domingo, 10 de enero de 2016

Espíritu y fuego

Domingo 10 de Enero de 2016

Creo recordar que Pedro, en una de sus cartas, recomienda que estemos preparados para dar cuenta o razón de nuestra fe. Y siento que resulta bastante difícil.
La iglesia que nos predica sigue utilizando el lenguaje y las imágenes de siempre (algo que se ha mirado siempre como inamovible); pero es algo que apenas los iniciados son capaces de entender.
Hoy nos hablaron, siguiendo el texto de Lucas, del bautismo de Jesús. En una mezcla increíble nos hicieron ver el paraíso, el pecado original, el bautismo, la bajada del Espíritu Santo en forma de paloma, la gracia que recuperamos por el bautismo, la suerte que hemos tenido de ser adoptados como hijos de Dios... De ahí a valorar tanto el bautismo de los niños (cuanto antes mejor).
Apoyados en esas imágenes se hace difícil "dar razón" de nuestra fe.

J.A. Pagola insiste: "Necesitamos volver a las raíces de nuestra fe. Ponernos en contacto con el Evangelio. Alimentarnos de las palabras de Jesús que son “espíritu y vida”.
Admitiendo que el lenguaje de los textos del evangelio utilizan el lenguaje de su tiempo (de hace 2.000 años), es importante centrarnos en lo que es el mensaje y buena noticia de Jesús de Nazaret.
Y lo que aparece como muy claro es Jesús anuncia y quiere impulsar, ante todo, un cambio radical, una conversión: Es la buena noticia: la liberación (los ciegos ven, los cojos andan, los pobres reciben la buena noticia...). Una liberación, incluso, de la religión y de todas las ataduras que llevaba consigo. Porque lo que importa es la compasión y la ternura, la solidaridad y la fraternidad. Una humanidad en la que "los últimos serán los primeros", los débiles serán los más fuertes. Es de locura. Es tan fuerte que nuestra iglesia no ha sido capaz de asumirlo y seguimos necesitando la conversión que pedía Jesús de Nazaret.

En boca de Juan el Bautista el evangelista pone estas palabras: "Él os bautizará con espíritu santo y fuego..."
Como en muchos otros casos, nos hemos quedado con las imágenes y hemos dejado de lado el mensaje central: Creo que no se trata visualizar a la tercera persona de la Trinidad, sino de captar el nuevo estilo y aliento para nuestras vidas. Una manera diferente de respirar, el modo nuevo de enfocar nuestra vida... A eso nos quiere llevar Jesús de Nazaret. 
Y el fuego es el que limpia todo lo que impide nuestra conversión... "No os preocupéis por todas esas cosas. Buscad, ante todo, el reino de Dios..."  Ése es el fuego que quemaba a Jesús mismo, en su vida, en sus hechos y en sus palabras. Y así nos enseño a orar: "Papá, sea santificado tu nombre; venga tu reino; se haga tu voluntad; el pan de mañana dánoslo ya hoy; perdona todo el mal que he hecho como yo también perdono a los que me han ofendido; no me dejes caer en la tentación; y líbranos del malo..."
Me gusta orar así. Hacerlo lentamente y dejar que mi mente y mi corazón se dejen penetrar de su aliento y de su fuego...

Y termino con un comentario de J.A.Pagola: " Lo mejor que podemos dejar en herencia a las futuras generaciones es un amor nuevo a Jesús y una fe más centrada en su persona y su proyecto. Lo demás es más secundario. Si viven desde el Espíritu de Jesús, encontrarán caminos nuevos..."

Texto del evangelio de Lucas 3, 15-16. 21-22


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