viernes, 20 de enero de 2017

La Buena Noticia

Domingo 22 de enero de 2017

Resultado de imagen de la buena noticiaEl texto del evangelio que vamos a escuchar este fin de semana está tomado de Mateo y es como el comienzo de ese camino que él está decidido a recorrer proclamando un estilo de vida que pone en cuestión muchas cosas, incluso leyes y mandatos que se consideraban sagrados.
Jesús de Nazaret va diciendo por los pueblos que tiene una gran noticia: Que "el reino de Dios está cerca". Que ese mundo nuevo, más justo y más solidario que esperan (y que seguimos esperando) está cerca. Es más, llegará a decir más adelante, que está dentro de nosotros...
¿La Buena Noticia? Hoy trato de imaginarme entre aquellos hombres y mujeres que le escuchaban. ¿Qué es buena noticia para mí?
Hoy ha fallecido un amigo. Y eso, además de que nos cuesta asumirlo, también nos coloca ante esas preguntas de la vida y la muerte; ante el sentido que tiene mi vida; en cómo la estoy viviendo; a qué he dedicado mis esfuerzos...
En estos momentos me digo que "creer en la buena noticia del reino de Dios" es vivir convencido y entregado a un estilo como el de Jesús de Nazaret. Una vida que va centrada en la humanidad, en la compasión y la solidaridad, en la que las personas son lo más importante comenzando por los marginados y débiles, por los que no son importantes y no se les tiene en cuenta para nada...
El mensaje de Jesús de Nazaret nos presenta y nos acerca a un Dios muy diferente del que han pensado e imaginado las religiones. Un Dios (lo iba a poner con minúscula para entender que no es el Todopoderoso, sino el todo ternura y compasión) que acoge al pródigo, a la oveja perdida, que valora lo pequeño y escondido, que no necesita grandes ritos ni demostraciones... Y de ahí sacamos fuerza para seguir.

Como tantas veces, voy tomar prestadas las palabras de José A. Pagola que escribe:
"En el Evangelio de Jesús nos encontramos con un Dios que, a pesar de nuestras torpezas, nos da fuerza para defender nuestra libertad sin terminar siendo esclavos de cualquier ídolo; para seguir aprendiendo siempre formas nuevas y más humanas de trabajar y de disfrutar, de sufrir y de amar. Para mí es bueno poder contar con la fuerza de mi pequeña fe en ese Dios.
En el Evangelio de Jesús nos encontramos con un Dios que despierta nuestra responsabilidad para no desentendernos de los demás. No podremos hacer grandes cosas, pero sabemos que podemos contribuir a una vida más digna y más dichosa para todos pensando sobre todo en los más necesitados e indefensos. Para mí es bueno creer en un Dios que me pregunta con frecuencia qué hago por mis hermanos. Me hace vivir con más lucidez y dignidad.
En el Evangelio de Jesús nos encontramos con un Dios que nos ayuda a entrever que el mal, la injusticia y la muerte no tienen la última palabra. Un día, todo lo que aquí no ha podido ser, lo que ha quedado a medias, nuestros anhelos más grandes y nuestros deseos más íntimos alcanzarán en Dios su plenitud. A mí me hace bien vivir y esperar mi muerte con esta confianza..."

Me ha encantado leer y releer estos comentarios de J.A. Pagola. Porque eso es la buena noticia del reino de Dios. Y, desde luego, prefiero mil veces más, apuntarme a seguir este camino antes que a los múltiples caminos que nos anuncian y proclaman los políticos y poderosos.

Texto del evangelio de Mateo (4,12-23):


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