viernes, 29 de octubre de 2021

Siempre aprendiendo

No hay ningún mandamiento mayor

31 de octubre 2021


Este domingo el texto del evangelio nos da lo más básico que podemos encontrar como mensaje de la Buena Noticia del Reino de Dios.

Un letrado se acerca y pregunta a Jesús: 

-¿Qué mandamiento es el primero de todos?

Todos entendemos que eso es como el ABC de la doctrina... Lo que primero aprendíamos en el Catecismo, junto con la señal de la cruz: Amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a tí mismo.


Lo estaba reflexionando y para entender mejor el mensaje de Jesús he echado mano del comentario de José Antonio Pagola. Y me he llevado una sorpresa. Dice así: -"Casi nadie piensa que el amor es algo que hay que ir aprendiendo poco a poco a lo largo de la vida. La mayoría da por supuesto que el ser humano sabe amar espontáneamente. Por eso se pueden detectar tantos errores y tanta ambigüedad en ese mundo misterioso y atractivo del amor." 


Efectivamente, podemos detectar en nuestra vida los errores y la ambigüedad de la que habla Pagola.


"-Hay quienes piensan que el amor consiste fundamentalmente en ser amado y no en amar... Que lo importante es ser atractivo, resultar agradable, tener una conversación interesante..." Y así nos luce. Cuando eso no funciona, el amor desaparece.

"-Otros están convencidos que el amor es de lo más sencillo. Lo difícil es encontrar personas agradables a las que querer. Si no le cae simpático el amor desaparece..."

"-Otros confunden el amor con el deseo. Y cuando dicen "te quiero", en realidad están queriendo decir: te deseo, me apeteces..."


Basándonos en esa manera de entender el amor, se comprende que nuestra vida está llena de amores que van y vienen, aparecen y desaparecen.

Cuando Jesús de Nazaret habla del amor se refería a otra cosa. Y ahí puede estar nuestro desconcierto.

Jesús, en sus parábolas, en sus comentarios, en sus gestos, en su vida nos presenta un modo bien distinto de entender ese primer mandamiento, el más importante. Algo que, incluso al final de su vida, lo va a presentar como el mandamiento nuevo: Que os améis como yo os he amado.


En estos días se empieza a hablar, dentro de la comunidad de seguidores de Jesús (en la Iglesia) del gran Sínodo o Encuentro al que se invita a todos los cristianos y a todos los que tienen interés en el evangelio. Y, pensando en ello, entiendo que nuestra comunidad (nuestra iglesia a todos los niveles) tiene que tener como objetivo y meta ser precisamente una "comunidad de hermanos", personas que tienen muy claro que el primer mandamiento, el punto número 1, es el amor.


De ahí que nuestra mayor motivación, la razón de juntarnos y celebrar la Eucaristía (la Memoria del Serñor) sea, ante todo y sobre todo, avanzar en nuestro aprendizaje del Amor.


Así lo expresa mejor José A. Pagola: "«Amar al prójimo como a uno mismo» requiere un verdadero aprendizaje, siempre posible para quien tiene a Jesús como Maestro."

"-La primera tarea es aprender a escuchar al otro. Tratar de comprender lo que vive. Sin esa escucha sincera de sus sufrimientos, necesidades y aspiraciones no es posible el verdadero amor."

"-Lo segundo es aprender a dar. No hay amor donde no hay entrega generosa, donación desinteresada, regalo. El amor es todo lo contrario a acaparar, apropiarse del otro, utilizarlo, aprovecharse de él."

"-Por último, amar exige aprender a perdonar. Aceptar al otro con sus debilidades y su mediocridad. No retirar rápidamente la amistad o el amor. Ofrecer una y otra vez la posibilidad del reencuentro. Devolver bien por mal."

Así pues, como discípulos estamos llamados a seguir siempre aprendiendo


Texto del evangelio de MARCOS 12, 28-34

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