Sólo una es necesaria
20 de julio 2025
Este texto del evangelio de Lucas (Marta y María) no es de los más comentados y, quizás, no es tan conocido de la gente que frecuenta la iglesia.
En mis años de formación sí creo recordar charlas y explicaciones sobre el significado de las dos hermanas: La acción y la contemplación. Y se nos decía de la importancia de la oración y meditación como algo necesario en medio de la vida activa de los religiosos y misioneros.
Pensándolo ahora me parece recordar que todos los comentarios iban dirigidos a los religiosos y religiosas, es decir a las personas consagradas dentro de las Órdenes y Congregaciones religiosas. Como que estaban en otro nivel en la vida cristiana, como seguidores y seguidoras de Jesús de Nazaret.
Ahora mi lectura y reflexión siguen otra dirección. La Buena Noticia del Evangelio es un mensaje y una invitación dirigida a todas las personas. No hay niveles ni categorías. No hay distinción entre personas consagradas (monjes, monjas, sacerdotes, obispos, etc.). Jesús era una persona dentro del común de los mortales. No era sacerdote, ni levita, ni letrado, ni doctor de la Ley. Y desde su vida de laico nos invita a seguirle viviendo su estilo de vida.
La diferencia está en el acento que pone en su vida. Esa confianza total en Dios (Abbá - Papá). Sentir e identificarse con el amor de Dios que se manifiesta en todas las cosas, en todas las personas, en todas las situaciones. Y responder a ese amor amando a todas las personas. Porque no es la Ley (los mandamientos) la que me salva, la que nos da la vida. Es el amor. En especial la atención, el escuchar, el comprender, el amar a los desvalidos, a los marginados, a los necesitados, a los desprotegidos... a los don nadie. Ahí encontramos a Dios, comenzamos a vivir de verdad y nos convertimos en auténticos hijos de Dios.
Las dos hermanas, Marta y María, son dos maneras de vivir parecidas a nuestras vidas. Muchas veces andamos inquietos y preocupados con muchas cosas... como Marta. Y olvidamos que lo que de verdad importa es esa atención consciente viviendo y haciendo las cosas con amor. Y una vez que tenemos esa actitud entendemos que es como la perla preciosa que encontramos, el tesoro escondido, y decidimos vender todo y dedicarnos a eso que ya es toda nuestra vida.
¡Sólo una cosa es necesaria! (Me hace pensar que cuando descubrimos, eso todo lo demás es superfluo. Tantos adornos que hemos ido poniendo a lo que llamamos vida cristiana. Y ahí entra toda la institución de la Iglesia, su jerarquía, sus templos y catedrales, sus ritos y procesiones, sus largos rezos y devociones...) Sólo una cosa es necesaria.
Texto del evangelio de Lucas 10, 38-42
En aquel tiempo, entró Jesús en una aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa.
Esta tenía una hermana llamada María, que, sentada junto a los pies del Señor, escuchaba su palabra.
Marta, en cambio, andaba muy afanada con los muchos servicios; hasta que, acercándose, dijo:
«Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola para servir? Dile que me eche una mano».
Respondiendo, le dijo el Señor:
«Marta, Marta, andas inquieta y preocupada con muchas cosas; solo una es necesaria. María, pues, ha escogido la parte mejor, y no le será quitada».
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