismo: -"...Y entonces me diré a mí mismo: alma mía, tienes bienes almacenados para muchos años; descansa, come, bebe, banquetea alegremente”.

"Pero Dios le dijo: -“Necio, esta noche te van a reclamar el alma, y ¿de quién será lo que has preparado?”. Así es el que atesora para SÍ y no es rico ante Dios».

Demasiado a menudo, en nuestra formación religiosa (también en las predicaciones y charlas escuchadas en la iglesia) se nos ha insistido en ese aspecto de "ser rico ante Dios".

¿Cuál sería el sentido del comentario de Jesús? Según lo recibido como doctrina en la iglesia, se trataría de ser piadoso, asistir frecuentemente a misa, hacer actos de caridad, rezar mucho, sacrificarse, adorar al Santísimo... Algo así como acumular muchas obras buenas y piadosas como quien llena la cartilla de ahorros... Un verdadero tesoro en el cielo.

Sin embargo, al escuchar y entender la actitud de Jesús a lo largo de su vida, en ningún momento aparece como una persona piadosa, que iba muchas veces al Templo, hacía muchas oraciones, hacía actos de caridad... A Jesús se le ve como una persona atenta, compasiva, muy centrado en la voluntad de Dios, en el mensaje de la Buena Noticia, compartiendo con los vecinos, amigos y otras muchas personas que encontraba en su camino alegrías y penas; pero dando toda la prioridad a ese estilo nuevo de vivir: El hombre es más que el sábado; atender al desvalido sin mirar el color, la raza, la religión; tener en cuenta a los más débiles y marginados (mujeres, niños, enfermos, leprosos, desvalidos)...

Entiendo que todo eso es "ser rico ante Dios". Y si no vivimos de esa manera, ¿de qué me sirve el acumular bienes y comodidades, el beber, comer, hacer fiesta... si mi vida no alcanza su plena humanidad?

Ser una persona al estilo de Dios, con un gran respeto a la vida, a todo lo que nos rodea, con una atención consciente que escucha, que trata de comprender y de amar a las personas que vamos encontrando en nuestro camino. Que mi vida no se centre en tener, en acumular...


Texto del evangelio de Lucas 12, 13-21

En aquel tiempo, dijo uno de entre la gente a Jesús:
«Maestro, dile a mi hermano que reparta conmigo la herencia».

Él le dijo:
«Hombre, ¿quién me ha constituido juez o árbitro entre vosotros?».

Y les dijo:
«Mirad: guardaos de toda clase de codicia. Pues, aunque uno ande sobrado, su vida no depende de sus bienes».

Y les propuso una parábola:
«Las tierras de un hombre rico produjeron una gran cosecha. Y empezó a echar cálculos, diciéndose: “¿Qué haré? No tengo donde almacenar la cosecha”.

Y se dijo: “Haré lo siguiente: derribaré los graneros y construiré otros más grandes, y almacenaré allí todo el trigo y mis bienes. Y entonces me diré a mí mismo: alma mía, tienes bienes almacenados para muchos años; descansa, come, bebe, banquetea alegremente”.

Pero Dios le dijo:
“Necio, esta noche te van a reclamar el alma, y ¿de quién será lo que has preparado?”.

Así es el que atesora para SÍ y no es rico ante Dios».

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