jueves, 25 de diciembre de 2014

Creer en él



Fiesta de la Navidad
25 de diciembre 2014


He asistido a la eucaristía en esta tarde del día 25 de diciembre. Una celebración muy ortodoxa, casi iba a decir a la antigua usanza.
Por un lado me gusta unirme a toda esta comunidad de seguidores de Jesús que se emociona con las representaciones del belén, adoran la figurita de un bebé y cantan canciones simpáticas, archiconocidas y que terminan afirmando cosas que no tienen demasiado sentido.
Por otro lado siento cierta desazón al comprobar que seguimos aferrados a doctrinas y sentencias que nos alejan cada vez más de la verdadera noticia (Buena Noticia) de Jesús de Nazaret.
Cierto que aquella primera comunidad cristiana tradujo su fe en el Maestro utilizando imágenes y figuras que ellos entendían bien y era motivo para caminar tras las huellas suyas; pero nosotros nos quedamos con las apariencias, con los adornos y con las fantasías.
Juan dice en el texto que se ha leído hoy: "...a los que creen en su nombre, les dio el poder de llegar a ser hijos de Dios..."
¿Realmente creo en Jesús de Nazaret? ¿Creo en su estilo de vida? ¿Miro el mundo como lo miraba él?
Resulta que sólo si comienzo a vivir de esa manera... podré llegar a ser "hijo de Dios". No en el sentido que le damos ahora con eso del bautismo. No. Si actúo como él, si la escala de valores que voy usando, si miro a los hermanos como él lo hacía... entonces Dios comienza a vivir en mí, se hace carne en los hermanos y cuando lo descubro me cambia la vista y la vida.
Imagino que algo parecido es lo que les pasó a aquellos hombres y mujeres que le seguían. Y Juan habla de la Palabra y de la Luz. Y que nadie ha visto a Dios; pero si creemos en Jesús de Nazaret y vamos asumiendo su modo de vivir... es como si Dios mismo acampara en medio de nosotros.
Y comenzamos a entender lo de la Buena Noticia para todo el pueblo... porque entrevemos una nueva humanidad y un mundo tan diferente...

Una compañera de Karibu nos habló de un grupo en el que trabaja que tiene como slogan: "Otro mundo es necesario..."
Es algo parecido a lo que gritaba Jesús: "El reino de Dios está en medio de vosotros, convertíos, cambiad, daos la vuelta...Necesitamos otro mundo en el que la compasión y la ternura estén por encima de todo. En el que los más necesitados y los desvalidos encuentren los brazos que los acojan, los cuiden, los sanen y los animen...
Esos son los que creen en él... Y yo deseo contarme entre ellos.

Texto del evangelio de Juan 1,1-18. 

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