viernes, 20 de febrero de 2009

La Iglesia de mi país


"La intriga de Dios instalada en mi corazón"
"...Hacia los 20 años empecé a entender que la utopía del Reino de Dios no llegaría jamás de manos de aquella Iglesia, que desencantaba a los jóvenes..." "...La Iglesia de mi país era como un lento paquidermo: con un peso específico importante sobre las conciencias, y que evolucionaba a paso de tortuga. La Iglesia de los pobres, de los pequeños, de los afligidos... la Iglesia de las Bienaventuranzas, no existía..."

Tomo prestadas estas notas de Núria Delgado, aparecidas en los Cuadernos de "Cristianismo y Justicia" (Nº 159 - febrero 2009).

Ella nos cuenta sus vivencias (con esa intriga persistente en el corazón) y he sentido todo el peso de su reflexión. "La Iglesia de mi país...", la encuentro en mi parroquia, la que percibo en otros organismos e instituciones... es incapaz de conducirnos al Reino, a ese otro mundo "posible", al estilo nuevo de Jesús de Nazaret.
Demasiado ocupada en estilos, maneras, adornos, diseños, leyes, organizaciones, doctrinas... mientras los pobres, los afligidos, los pequeños, los olvidados de los poderosos... van dejando su vida por el camino.

Como contrapunto (casi en paralelo) veo aparecer tantas personas "voluntarias" en grupos, organizaciones, ONGs, fundaciones... que nos hablan de entrega, de darse, de compartir, de buscar la fraternidad, la justicia, el apoyo a los más desfavorecidos... ¿Será que la Iglesia ha cambiado de lugar? -Donde dos o más se reúnan en mi nombre... A lo mejor tendríamos que decir: "Donde dos o más comiencen a vivir al estilo de Jesús de Nazaret..., allá está El, allá ha comenzado el Reino..., allá está Dios mismo".

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