sábado, 20 de febrero de 2016

Escuchadle

Domingo 21 de Febrero de 2016

Metidos ya en la Cuaresma, el texto de Lucas que se nos propone este fin de semana es el referente a lo que llamábamos a la "transfiguración".
Todavía recuerdo ciertas explicaciones y comentarios escuchados en otros tiempos en los que casi nos parecía ver la escena como en una glorificación de Jesús y los personajes que le acompañan. Era como si el cielo (al que colocábamos allá arriba) hubiera bajado sobre aquella montaña... Y lo entendíamos tal y como lo dice el evangelio.
Creo que, finalmente, nos perdíamos lo más importante, el mensaje que aquellos primeros seguidores de Jesús de Nazaret querían transmitir: Jesús era tan especial que no encontraban palabras adecuadas para que lo pudieran entender los demás. Aquel hombre les transmitía algo muy especial. Sentían que estaba tan en sintonía con Dios que era como si les hablara Dios mismo. Su manera de ser, sus acciones, su estilo, sus palabras...
Esa impresión llena todo el texto de los evangelios. Lo encontraremos en los relatos de los "signos" que hacía (los milagros). También en sus parábolas. En los relatos de después de la Pascua (los discípulos de Emaús).
Así lo entendieron y así nos llega a nosotros...
"Éste es mi hijo, el escogido, escuchadle".
Ése es el punto. Prestar atención, escuchar, centrarnos en el Maestro.
Así lo comenta J.A. Pagola: "Los evangelios no son libros didácticos que exponen doctrina académica sobre Jesús. Tampoco biografías redactadas para informar con detalle sobre su trayectoria histórica. Son «relatos de conversión» que invitan al cambio, al seguimiento a Jesús y a la identificación con su proyecto..."
Porque realmente toda nuestra vida, como seguidores de Jesús de Nazaret, tiene que ir marcada por su mensaje y su estilo. Y su primera llamada es: "Convertíos, cambiad de estilo de vida y creed en la buena noticia".
Son las dos cosas: Darnos la vuelta y empezar a ver y entender nuestra vida como la más humana posible. En la que la persona (aún la más pobre y miserable, la más marginada, la más olvidada) es más importante que todos los poderosos y sus riquezas; más válida que todas las finanzas y todos los imperios.
Y la segunda cosa: la buena noticia. Que el reino de Dios está ya aquí. Que es posible esa sociedad, esa humanidad de la que habla. Que sí, que es posible. A pesar de todo lo que digan los políticos, la Unión Europea o Estados Unidos o quien sea...
Mira que me desazona el escuchar todos los días en las Noticias la cantidad tan grande de corrupción, de trampas, de engaños y abusos... Pero quiero escuchar al Maestro. Él me marca el camino mucho mejor que cualquier partido político.

Lectura del santo Evangelio según San Lucas 9,28b-36


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