domingo, 22 de febrero de 2015

Se ha cumplido el plazo

Domingo 22 de Febrero de 2015

Odres Nuevos - primer domingo cuaresma BN (2)
En el comentario al texto de la eucaristía de este domingo quería hacerme eco de las palabras de Jesús de Nazaret: "«Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios: convertíos y creed en el Evangelio.» 
Es como esa llamada de atención que nos lanza a todos. Andamos metidos en tantas cosas, tantas actividades, tantos problemas, tantas situaciones... que no nos queda tiempo ni para pensar. Y vamos haciendo camino y los días se convierten en semanas, meses y años y parece como si no supiéramos bien ni hacia dónde nos dirigimos.
Acabamos de comenzar la cuaresma. Un tiempo especial para tener unos momentos de reflexión, de silencio y serenidad... Es como irse al "desierto" = lugar apartado, sin distracciones, donde poder pensar y también orar.
También Jesús pasó por el desierto. Eran muchas las cosas que sucedían. Había escuchado a Juan el bautista. También veía y sentía lo que vivía la gente de su pueblo... Y todo eso lo llevaba dentro como un volcán a punto de explotar. Y con todo eso se fue al desierto. Y tuvo todas las tentaciones y todas la dudas y las indecisiones y los miedos...
Veo a Jesús en su desierto y lo siento cercano a nuestra humanidad. Cercano y unido a cualquier hombre y mujer en la realidad de su vida. Y sus palabras anunciadoras del reino de Dios son las de alguien que sabe de nuestras tentaciones, de nuestros miedos, de nuestras dudas, de nuestras indecisiones. Entonces resuenan con fuerza sus gritos: "Convertíos y creed en el evangelio".
Que no tenga miedo, que me decida, que vale la pena, que es la decisión más correcta...
Así veo al Maestro. Y me molesta que, a pesar de todo lo ortodoxo que pueda ser y parecer, presenten a Jesús como que "se dejó tentar" (porque él no tenía tentaciones), y ayunó e hizo penitencia (cuando él no tenía que hacerlo) porque como "es Dios"...
Y, como bien explican los más entendidos, al hablar de esa manera lo único que hacemos es decir que Jesús jugaba a "ser hombre", que hacía como que..., que hacía comedia o representaba. En fin que no era, de verdad, un hombre.
Y, a partir de ahí, toda la humanidad pierde importancia y nos obligan a mirar hacia arriba, hacia el cielo, hacia el futuro, hacia la "vida eterna". Y nos quedamos con que este mundo que tocamos, este cuerpo, esta realidad son únicamente parte del "valle de lágrimas" que nos ha tocado como penitencia después de lo de Adán y Eva.
Y la buena noticia de Jesús se fue al carajo y sólo nos queda rezar mucho y hacer mucha penitencia a ver si así nos admiten en ese cielo que no sabemos ni cómo es ni donde está.
Mejor será acercarnos al Maestro que toma sus decisiones en el desierto, que se para a pensar y reflexionar, que se retira a orar y a centrarse en ese mensaje de convertirse y creer en la buena noticia del reino de Dios que ya está aquí...
Porque el reino de Dios es para "aquí", no para el cielo "futuro".
Bueno, que "se ha cumplido el plazo" y que va siendo hora de que me pare a reflexionar y me de la vuelta.

Lectura del santo evangelio según san Marcos 1, 12-15
En aquel tiempo, el Espíritu empujó a Jesús al desierto.
Se quedó en el desierto cuarenta días, dejándose tentar Satanás; vivía entre alimañas, y los ángeles le servían. Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios. Decía:
–«Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios: convertíos y creed en el Evangelio.»

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