viernes, 23 de julio de 2021

Que se enmendaran (la conversión)


11 de julio 2021


El texto que escuchamos y/o leemos este fin de semana, también del evangelio de Marcos, nos narra la Misión. Jesús envía a sus discípulos, a sus seguidores, a proclamar el Evangelio. Y les comunica toda una serie de normas que probablemente formaron parte del estilo de aquellas primeras comunidades: Id de dos en dos; no llevéis dinero, ni alforja, ni dos túnicas, ni pan…


No es fácil hacerse a la idea de ese estilo de predicadores. Y tampoco tenemos muy claro que eso de la Misión no sea algo exclusivo de algunas personas que han recibido la vocación, como se solía decir.


Entonces, por un lado, tenemos el tema ése de la Misión. Y, por otra parte, cuál es el objetivo de la misma.

Ya sé que la tradición y la práctica de la Iglesia (después de tantos siglos) se ha ido concentrando en unas personas que son las enviadas y que tienen el encargo de ir por todo el mundo a predicar el evangelio y a las que llamamos misioneros/as.

Ese tipo de persona lo encontraremos en todas las religiones. Pero, ¿realmente era ése el objetivo y la idea de Jesús de Nazaret?


Fray Marcos lo comenta de esta manera: -“La misión no es tarea de unos pocos, sino la consecuencia inevitable de la adhesión a Jesús. La misión no consiste en predicar sino en hacer un mundo cada vez más humano. No se trata de salvaguardar a toda costa doctrinas trasnochadas o normas morales que no humanizan. Menos aún en conservar unos ritos fosilizados que ya no dicen nada a nadie. El mensaje de Jesús no se puede meter en fórmulas.”


Y para completar y entender mejor el mensaje, añade lo siguiente:

“Predicaban la conversión, echaban demonios y curaban”. Es curioso que ninguna de esas acciones fue descrita en el envío. La conversión, de la que nos habla el evangelio, no debe entenderse desde el punto de vista moral. Se trata de “metanoia”. Un cambio de mentalidad que llevaría consigo un cambio en la manera de vivir. Sin emprender ese nuevo camino, de nada servirán los arrepentimientos y los propósitos. Seguimos sin entenderlo hoy. El echar demonios y curar son signos de la preocupación por los demás. El signo de que ha llegado el Reino es la ayuda a los demás.”


“Al enviarlos, está diciendo que lleven el Reino de Dios a todos los hombres. Él no es su dueño ni ellos sus propietarios. Ese Reino es la “buena noticia” que todos deben descubrir. El Reino predicado por Jesús trata de purificar toda religión. Jesús no creó una nueva religión ni dejó de pertenecer a la judía. Él haber hecho de la predicación de Jesús una religión más ha impedido que sea fermento para todas.”


Seguro que a más de uno ciertas afirmaciones y comentarios nos pueden desconcertar y hasta puede parecernos que no es eso lo que la Iglesia nos enseña… Pero, si observamos y profundizamos en la manera de vivir y de hacer del Maestro, ¿no estaríamos más cerca de lo que para él era la Buena Noticia del Reino de Dios?


Texto del evangelio de Marcos, 6, 7-13

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