sábado, 5 de septiembre de 2020

Donde dos o más estén reunidos en mi nombre

6 de septiembre 2020

Donde haya dos reunidos en mi nombre, yo estaré en medio de ellos | Dibujos  fano"Sin comunidad no puede haber persona humana...", así titula su comentario  Fray Marcos.

El texto de Mateo que se nos propone nos habla de la corrección fraterna, de cómo hacer para ayudarnos a caminar hacia una plenitud humana en nuestro grupo o comunidad.
Así, pues, comenta Fray Marcos, que "Lo que nos relata el evangelio de hoy es seguramente reflejo de una costumbre de la comunidad de Mateo..."  Y por eso dice aquello de Si tu hermano peca”..., intenta hacerle comprender que su manera de actuar hace daño a la comunidad.

Y no está hablando del concepto de pecado que tenemos hoy en día. 
Se está refiriendo a su vivencia como comunidad de seguidores del Maestro. Y cuando habla de Atar y desatar” se refiere a la capacidad de aceptar a uno en la comunidad o excluirlo. Así lo entendieron también las primeras comunidades.


Quizás, a lo largo del camino, hemos ido perdiendo el sentido de comunidad, el sentido de familia, el sentido de hermandad que es, precisamente, lo que tiene que distinguir a todas las personas que quieren seguir las huellas de Jesús de Nazaret.

Me gusta cómo lo expresa Fray Marcos: “Donde dos estén reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos”. Dios está identificado con cada una de sus criaturas, pero solo se manifiesta (está en medio) cuando hay por lo menos dos (comunidad). La relación de amor es el único marco idóneo para que Dios se haga presente. Se trata de estar identificados con la actitud de Jesús, es decir, buscando únicamente el bien del hombre, de todos los seres humanos, también de los que no pertenecen al grupo. Esto lo hemos olvidado con frecuencia..."

Mi respuesta a la invitación de Jesús a seguirle no es para cumplir unas ciertas normas, o asistir a ciertas celebraciones religiosas, o a recitar toda una serie de plegarias. Creo que no. Se trata más bien de vivir de otra manera, de poner en el centro de mis objetivos caminar hacia una humanidad más plena que no es otra cosa que tener y mantener unas relaciones lo más humanas posible, llenas de atención y de cariño... en especial (insistiendo siempre en lo mismo) hacia las personas más desvalidas, más marginadas y olvidadas.
Y creo que todo eso tengo que vivirlo en comunidad, en familia. No vale una respuesta individual en la que yo me arreglo directamente con Dios, con la Virgen o con los santos.

Creo que Fray Marcos lo explica mucho mejor: "El sentido de la comunidad es la ayuda mutua en la consecución de la plenitud del hombre. La Iglesia debe ser sacramento (signo) de salvación para todos. Hoy día no tenemos conciencia de esa responsabilidad. Pasamos olímpicamente de los demás. Seguimos enfrascados en nuestro egoísmo incluso dentro del ámbito de lo religioso. El fallo más letal de nuestro tiempo es la indiferencia. Martín Descalzo la llamó “la perfección del egoísmo”. Otra definición que me ha gustado es ésta: “es un homicidio virtual”. Seguramente es hoy el pecado más extendido en nuestras comunidades..."

Tal vez, para terminar, podemos releer lo que dice Jesús: "Donde dos o más estén reunidos en mi nombre..., allí estoy yo en medio de ellos". Y revisar si mi vida y mi esfuerzo van encaminados a reunir, a formar comunidad, a hacer posible que Él (y Dios mismo) estén presentes en nuestra sociedad, en nuestro barrio, en nuestra familia.

Texto del evangelio de Mateo, 18, 15-20

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