viernes, 18 de abril de 2025

Todo se ha cumplido

VIERNES SANTO

18 de abril 2025

A medida que pasan los años también ha ido cambiando mi reflexión sobre la muerte de Jesús.

Desde la contemplación de la cruz (la visión de un hombre muerto sujeto a una cruz) con todo lo que tiene de impresionante ver a una persona sometida a tortura, lleno de heridas y clavado en la cruz... que me provocaba tristeza y compasión aplicando, además, la motivación de que ese hombre era el Hijo de Dios y que había muerto por nuestros pecados (por mis pecados personales)- Todo eso vivido a lo largo de casi toda mi vida (mis años de estudios y formación; el tiempo de incorporación al ministerio de la Iglesia; mis esfuerzos por alcanzar una coherencia como seguidor de Jesús de Nazareth).

Poco a poco creo que he ido desprendiéndome de muchos aspectos de la religiosidad predicada por la Iglesia y llegando a una especie de indiferencia respecto a muchos aspectos que vienen resaltados de manera especial en los días de Semana Santa: Muchas de las oraciones (incluso litúrgicas), los via-crucis, las horas santas, ciertas lecturas del Antiguo Testamento. También, por supuesto, ciertos ritos y predicaciones.

Siento que la tradición de la Iglesia ha colocado a Jesús de Nazareth en el plano de lo divino (porque es el Salvador, el Cordero que se ofrece por nosotros, la víctima que nos salva de los pecados) de manera que toda la perspectiva que se nos ofrece es la de agradecer su sacrificio, adorarlo y llorar sus sufrimientos a causa de nuestros pecados.

Entiendo que hemos perdido la perspectiva de su vida y su humanidad. Su mensaje, su buena noticia, su invitación a seguirle... En su estilo de vida, en su manera de centrar su vida en Dios (nuestro padre), en su entrega a los demás (con plena atención hacia los más débiles y necesitados) y llevarlo hasta el final. Con el riesgo que suponía colocar al hombre por encima de la Ley y del Templo...

Como comentaba Fray Marcos: "Jesús nos salva con su vida, con su invitación a seguirle. Y su muerte es consecuencia de ese estilo de vida."

Este es el comentario que ha escrito este año: -"No es nada fácil hacer una reflexión sencilla y coherente sobre el significado de la muerte de Jesús. Se ha insistido tanto en lo externo, en lo sentimental, que es imposible ir al meollo de la cuestión. No debemos seguir insistiendo en el dolor. El amor, manifestado en el servicio, es lo que demuestra su verdadera humanidad y, a la vez, su plena divinidad."

 "La muerte no fue un mal trago que tuvo que pasar Jesús para alcanzar la gloria sino la suprema gloria de un hombre al hacer presente a Dios con el don total de sí mismo, viviendo para los demás. Dios está siempre y sólo donde hay amor. Si el amor se da en el gozo, allí está Dios. Si el amor se da en el sufrimiento, allí está también Dios."

"El hecho de que no dejara de decir lo que tenía que decir, ni de hacer lo que tenía que hacer, aunque sabía que eso ponía en peligro su vida, es la clave para compren­der que la muerte no fue un accidente, sino algo fundamental en su vida. La muerte no tenía importancia; pero el que le mataran por ser fiel a sí mismo y a Dios, es la clave."

Cito a Fray Marcos (en su libro "A la fuente cada día"): "Celebrar la muerte de Jesús como espectadores no servirá de nada. Nos salvaremos cuando imitemos el modelo de humanidad que él propuso, viviendo lo que él vivió desde la perspectiva de un ser humano en plenitud".

..."Debemos superar la idea que murió por nuestros pecados... Lo mataron porque la idea que tenía de Dios no coincidía con la que los jefes religiosos tenían. El Dios que es amor, al servicio de los hombres era peligroso para ellos..."

Así que dejamos de decir y de pensar que Dios lo envió a la muerte para salvarnos de los pecados (pecado original y demás). Ésa no fue la causa de su muerte. E insistir en que murió por nuestros pecados para que nos arrepintamos, para que nos confesemos, para que cumplamos los mandamientos, está fuera de lugar.

