domingo, 29 de septiembre de 2013

Ricos y pobres

Domingo 29 de septiembre de 2013

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"Sucedió que se murió el mendigo, y los ángeles lo llevaron al seno de Abrahán. Se murió también el rico, y lo enterraron. Y, estando en el infierno, en medio de los tormentos..."
Evangelio 29 septiembre de 1013 color
Un cuento o parábola que se actualiza continuamente... El hombre rico que viste con elegancia, que posee una gran mansión, que derrocha en banquetes y viajes, que goza y se divierte. Y todos sabemos de bastantes ricos como ése...
El mendigo... En nuestras calles, en los barrios marginados, en los comedores sociales, en las casas de nuestros barrios pobres, en zonas olvidadas...
Jesús no cuestiona su religiosidad, si cumple con las leyes, con los mandamientos, si va a misa.
El punto de inflexión es la falta de solidaridad.
La buena noticia de Jesús de Nazaret es el camino para crear un mundo justo y fraterno. Su estribillo, su slogan: "Convertíos", cambiad, daos la vuelta... Es para tomar esa dirección. Un mundo en el que tienen prioridad la compasión y la ternura, en el que los más humildes, los pobres, los desvalidos, los olvidados se convierten en la primera preocupación de los seguidores de Jesús de Nazaret.
Los grandes, los políticos, no dejan de mostrarnos que su gran preocupación es el poder, el dinero, los bancos, los negocios... aunque se queden marginados millones de personas.
Eso ya lo veía Jesús y por eso les dijo: "Habéis visto cómo actúan los poderosos... No será así entre vosotros..."
Nuestra tentación y peligro es hacer de todo esto algo "espiritual", "religioso"... Y seguir pensando en el "cielo" (o seno de Abraham) y en el "infierno" (o lugar de fuego y tormentos)... De esa manera nos contentamos con aquello de que, al final, todos darán cuentas a Dios y cada uno recibirá premio o castigo.
Todo eso está muy bien; pero creo que eso pertenece a un pensamiento y cultura que no son de ahora. La exigencia de las palabras de Jesús y su buena noticia es que intentemos hacer de nuestra vida un mundo fraterno y solidario. Cada uno de nosotros. Implicarnos todo lo que podamos de manera que "los mendigos" de este mundo nuestro sientan la compasión y la ternura en forma de solidaridad y compartir lo que tenemos.
Texto del evangelio de Lucas (16,19-31)

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