domingo, 21 de septiembre de 2014

Un estilo nuevo, una relación nueva

Domingo 21 de Septiembre de 2014

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Dos cosas o temas que rondan en mi reflexión de hoy: Unas palabras que cantan en la eucaristía "Tu palabra es camino, tu cuerpo fraternidad". Las escucho a menudo y siempre siento que son suficientes para la reflexión de cualquier encuentro o eucaristía.
No hablamos de verdades, de dogmas, de credos, de rezos, de ritos... No! Se trata de la palabra de Jesús (el del evangelio, el que vivió en nuestro mundo) y me dice que su palabra, lo que nos explica (su buena noticia) es el modo de vivir, su estilo, la manera de convivir y hacer nuestra sociedad. Y en segundo lugar que la eucaristía es ante todo eso: fraternidad. Si no vivimos de ese modo, es como no hemos entendido nada. Nos vamos por las ramas y haremos mucha religión, pero no seremos jamás seguidores de Jesús de Nazaret.

La segunda reflexión: Las maneras de Dios. Jesús nos lo dice en parábolas, en ejemplos que nos pueden ilustrar. El "reino de los cielos se parece a..." El estilo de Dios es o se parece a... Y creo que siempre nos pilla descolocados. No entendemos nada. Los últimos son primeros, les premia lo mismo. Los marginados los sienta delante, los despreciados y olvidados los invita a la boda... ¿Dónde están los méritos? ¿Dónde se han quedado los grandes, los importantes, los sabios y doctores...?

Comenta J.A. Pagola:"A lo largo de su trayectoria profética, Jesús insistió una y otra vez en comunicar su experiencia de Dios como “un misterio de bondad insondable” que rompe todos nuestros cálculos. Su mensaje es tan revolucionario que, después de veinte siglos, hay todavía cristianos que no se atreven a tomarlo en serio.
Para contagiar a todos su experiencia de ese Dios Bueno, Jesús compara su actuación a la conducta sorprendente del señor de una viña. Hasta cinco veces sale él mismo en persona a contratar jornaleros para su viña. No parece preocuparle mucho su rendimiento en el trabajo. Lo que quiere es que ningún jornalero se quede un día más sin trabajo.
Por eso mismo, al final de la jornada, no les paga ajustándose al trabajo realizado por cada grupo. Aunque su trabajo ha sido muy desigual, a todos les da “un denario”: sencillamente, lo que necesitaba cada día una familia campesina de Galilea para poder vivir."

Y vuelvo a recordar las palabras que decía al principio: "Tu palabra es camino y tu cuerpo fraternidad"... Como que tengo que repetirme día a día este estribillo. Lo importante y necesario es caminar como Jesús y crecer en fraternidad. Me temo que ése es el único mérito, el único objetivo y la única manera de ir hacia nuestro padre, Dios. Todo lo demás... Nos pasará como a los jornaleros de la primera hora (los contratados pronto y que aguantaron el calor de todo el día...). Sentiremos que es injusto, protestaremos y todo eso. Y sólo conseguiremos la respuesta del dueño de la viña:“Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No nos ajustamos en un denario? Toma lo tuyo y vete. Quiero darle a este último igual que a ti. ¿Es que no tengo libertad para hacer lo que quiera en mis asuntos? ¿O vas a tener tú envidia porque yo soy bueno?”

Lectura del santo evangelio según san Mateo 20, 1-16


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