jueves, 28 de abril de 2022

Así os envío yo

Un reencuentro especial

24 de abril 2022


Estamos celebrando la Pascua. Todos estos días de la semana se van leyendo textos de los evangelios que nos hablan de la Resurrección, de las apariciones a los discípulos, de las mujeres que fueron al sepulcro, etc.

Como bien comenta Fray Marcos: "En ninguna parte se narra el hecho de la resurrección porque no puede ser un fenómeno constatable empíricamente; cae fuera de nuestra historia, no puede ser objeto de nuestra percepción sensorial. Todos los intentos por demostrar la resurrección como un fenómeno verificable por los sentidos estarán abocados al fracaso."


De ahí el peligro que tenemos de leer el evangelio como si se tratara de crónicas de un suceso ocurrido en aquel tiempo. Esa manera de narrar es la expresión que tomaron los que escribieron los evangelios aprovechando textos y narraciones del Antiguo Testamento y que, hoy en día, podríamos describir como explicaciones o comentarios que nos ayuden a captar el sentido profundo de la experiencia vivida por los primeros seguidores de Jesús de Nazaret.


"La resurrección quiere expresar la idea de que la muerte no fue el final. Su meta fue la Vida, no la muerte. La misma Vida de Dios, como dice el mismo Jn: “El Padre que vive me ha enviado y yo vivo por el Padre”. (Fray Marcos)


Otro punto importante a señalar y profundizar es la misión.

Toda la narración que escuchamos/leemos en este domingo (evangelio de Juan) tiene como punto central la misión o encargo que les hace: "Igual que el Padre me ha enviado a mí, os envío yo también a vosotros."

Como escribe José Antonio Pagola: "-Jesús los «envía». No les dice en concreto a quiénes han de ir, qué han de hacer o cómo han de actuar: «Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo». Su tarea es la misma de Jesús. No tienen otra: la que Jesús ha recibido del Padre. Tienen que ser en el mundo lo que ha sido él."

"Ya han visto a quiénes se ha acercado, cómo ha tratado a los más desvalidos, cómo ha llevado adelante su proyecto de humanizar la vida, cómo ha sembrado gestos de liberación y de perdón. Las heridas de sus manos y su costado les recuerdan su entrega total. Jesús los envía ahora para que «reproduzcan» su presencia entre las gentes..."

Y para que sean capaces de llevar adelante la misión... Dice el evangelio que sopló sobre ellos diciéndoles: - Recibid Espíritu Santo.

Es ésa una expresión a la que estamos acostumbrados. Tanto hemos oído comentar y explicar que el Espíritu Santo es la tercera persona de la Santísima Trinidad que damos por hecho que está ahí, que Dios nos lo envía o que lo recibimos en Pentecostés o en el bautismo... Pero no llegamos a captar la profundidad de su mensaje.

"El gesto de Jesús -comenta J.A. Pagola- tiene una fuerza que no siempre sabemos captar. Según la tradición bíblica, Dios modeló a Adán con «barro»; luego sopló sobre él su «aliento de vida»; y aquel barro se convirtió en un «viviente». Eso es el ser humano: un poco de barro alentado por el Espíritu de Dios. Y eso será siempre la Iglesia: barro alentado por el Espíritu de Jesús."

"Creyentes frágiles y de fe pequeña: cristianos de barro, teólogos de barro, sacerdotes y obispos de barro, comunidades de barro… Sólo el Espíritu de Jesús nos convierte en Iglesia viva... Muchos no pueden captar en nosotros la paz, la alegría y la vida renovada por Cristo. No hemos de bautizar solo con agua, sino infundir el Espíritu de Jesús. No solo hemos de hablar de amor, sino amar a las personas como él."

Caminar tras las huellas del Maestro es convertirnos y acoger el soplo de Jesús, la Vida misma de Dios. Y la Vida de Dios es, ante todo, amar, el servicio a los hermanos ("lavarles los pies"). Sólo entonces podremos experimentar la vivencia de Pascua (que Jesús, tal como hizo en vida, ha alcanzado la Vida de Dios, está junto a Él. Y nos invita a que cada uno de nosotros resucite a una vida nueva, nuestra resurrección.

Texto del evangelio de JUAN 20, 19-31

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