sábado, 18 de junio de 2016

Para ti ¿quién soy yo?

Domingo 19 de Junio de 2016

El texto del evangelio que nos presentan en la eucaristía de este fin de semana es como un test para mi vida, para mi modo de actuar, para mi estilo y mi actitud.
Me confieso cristiano, o mejor seguidor de Jesús de Nazaret y escuchando el texto de Lucas (cap.9, 18-24) tengo miedo de no aprobar. ¿Quién es Jesús de Nazaret para mí?

Creo que, también entre los cristianos o seguidores de Jesús, encontramos respuestas de todo tipo: Jesús el profeta; Jesús el que hace milagros; Jesús el que enseña la palabra de Dios; Jesús el Mesías; Jesús el revolucionario...
Siguiendo las enseñanzas de personas muy entendidas (doctores?) hemos encasillado a Jesús. Le hemos puesto las etiquetas que mejor nos cuadran y nos sentimos en paz cumpliendo los mandamientos y ordenanzas que nos dicen en cada momento lo que está bien y lo que está mal.
Ahora que los tiempos cambian, la sociedad y nuestro entorno se mueve y actúa fuera de los cauces de la Iglesia (institución) nos sentimos como sin pautas, sin saber bien lo que tenemos que hacer o la dirección que hay que tomar.

No son tiempos fáciles los nuestros. Si no volvemos a Jesús con más verdad y fidelidad, la desorientación nos irá paralizando; nuestras grandes palabras seguirán perdiendo credibilidad. Jesús es la clave, el fundamento y la fuente de todo lo que somos, decimos y hacemos. ¿Quién es hoy Jesús para los cristianos? (Pagola)
Efectivamente.
Y la vuelta al Jesús del evangelio implica un cambio y una conversión a la que no estamos acostumbrados. Porque no se trata de ir a confesar los pecados. Tampoco es cuestión de ir a misa todos los días o rezar muchas oraciones... Creo que Jesús de Nazaret apunta en otra dirección: Es un cambio del corazón, de la actitud que tengo ante las otras personas, de mi escala de valores... Lo que vale y lo que no vale.
Y eso se aplica a todo: mi persona, mi familia, mi entorno, mi sociedad... 
Ahora que andamos preparando unas elecciones cuántas preguntas surgen: La educación, la sanidad, la atención a los más débiles, los inmigrantes y sin papeles, los muchos miles (hasta millones) de personas sin trabajo... Está también el lado oscuro de nuestro mundo: la corrupción, las trampas, el lujo y desenfreno de unos pocos...
Todo eso y más. Los políticos que nos venden sus programas de "salvación" y cuanto salen elegidos se olvidan de lo que prometieron.
¿Hasta dónde me compromete ser seguidor de Jesús de Nazaret? ¿Quién es para mí?
Texto del evangelio de Lucas (9,18-24)

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