domingo, 28 de junio de 2015

Tu fe te ha curado




Domingo 28 de Junio de 2015

El texto del evangelio de Marcos que hemos escuchado en la eucaristía de hoy nos habla de dos actuaciones de Jesús que afectan a la salud, a la vida. (Una mujer que padecía flujos de sangre desde hacía muchos años y una niña que se muere...)
La costumbre y la repetición han hecho que nuestra mente y nuestra conciencia hayan asumido como normal la exhibición del poder de Jesús de Nazaret (ese ser divino que sólo necesita querer para hacer un milagro). Y así, estos "milagros" forman parte de las numerosas anécdotas maravillosas que presentan al Maestro cada vez más excepcional y más alejado de nosotros.
Hace unos días escuchábamos las palabras que decía a sus seguidores: "Por qué sois tan cobardes?... Si tuvierais fe..."
Hoy señala en ambos casos: "Tu fe te ha curado" ; " No temas, basta que tengas fe"...
Creo que el sentido profundo de las palabras de Jesús hacen referencia a algo que va mucho más allá.
En primer lugar, la salud y la vida de las personas se ha convertido para Jesús en algo primordial. Su buena noticia no es una predicación "religiosa" con grandes referencias a la divinidad, devociones y asistencia a las ceremonias del templo... No! La vida de las personas, en especial de los más necesitados, de los humildes, de los pobres, de los marginados, de los que sufren el desprecio de la propia sociedad... Llegará a decir: "Porque yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia..." Y cuando explica en parábolas quién es el que entrará en el reino de Dios dice aquello de: "Venid, benditos de mi padre, porque tuve hambre y me disteis de comer; tuve sed y me disteis de beber..."
Un segundo pensamiento me viene y es que yo mismo (y supongo que cualquiera de nosotros) llevo dentro sufrimientos y enfermedades que me hacen perder "humanidad".
Cuando escucho a Jesús decir:"Sed perfectos como vuestro padre es perfecto" entiendo que se refiere no a que yo sea divino (como Dios mismo) sino a que sea "humano", persona llena de compasión y ternura que tiene ojos solidarios y ve a los que tienen necesidad como hermanos y hermanas.
Entonces cada vez que me olvido de eso y actúo movido por mi egoísmo, por mi comodidad, por mi afán de tener y acumular riquezas (cosas, poder, influencia, importancia y reconocimientos), mi vida se hace más deshumana y deshumanizadora... "Ay! si pudiera tocar al menos su manto..." Así pensaba aquella mujer que tenía los flujos de sangre... Y el padre de la niña que se muere: "Mi niña está en las últimas; ven para que se cure y viva..."
Llego a la conclusión que me afecta: Mi fe en Jesús de Nazaret. ¿De verdad creo en él? ¿Me fío de su proyecto de vida? ¿Acepto su buena noticia del reino de Dios? Eso de vivir como hermano, como persona solidaria, compasiva, tierna, entregada y decidida en favor de una sociedad más justa y en la que las personas (hombres y mujeres) sean más importantes que el dinero, que la empresa, que las finanzas, que la fama... ¿Lo acepto y lo asumo de corazón?
"Tu fe te ha curado"... Espero escuchar y sentir esa palabra de Jesús de Nazaret.

Texto del evangelio de Marcos 5, 21-43

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