jueves, 6 de julio de 2023

La gente sencilla

Aprended de mí, que soy sencillo y humilde

9 de julio 2023




"El evangelio de este domingo -que nos presenta Imma Calvo- elogia a la gente sencilla. Esos que el mundo desprecia están mejor preparados para entender el mensaje de Jesús. Los sabios, que ya lo saben todo, se cierran a lo nuevo y a lo distinto, y eso les incapacita para captar la esencia de la vida."

¿Quién seguía a Jesús de Nazaret? ¿Quién se acercó a él?

Como muy bien comenta Miguel Ángel Munárriz, "a Jesús le siguieron los que sintieron necesidad de él… y sólo ellos participaron de la buena Noticia. Le siguieron los que se sentían rechazados por la gente respetable y abandonados por un Dios que les enviaba calamidades por sus pecados. Le siguieron los pecadores públicos, los pobres, los enfermos y lisiados, los humildes y sencillos; los que no poseían tesoros en la Tierra y no podían sentir apego por ellos..."


Y Jesús bendice a Dios... porque, si has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, se las has revelado a la gente sencilla...


¿Qué son esas cosas?

Creo entender que esas cosas son precisamente el mensaje de la Buena Noticia del Reino de Dios. Su experiencia interior, su manera de vivir. Lo que intenta transmitir a través de sus palabras, de su estilo de hacer y de comportarse... (Sus parábolas, sus signos). Su acercamiento a los humildes y marginados, a los pobres, a los necesitados, a los enfermos y apartados de la religión. También a los ricos que esperaban un cambio...


Es muy posible que, hoy en día, nuestras comunidades cristianas valoren más el saber y el conocimiento. Como si todavía permaneciera en nuestro subconsciente aquello que aprendíamos en el Catecismo: ..."Doctores tiene la Santa Madre Iglesia que te sabrán responder..." Era la respuesta que nos hacía callar. Ante las difíciles cuestiones y los más profundos razonamientos nos enseñaban a tener fe y atenernos a lo que decían los sabios y doctores de la Iglesia.

Y nos perdimos en los vericuetos de la ciencia y del saber dejando de lado la invitación de Jesús a seguir sus huellas, a vivir su experiencia de Dios


La enorme cantidad de conocimientos de que disponemos hoy en día, los avances tecnológicos, la amplia red de comunicación, han puesto en nuestra mente una especie de superioridad que nos hace creernos por encima de todas las palabras y mensajes que, años atrás, parecía que modelaban toda nuestra vida. Las normas y comportamiento, la moral, las relaciones sociales, incluso el modo de tratarse y la moda... Todo aparecía como controlado por los mandamientos, tratados y recomendaciones que nos dictaban los sabios y doctores de la religión.

Ahora, estamos seguros de saber más, de entender mejor, de superar aquella visión y estilo de vida que nos proyectaban.


Sólo que, en medio de toda esa superioridad y despliegue de conocimientos, nuestro mundo también nos presenta unos aspectos tan lamentables como la pobreza y miseria de millones de personas, el hambre y la enfermedad que afecta a una gran parte de la humanidad, el abuso y desprecio de los más ricos hacia los marginados, la violencia que se sigue ejerciendo sobre mujeres, niños, migrantes y... todas aquellas personas carentes de valor... Los don nadie que ni saben ni entienden...


Finalmente nos vemos obligados a descubrir que todo ese saber y conocer, todo el dominio económico y técnico, no nos da más humanidad, no nos hace mejores personas, no hace crecer en nosotros la solidaridad, la compasión, la amistad y la ternura.

Y a eso precisamente nos invita, de nuevo, Jesús de Nazaret. A revivir en cada uno de nosotros su propia experiencia de Dios, descubrir que todos formamos esa humanidad que se fundamenta en nuestro origen, fuente y raíz, en Dios mismo, sin distinción de raza, sexo, origen, cultura y lugar de origen. Un punto que, si ahondamos dentro de nosotros mismos, descubriremos que somos hermanos-hermanas. Que si nos olvidamos de una parte de ellos, estamos perdiendo nuestra propia humanidad.


"La gran carencia de nuestra comunidad hoy -termina su comentario Fray Marcos- es la falta de experiencia interior... Lo que hay que enseñar a los cristianos es a vivir la experiencia de Jesús. Solo ahí encontraremos la liberación de toda opresión. Solo teniendo la misma vivencia de Jesús, conseguiremos la libertad para ser nosotros mismos." 



Texto del evangelio de MATEO 11, 25-30


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