domingo, 17 de enero de 2016

Signos y gestos

Domingo 17 de Enero de 2016

Cada vez que escucho los textos del evangelio trato de centrarme en el mensaje de Jesús de Nazaret. No quiero que sea simplemente una anécdota, una curiosidad, un conocimiento más...
A través de las diferentes narraciones de los evangelios hay algo que queda muy claro: Es la buena noticia del reino de Dios. Una conciencia clara y profunda del gran deseo de Dios, nuestro padre, de que los hombres y mujeres (toda la humanidad) cambien de estilo de vida y entiendan que lo que importa y tiene valor es la fraternidad, el respeto y la compasión. Que nuestra atención se tiene que centrar en los más débiles, en los marginados, en los que se ven oprimidos... Eso es lo que hacemos nosotros mismos en nuestras casas: Ponemos especial cuidado en los bebés, en los enfermos, en los ancianos, en los menos capacitados.
Ése es uno de los aspectos que siempre llama la atención al escuchar a Jesús de Nazaret.
Hay otro elemento que destaca: Es la alegría y la fiesta de la buena noticia.

El texto que nos han presentado hoy está tomado del evangelio de Juan (las bodas de Caná). Me temo que, al igual que en otras narraciones del evangelio, nos hemos quedado en el aspecto más externo olvidando la motivación profunda de su mensaje.
Como explica J.A.Pagola: "El evangelista Juan no dice que Jesús hizo «milagros» o «prodigios». Él los llama «signos» porque son gestos que apuntan hacia algo más profundo de lo que pueden ver nuestros ojos..." 
Toda la vida de Jesús, todas sus acciones y sus palabras están llenas de su mensaje central: La buena noticia de Dios es alegría y es fiesta. Y todos estamos invitados... Lo comenta muy bien J.A.Pagola: "Todo ocurre en el marco de una boda, la fiesta humana por excelencia, el símbolo más expresivo del amor, la mejor imagen de la tradición bíblica para evocar la comunión definitiva de Dios con el ser humano. La salvación de Jesucristo ha de ser vivida y ofrecida por sus seguidores como una fiesta que da plenitud a las fiestas humanas cuando estas quedan vacías, «sin vino» y sin capacidad de llenar nuestro deseo de felicidad total..."
Por eso, hoy me pregunto si mi vida es signo de algo. Cada uno de nosotros, en nuestra iglesia, en nuestra comunidad, ¿somos signo de fiesta, de alegría, de vida nueva? ¿Nuestras actuaciones son gestos y maneras de ese nuevo estilo de Jesús de Nazaret?

Texto del evangelio de Juan 2, 1-12 (Boda en Caná de Galilea)


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