Gracias a los maestros que iluminan nuestros pasos y nos señalan al verdadero Jesús de Nazareth. Él es nuestro Maestro y a él tenemos que seguir.

Os dejo un ejemplo

El lavatorio de los pies

17 de abril 2025


Desde hace tiempo me siento incómodo en la manera de celebrar la Eucaristía (siguiendo la ortodoxia de la Iglesia). Con todo el vocabulario tan de "iglesia", tan clerical, se apela a unos ritos que tienen mucho de magia y de poderes sobrenaturales.
Y en la celebración del Jueves Santo todavía se me hace más patente. Toda la devoción que se pone en la adoración del Santísimo, la Hora Santa, la insistencia en la institución del sacramento (Eucaristía y Orden Sacerdotal)...
Siempre me quedo con ese interrogante: ¿Realmente Jesús de Nazaret instituyó el sacramento de la Eucaristía? ¿Pasó por su mente la idea de instituir el sacramento del sacerdocio? ¿No será todo ello una manera de organizarse la Iglesia y controlar la institución?

Me adhiero al comentario que hace Fray Marcos

(Comentario de Fray Marcos) - "Repartir el pan y la copa de vino se hacía en todas las comidas importantes. Sabemos el sentido exacto que quiso dar Jesús a aquellos gestos y palabras. El mismo Jesús le dice a Pedro que no lo puede entender “por ahora”. Me mosquea que la Didaje, un escrito de finales del s. I no diga nada de la consagración. Dice: “después, los que entre nosotros se llaman diáconos reparten entres los asistentes el pan y el vino eucaristizados”. Y me mosquea aún más que Juan en el relato no diga nada de la institución de la eucaristía."

"Creo firmemente que en la aparición de la eucaristía en la primera comunidad ha tenido mucha más influencia el recuerdo de las comidas de Jesús que la última cena. La eucaristía fue, en un principio, un hacer presente a Jesús en el compartir con los demás lo que cada uno tiene y es. En aquella sociedad lo más perentorio era la comida."

"El relato de Juan muestra la importancia del lavado de los pies. “¿Entendéis lo que he hecho con vosotros? Vosotros me llamáis el “Maestro” y el “Señor”; y decís bien, porque lo soy. Si yo, el Maestro y el Señor, os he lavado los pies, sabed que también vosotros debéis lavaros los pies unos a otros”. Aquí está la clave de la celebración de hoy."

Servicio y Fraternidad. Ahí estaría la clave. No sólo de la celebración del Jueves Santo, sino de la vida y seguimiento del Maestro. Y si nuestras celebraciones y ritos no tienen como objetivo dirigirnos hacia la fraternidad y a convertirnos en servidores (lavado de los pies), entiendo que hemos equivocado el camino. Por muy hermosas que sean las celebraciones, por muy bellos que sean nuestros cantos... Creo que no hemos entendido el mensaje de Jesús.

(Sigue comentario de Fray Marcos) -"Juan, el que más profundizó en la comprensión de Jesús, ni siquiera menciona la eucaristía. Esto debía hacernos pensar en la importancia del signo de lavar los pies. Sospecho que Juan quiso recuperar para la última cena el carácter de recuerdo de Jesús como servicio. La verdadera grandeza está en parecerse a Dios que se da sin reservas.

Fidel Aizpurúa termina su comentario de esta manera) -"Hemos entendido la identidad cristiana en modos de práctica religiosa. Pero aquí está el principio básico de la vida cristiana: ¿Sirves? Eres seguidor de Jesús. No sirves, no lo eres. Esa certeza nos la da el evangelio de hoy. Tarde de Jueves Santo buena para meditar esto y para seguir empeñados en construir y vivir una vida servidora.


Un buen punto de meditación en estos días de Semana Santa.

Texto del evangelio de JUAN 13, 1-15

1 Antes de la fiesta de Pascua, consciente Jesús de que había llegado su hora, la de pasar del mundo este al Padre, él, que había amado a los suyos que estaban en medio del mundo, les demostró su amor hasta el fin.

