domingo, 18 de noviembre de 2012

Él está cerca, a la puerta


18 de noviembre 2012 - Domingo 33º tiempo ordinario
-"Aprended de esta parábola de la higuera. Cuando las ramas se ponen tiernas y brotan las yemas, deducís que el verano está cerca"...
Con toda la información que tenemos, con todos los medios de comunicación que utilizamos, y no sabemos entender los signos y los tiempos.

Las palabras de Marcos recogen la tensión que se vivía en aquellos años en la sociedad judía de Palestina. Rebeliones, revueltas, el peso del dominio romano, el mundo pagano que parecía imponerse al "reino de Dios", al "pueblo escogido".
Todo eso tiene que cambiar...

Y las gentes se movían entre la dura realidad de un mundo colonizado y dominado y la esperanza del mundo nuevo. La catástrofe final y el juicio a todos los hombres y mujeres.

Nuestro tiempo también presenta aspectos y situaciones duras y violentas: el hambre y la miseria que abarca a tantos pueblos; la violencia y la opresión que se ejerce sobre tantas gentes; el desprecio de los más humildes; la marginación de los que no tienen dinero o poder; los políticos y los estados que se creen dioses y disponen de la vida de los demás a su antojo y en su provecho.
Todos esos signos ¿nos dicen algo?
Entre nosotros hay muchos entendidos en economía, en negocios, en marketing, en política, en informática, en medios de comunicación...
¿Qué entiendo yo de todo eso que nos comentan continuamente los medios de comunicación, la prensa, la radio, la televisión, las redes sociales...?

Quizás, al escuchar este texto de Marcos, lo que me hace sintonizar con lo que me dice Jesús es su indicación de que "Él está cerca, a la puerta"...
No sé ni puedo aventurar una sola palabra sobre ese final espectacular del mundo y de la humanidad. Tampoco puedo ni siquiera imaginar lo que podría ser un "juicio universal" de todos los hombres y mujeres que han existido. Pero sí entiendo ese toque de atención que me da: "Aprended de esta parábola de la higuera..."
Y "mi juicio", mi examen final, anda cerca. "Está cerca, a la puerta".
Y de todas esas situaciones difíciles (a nivel social, a nivel económica, a nivel humano...) que se proclaman tengo que aprender. Observar y ver... "cuando las ramas se ponen tiernas y brotan las yemas, deducís que el verano está cerca..." Y el Maestro me indica cómo ser capaz de comprender los tiempos y los signos. Si el juicio que proclama Jesús de Nazaret es sobre lo que he hecho a mis hermanos..., si lo que cuenta es si he sido capaz de ver al hambriento, al sediento, al que no tiene casa, al inmigrante, al despreciado, al que sufre violencia... y les he atendido, entonces los signos de nuestro tiempo están más que claros. "Él está cerca, a la puerta". Todos esos hermanos los tengo ahí mismo, en mi puerta.
Ése, creo yo, será mi juicio. Será mejor que aprenda de la parábola de la higuera...
Lectura del santo evangelio según san Marcos (13,24-32):
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «En aquellos días, después de esa gran angustia, el sol se hará tinieblas, la luna no dará su resplandor, las estrellas caerán del cielo, los astros se tambalearán. Entonces verán venir al Hijo del hombre sobre las nubes con gran poder y majestad; enviará a los ángeles para reunir a sus elegidos de los cuatro vientos, de horizonte a horizonte. Aprended de esta parábola de la higuera: Cuando las ramas se ponen tiernas y brotan las yemas, deducís que el verano está cerca; pues cuando veáis vosotros suceder esto, sabed que él está cerca, a la puerta. Os aseguro que no pasará esta generación antes que todo se cumpla. El cielo y la tierra pasarán, mis palabras no pasarán, aunque el día y la hora nadie lo sabe, ni los ángeles del cielo ni el Hijo, sólo el Padre.»

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