domingo, 28 de agosto de 2011

JMJ - Reflexiones (6)


C.- PONER LA CONFIANZA EN EL DINERO

Por los días de la constitución de la Fundación “Madrid Vivo”, en su discurso a la Plenaria del episcopado de Abril-2009, el Cardenal Rouco destacaba “la crisis global de naturaleza ética que se esconde tras la crisis económica. Es relevante – decía - el discernimiento de las causas éticas, tanto individuales como sociales de dicha crisis. Sin un cambio profundo de mentalidad y de actitudes, a la luz de una conciencia moral rectamente formada, difícilmente se remontará esta grave crisis, cuyas dimensiones y horizontes se muestran tan inciertos e imprevisibles ".

Estamos de acuerdo, pero consideramos necesario analizar las causas concretas económicas y políticas de la crisis para situarnos ante la realidad y poder así discernir con verdad sus causas éticas individuales y sociales. “Hemos de preguntarnos – como señalan los obispos vascos - si nuestra economía está verdaderamente al servicio de toda la persona y de todas las personas, frente al escándalo de la pobreza en el mundo y de las desigualdades económicas entre países y en el interior de los mismos. “El principal obstáculo – dice Benedicto XVI - que la verdadera liberación debe vencer es el pecado y las estructuras que llevan al mismo” – “Caritas in Veritate”, nº 13 - (Obispos vascos, Carta Pastoral de Cuaresma – Marzo-2011)

En este sentido coincidimos con González Faus cuando añade: “Hoy ya no estamos en un capitalismo de producción sino pura y simplemente de especulación: un sistema en el que los inversores pueden mandar a la miseria a miles de ciudadanos, no para producir ningún tipo de riqueza sino para que su dinero les produzca más dinero. Y además de una manera anónima: porque nunca verán la cara ni conocerán la historia de sus víctimas.” (“Alí Babá y los cuarenta mercados”, Blog – religióndigital, 13-1-2011)

En consecuencia pensamos, después de todo lo expuesto, que el obispo de Madrid, acuciado quizás por los millonarios gastos de la J.M.J., en su Fundación “Madrid Vivo” ha elegido los peores colaboradores para remontar esta “grave crisis de naturaleza ética” que denunciaba. A estos mecenas, y a sus portavoces propagandistas, no les faltan solemnes declaraciones sobre su voluntad de “contribuir a que Madrid sea cada vez más la ciudad de los valores, sobre su interés por ampliar los límites de la dignidad humana más allá del materialismo economicista, sobre la espiritualidad como un elemento esencial para revitalizar la sociedad española y, especialmente, la región de Madrid.”. Pero creemos que sus prácticas y las de sus empresas van exactamente en sentido contrario a lo que expresan estas declaraciones.

Fiarse de la fuerza del poder y el dinero a la hora de evangelizar supone someterse a una tentación tan vieja como la misma Iglesia. Los que así piensan lo hacen seguramente con la santa intención de utilizar unos recursos más realistas, eficaces y rápidos para llegar a las multitudes. Pero ya nos advierte el Evangelio de que “Nadie puede estar al servicio de dos amos. No podéis servir a Dios y al dinero” (Mt. 6 / 24). Apoyarse en las facilidades que dan los poderes de este mundo para evangelizar supone, a menudo, condicionar la proclamación del Evangelio y su fuerza transformadora a la voluntad e intereses de estos poderes. No es extraño que nuestros obispos no hayan dicho una palabra de denuncia concreta – más allá de declaraciones generales sobre “la crisis global de naturaleza ética” – en torno a las situaciones que señalamos en este Documento y sus responsables.

“La verdad os hará libres” dice el Evangelio y la libertad frente a los poderes de este mundo nos hará verdaderos. Cuando ponemos nuestra confianza en los recursos que facilitan estos poderes se hace difícil e incómodo percibir las realidades que viven las personas sometidas a ellos y se apaga, en consecuencia, nuestra voz profética. En nuestra opinión, se ha caído una vez más, en la misma tentación que se le presentó a Jesús al comienzo de su tarea evangelizadora: poseer los reinos del mundo, su fuerza y su esplendor a cambio de adorar al príncipe de este mundo y sus fuerzas (Mt. 4 / 10-11); olvidar que “es difícil entrar en el Reino (del Dios de Jesús) a los que ponen su confianza en el dinero” (Mc. 10 / 24).

Foro “Curas de Madrid” – Junio -2011

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