2 Mientras cenaban (el enemigo había ya inducido a Judas de Simón Iscariote a entregarlo), 3 consciente de que el Padre lo había puesto todo en sus manos y que de Dios procedía y con Dios se marchaba, 4 se levantó de la mesa, dejó el manto y, tomando un paño, se lo ató a la cintura. 5 Echó luego agua en el barreño y se puso a lavarles los pies a los discípulos y a secárselos con el paño que llevaba ceñido.

6 Al acercarse a Simón Pedro, éste le dijo:

- Señor, ¿tú a mí lavarme los pies?

7 Jesús le replicó:

- Lo que yo estoy haciendo tú no lo entiendes ahora, pero lo comprenderás dentro de algún tiempo.

8 Le dijo Pedro:

- No me lavarás los pies jamás.

Le repuso Jesús:

- Si no dejas que te lave, no tienes nada que ver conmigo.

9 Simón Pedro le dijo:

- Señor, no sólo los pies, sino también las manos y la cabeza.

10 Jesús le contestó:

- El que ya se ha bañado no necesita que le laven más que los pies. Está enteramente limpio. También vosotros estáis limpios, aunque no todos.

11 (Es que sabía quién lo iba a entregar, por eso dijo: «No todos estáis limpios»).

12 Cuando les lavó los pies, tomó su manto y se recostó de nuevo a la mesa. Entonces les dijo:

- ¿Comprendéis lo que he hecho con vosotros? 13 Vosotros me llamáis Maestro y Señor, y con razón, porque lo soy. 14 Pues si yo, el Señor y el Maestro, os he lavado los pies, también vosotros debéis lavaros los pies unos a otros. 15 Es decir, os dejo un ejemplo para que igual que yo he hecho con vosotros, hagáis también vosotros.

domingo, 13 de abril de 2025

En tus manos encomiendo mi espíritu

DOMINGO DE RAMOS

13 de abril 2025

(Comentario de Imma Calvo) -"La Cuaresma llega a su fin y en unos días celebraremos el Domingo de Ramos. Con la lectura de la Pasión de Jesús, nos trasladamos a la escena y nos compadecemos de los sufrimientos de Jesús. Reviviendo los últimos días del Nazareno, se despierta en nuestras entrañas el compromiso con los crucificados de hoy."

"Como Jesús, contamos con el Aliento vital que celebramos en la Pascua. Vivimos en las manos del Padre. Como señala José Luis Sicre en su comentario, la confianza y la esperanza inundan toda la vida de Jesús. Al comienzo de su actividad apostólica se oye la voz del Padre que dice: “Tú eres mi hijo amado”. Ahora, en el momento de la muerte, la última palabra de Jesús es para su Padre: “En tus manos encomiendo mi espíritu”.

(Comentqrio de José Antonio Pagola): -"El mundo está lleno de iglesias cristianas presididas por la imagen del Crucificado, y está lleno también de personas que sufren, crucificadas por la desgracia, las injusticias y el olvido."

Un año más celebramos el domingo de Ramos, principio de la Semana Santa. Son ceremonias cargadas de sentimiento, de compasión, de pena y dolor por las escenas que nos trae la narración de la Pasión y Muerte de Jesús de Nazaret.

El peligro que le veo es el de quedarnos en dichas escenas como si fueran ajenas a nuestra vida de fe y seguimiento de Jesús. Y se nos hace muy difícil asumir el compromiso que debería afectar a nuestra vida. Sencillamente porque, siguiendo la antigua tradición de la Iglesia, a Jesús lo vemos como el Salvador, hijo de Dios, que vino a salvarnos. Y murió en la cruz por nuestros pecados... Visto así, se nos invita a unirnos a él, a compadecernos de sus sufrimientos; pero sobre todo a celebrar su victoria sobre la muerte: su Resurrección.
Apenas si entendemos la sinrazón de su muerte. Su entrega hasta el final siguiendo el camino de Dios. Su mensaje de buena noticia que, en muchos aspectos chocaba con la Ley y el Templo y todo lo que implicaba.
A lo largo de su vida, sobre todo sus últimos años, intuyó que la conversión que él proponía no era algo sencillo. No lo entendían ni siquiera los seguidores que tenía... Entrevió las amenazas de muerte; pero entendió que ser fiel a Dios estaba por encima de su propia vida...

