viernes, 4 de enero de 2013

Tontos, incultos y manipulables


Martes 20 de noviembre de 2012

(Publicado en la revista "Alandar")
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El 17 de abril de 1969, el doctor Robert R. Wilson, director del proyecto de construcción del primer acelerador de partículas, tuvo que declarar ante una comisión mixta del Congreso y el Senado estadounidenses. El senador demócrata John Pastore le preguntó:

- ¿Hay algo relacionado con este acelerador que, de alguna manera, contribuya a la seguridad de la nación?
- No, señor. No creo.
- ¿Nada en absoluto?
- Nada en absoluto.
- ¿No tiene ningún valor en este sentido?
- Solo tiene que ver con el valor que nos damos unos a otros, la dignidad humana, el amor por la cultura. No tiene ningún valor militar, lo siento. (…)
- ¿Hay algo en este proyecto que nos haga más competitivos que los rusos en la carrera militar?
- Solo desde el amplio punto de vista del desarrollo tecnológico. Esto tiene que ver con buenos pintores, buenos escultores, grandes poetas. Con las cosas que nosotros veneramos y honramos en nuestro país y por las que somos patriotas. (…) No tiene nada que ver directamente con la defensa de nuestra nación, excepto en hacer que merezca la pena defenderlo.
43 años después, un compatriota suyo, Barak Obama, incluyó estas dos frases en el discurso que pronunció tras lograr su reelección como presidente de los Estados Unidos: “Queremos que nuestros hijos crezcan en un país en el que tengan acceso a las mejores escuelas y los mejores profesores. Un país que esté a la altura de su legado como líder mundial en tecnología, descubrimiento e innovación, con todo el empleo de calidad y las nuevas empresas que se derivan de ellos.”
Estas dos citas, una reciente y otra que ya va para antigua, ponen de manifiesto la devoción por el conocimiento, por la investigación, por la cultura que tienen los estadounidenses. No sorprende, pues, el esfuerzo que hacen en I+D+i: nada más y nada menos que el 3 por ciento de su PIB. Ni el lugar que ocupan en el mundo.
Spain is different. Aquí, La inversión en la misma partida presupuestaria, que nunca ha llegado al 1 por ciento del PIB, no sólo no crece, sino que se reduce: la cantidad prevista para 2013 es equivalente a la de 2005. ¿Por qué países como EEUU, Alemania o Francia aumentan el dinero dedicado a investigación y cultura en los momentos difíciles? Porque segar esta inversión es cercenar el desarrollo y el bienestar de un país. En el complejo y abstruso mundo de hoy tenemos que conocer para poder decidir.
Nos están vendiendo que la cultura es algo superfluo, suprimible. Pero es mentira. Sin ella, solo somos bárbaros. ¿Hacen falta más ejemplos? Pues aquí va un último, esta vez nuestro: mientras la subvención presupuestaria del Museo del Prado caerá en 2013 a apenas 11 millones de euros, el aeropuerto de Castellón, capricho de un político corrupto y megalómano, y condenado a desaparecer sin haber recibido un solo vuelo, se lleva 17,5 millones. Definitivamente, nos quieren tontos, incultos y manipulables. Y nosotros nos dejamos.

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