Que no se turbe vuestro corazón ni se acobarde
25 de mayo 2025
Estaba reflexionando sobre el texto del evangelio de Juan ("El que me ama guardará mi palabra") y mientras trataba de captar el sentido de esa expresión me he acordado de mis tiempos de estudiante. Aprendíamos algo de hebreo y recuerdo que para hablar de la Palabra de Dios, de sus mandamientos utilizaba el término "dabar - debarim"... Las palabras de Dios (sus mandamientos) se expresaban con ese término.Y ahora Juan nos dice que "el que ame a Jesús (el que quiera seguir sus huellas) guardará su palabra".
Y su palabra es el amor. El evangelio de Juan (al igual que sus cartas) es machacón con el tema.
-"Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros..."
-"El que me ama guardará mi palabra, y mi Padre lo amará..."
-"Este es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado..."
-"El que dice que ama a Dios y no ama a su hermano, es un mentiroso..."
-"En eso sabemos que amamos a Dios, que amamos a los hermanos..."
Son textos bien conocidos. Deberíamos decir que siempre lo hemos sabido y que expresan el mensaje central de Jesús de Nazaret. Entonces ¿por qué nos enredamos en cien mil cuestiones, en teorías, en opiniones y estudios para hablar de la Iglesia, de la comunidad cristiana, para explicar qué significa ser cristiano o seguidor de Jesús?
En estos días he vuelto a leer un libro que tiene detalles conmovedores y tremendamente profundos. En inglés: "Mister God, This is Anna" - de Fynn. (En castellano: "Señor Dios, soy Ana"). Anna es una niña de 5 años y le preguntan: -"Crees en Dios? - Sí. -¿Qué es Dios? -Es Dios:
-¿Vas a la iglesia? -No. -¿Por qué no vas a la iglesia? -Porque ya sé lo que hay que saber. ¿Y qué sabes? -Que hay que amar a Dios, a las personas, a los perros, a los gatos, a las arañas..., a todo, con todo el corazón..."
-"...Y a Dios lo encuentro en todas partes..."
Después de escuchar el texto del evangelio de Juan, ¿qué tendríamos que decir nosotros? En el fondo, nada. Ya conocemos su palabra. Ahora lo que importa y lo que hay que hacer es simplemente amar y tratar de comunicar a todo el mundo ese sentimiento, esa entrega, ese servicio, ese don total y esa atención especial dedicada a cada persona, a cada ser que nos encontramos en nuestra vida.
Texto del evangelio de Juan 14, 23-29
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«El que me ama guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él.
El que no me ama no guarda mis palabras. Y la palabra que estáis oyendo no es mía, sino del Padre que me envió.
Os he hablado de esto ahora que estoy a vuestro lado, pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre, será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que os he dicho.
La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy yo como la da el mundo. Que no se turbe vuestro corazón ni se acobarde. Me habéis oído decir: “Me voy y vuelvo a vuestro lado”. Si me amarais, os alegraríais de que vaya al Padre, porque el Padre es mayor que yo, Os lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda creáis».
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