Ahí es donde nos toca a nosotros reflexionar sobre nuestra vida, nuestro modo de actuar, de convivir, de hacer realidad es mundo nuevo del que hablaba Jesús... ¿Nos declaramos seguidores suyos?
Como comenta J.A.Pagola, hay tantos crucificados en nuestro mundo!

Poner nuestra vida en su manos (en las de Dios) supone una entrega y una confianza enorme, total... especialmente cuando las cosas nos van mal, cuando la enfermedad, el dolor, las dificultades, la soledad se nos echan encima... Asumir esa certeza total de que tenemos que morir. Es entonces cuando nos toca poner toda nuestra intensidad en el vivir el momento presente que es lo único que realmente tenemos.



Texto del evangelio de LUCAS 22, 14 - 23, 56

14 Cuando llegó la hora, se recostó Jesús a la mesa y los apóstoles con él; 15 y les dijo:

- ¡Cuánto he deseado cenar con vosotros esta Pascua antes de mi pasión! 16 Porque os digo que no la comeré más hasta que tenga su cumplimiento en el reino de Dios.

17 Aceptando una copa pronunció una acción de gracias y dijo:

- Tomad, repartidla entre vosotros; 18 porque os digo que desde ahora no beberé más del producto de la vid hasta que no llegue el reinado de Dios.

19 Y cogiendo un pan pronunció una acción de gracias, lo partió y se lo dio a ellos diciendo:

- Esto es mi cuerpo, [que se entrega por vosotros; haced lo mismo en memoria mía.

20 Después de cenar hizo igual con la copa diciendo:

- Esta copa es la nueva alianza sellada con mi sangre, que se derrama por vosotros]. 21 Pero mirad, la mano del que me entrega está a la mesa conmigo. 22 Porque el Hijo del hombre se va, según lo establecido, pero ¡ay del hombre que lo entrega!

23 Ellos empezaron a preguntarse unos a otros quién podría ser el que iba a hacer aquello. 24 Surgió además entre ellos una disputa sobre cuál de ellos debía ser considerado el más grande. 25 Jesús les dijo:

- Los reyes de las naciones las dominan, y los que ejercen la autoridad sobre ellas se hacen llamar bienhechores. 26 Pero vosotros, nada de eso: al contrario, el más grande entre vosotros iguálese al más joven, y el que dirige al que sirve. 27 Vamos a ver, ¿quién es más grande, el que está a la mesa o el que sirve? El que está a la mesa, ¿verdad? Pues yo estoy entre nosotros como el que sirve. 28 Sois vosotros los que os habéis mantenido a mi lado en las tentaciones, 29 y yo os confiero la realeza como mi Padre me la confirió a mí. 30 Cuando yo reine, comeréis y beberéis a mi mesa y os sentaréis en tronos para juzgar a las doce tribus de Israel.


jueves, 3 de abril de 2025

Tampoco yo te condeno

...Vete y, en adelante, no vuelvas a pecar

6 de abril 2025

El texto del evangelio de Juan que leemos en este quinto domingo de Cuaresma, a decir de los entendidos y conocedores del evangelio, recoge el pensar y sentir de Jesús de Nazaret. Da igual que sea una narración inventada. Es el tema del perdón.


(Fray Marcos comenta) .- "Jesús perdona a la mujer antes de que se lo pida; no exige ninguna condición. No es el arrepentimiento ni la penitencia lo que consigue el perdón. Es el amor incondicional, lo que debe llevar a la adúltera al cambio de vida. El “perdón” de Dios es lo primero. Cambiar de perspectiva será la consecuencia de haber tomado conciencia de que Dios es Amor..."

"La “buena noticia” consiste en que el amor de Dios es incondicional, no depende de nada ni de nadie. Dios no es un ser que ama sino el amor. Su esencia es amor y no puede dejar de amar sin destruirse. ¿Quién es el bueno y quién es el malo? ¿Puedo yo dar respuesta a esta pregunta? ¿Quién puede sentirse capacitado para acusar a otro?..."

