domingo, 15 de mayo de 2011

Vosotros los sarmientos...


15 de mayo 2011 - Fiesta de San Isidro

"Yo soy la vid, vosotros los sarmientos..."

Hoy, nuestra comunidad celebra la fiesta de San Isidro (un hombre que fue labrador...). Nuestra gente, aunque ya tienen poco de campo y de labradores, sigue celebrando a este hombre que, por el decir de la gente y las leyendas, fue un hombre cabal: honrado, íntegro y con un gran sentido de la fidelidad.
Seguramente que en su tiempo también le leyeron estas palabras del evangelio, palabras de Jesús que hablan de campo, de viñas, de trabajos bien conocidos, de tareas que ellos mismos hacían muchas veces...
Hoy, todo eso se nos desdibuja y apenas sabemos de viñas, de podas, de cultivos de sarmientos. Vemos los vinos en botella, los productos en las estanterías del supermercado y las labores de los campesinos y agricultores ya no cuentan.
Por eso las palabras y parábolas de Jesús de Nazaret casi ni las entendemos.

Qué quiere decirme Jesús?
Sin meterme a explicaciones agrícolas, entiendo que (al igual que en otras muchas parábolas) me quiere mostrar que si no entro en ese estilo de vida, en esa manera de hacerme más humano, más cercano a los otros... mi vida es como un sarmiento separado de la vid. No puede dar fruto.
Por bonito que sea, por muchas cosas que haga, por ceremonias y rezos, por sacramentos y ritos que cumpla... si no vivo con el convencimiento y la entrega que nos señala Jesús de Nazaret... sólo seré eso: un sarmiento que terminan cortando, que se seca y que lo echan al fuego...
Pablo, en su carta a los cristianos de Corinto, les dirá aquello de que "si no tengo amor..." Aunque hable lenguas, aunque haga milagros, aunque entregue mi cuerpo a las llamas... Si no tengo amor, de nada me sirve.
Aquellos hombres y mujeres que seguían a Jesús estaban bien convencidos y su lenguaje nos parece exigente y duro.
Hoy, tengo la impresión de que el seguimiento de Jesús no hemos convertido en algo "religioso", algo que tiene que ver con las ceremonias, los ritos, los sacramentos, las oraciones, la piedad de las buenas gentes... Y eso del sarmiento y de la vid es una bella imagen decorativa. Y nos resulta bonito. Claro, Jesús la vida... y nosotros (bautizados y venimos a misa...) los sarmientos. Nuestra vida piadosa da fe de los buenos frutos que damos...
Ante todo eso siento que no hemos comprendido la dimensión y profundidad del mensaje de Jesús. Porque si lo que hace falta es que vivamos como él, al estilo de Dios, de manera que lo cuenta es nuestra humanidad, nuestra relación con los hermanos (especialmente con los más débiles y desfavorecidos), nuestro compartir (una verdadera mesa común de la vida), intentar que todo lo que es injusticia, violencia, abuso, engaño... en definitiva todo lo que hay en nosotros de inhumano vaya desapareciendo. Tengo que preguntarme si no me habré desprendido de la vid (de Jesús, de su estilo y manera de vivir y de hacer) para ser sólo eso: un sarmiento que, quizás hace cosas muy bonitas; pero que no da los frutos que nuestro padre, Dios, espera de nosotros...
Y Dios es el labrador... Él, como Jesús nos dice, espera que demos fruto: esos frutos que, al parecer, tanto nos cuesta comprender (dar de comer al hambriento, de vestir al desnudo, acoger al extranjero, ayudar al desvalido, visitar al que está en la cárcel, defender al débil y oprimido...).
Añade Jesús que, al igual que ocurre en la viña, es seguro que habrá "podas" en nuestra vida. En la vid, para que dé más fruto, la podan (le cortan los sarmientos) cada año... Se entiende bien que tendremos dificultades en nuestra vida, en nuestro trabajo, en nuestra salud, en la relación con los otros, al comportarnos de la manera que indica el evangelio. Seguro! Son auténticas podas. Jesús lo acepta con un toque de humor. El labrador lo hace cada año... Es para tener más fruto. Así hace Dios, el labrador, en nuestra vida...
Sólo si permanezco en el camino de Jesús, unido a Él (el viviente, el que da sentido a todo esto y que sigue adelante), seré un sarmiento vivo que da fruto.
Ése es mi deseo. Que se haga realidad día a día, momento a momento.

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