La tradición y enseñanzas de nuestra Iglesia arrastra una doctrina y comportamientos en los que el pecado se ha convertido en el argumento principal. Ya se decía aquello de que "todo lo que da gusto y placer o engorda o es pecado"... Y con el pecado venía el juicio y la condenación. De ahí el miedo al infierno. Tanto era así que para muchos y muchas cristianas su vida se veía condicionada, atormentada y entristecida por las terribles consecuencias de todo eso que llamaban pecado.

Así, pues, la comunidad cristiana (en consonancia con la sociedad actual) ha ido abandonando esa manera de pensar y todo lo que a ello se refiere (ver el sacramento de la Confesión y todas sus prácticas).
La Iglesia oficial y ortodoxa mantiene su predicación y catequesis. Y estoy seguro que no saben cómo tratarlo. Sigue con sus rezos antiguos y nos hacen rezar unas oraciones que son una referencia continua al pecado... (Ver en la misa: -Señor, ten piedad. Cristo te piedad...// Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, ten piedad...//Que el Señor tenga piedad de vosotros, perdone vuestros pecados y os lleve a la vida eterna...).

Me gusta citar a los que saben, han estudiado y conocen mejor que yo el evangelio. De ellos he aprendido y comienzo a entender que: Dios es amor y nos ama por encima de todo. Que no es el Juez que todo lo ve y vigila... y condena llevando la cuenta de todos nuestros pecados. Que Dios (como expresa Jesús) es nuestro padre-madre... siempre. Que está siempre con nosotros (con todos y todas). Que la invitación de Jesús (en su mensaje, en su evangelio) es una invitación al amor, a seguirle con ilusión, alegría y optimismo. Que sabe muy bien (Dios) que somos débiles, que fallamos muchas veces, nos equivocamos y nuestra vida refleja nuestro egoísmo. Pero siempre, siempre, mantiene su invitación a descubrir su Amor y a convertirnos en personas más humanas, más compasivas, solidarias y serviciales...
De ahí que nuestra oración (tanto personal como comunitaria) debe hacerse eco de todo eso que es nuestra fe. Algo que, desgraciadamente, está muy lejos de aparecer en el Credo o en las Oraciones oficiales de la Iglesia.


(Fidel Aizpurúa comenta).-"Jesús no condena a nadie, tampoco a la adúltera. Para él, la persona es más que sus actos morales y, por ello, siempre hay posibilidad de reorientar la vida. Además, se verifica en este texto aquella actitud de acogida y respeto que Jesús manifiesta en el evangelio por las mujeres..."
· "Hemos de llevar la dignidad al centro: así lo repite muchas veces el Papa Francisco. Y en este terreno más que en otros. Lo que quiere decir que las prostitutas son dignas y que cualquier desprecio de palabra o de obra hacia ellas es una ofensa a la dignidad. Y quiere decir también que los usuarios de la prostitución son rechazables..."
· "Hemos de rechazar cualquier tipo de violencia sexual: no solamente aquellas que llevan a la muerte de las mujeres, una lacra inadmisible en una sociedad moderna y en un país que se dice católico. Hay que rechazar cualquier tipo de violencia sexual en el lenguaje, en las actitudes machistas, en la diferencia salarial entre hombres y mujeres, en la postergación de las mujeres en el seno de la misma Iglesia..."

A todo esto que comentan, tanto Fray Marcos como Fidel Aizpurúa, me encanta poder añadir algo que subraya el mismo Fidel Aizpurúa en su libro "Crees como hablas": "Son numerosos los cristianos que elaboran su fe al margen de las imposiciones religiosas del pecado. Han descubierto que sus energías espirituales pueden verterse más que en una lucha contra los pecados en la búsqueda de una experiencia de Jesús gozosa y viva. No es que nieguen la evidencia del pecado en su vida y en la sociedad. Pero ya no ponen el acento ahí, sino en el logro de una vida cristiana más satisfactoria y de mejor conexión con una antropología humanizadora..."
Amén.


Texto del evangelio de JUAN 8, 1-11

1 Jesús se fue al Monte de los Olivos.

2 Al alba se presentó de nuevo en el templo y acudió a él el pueblo en masa; él se sentó y se puso a enseñarles.

3 Los letrados y los fariseos le llevaron una mujer sorprendida en adulterio y, poniéndola en medio, 4 le dijeron:

- Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio; 5 en la Ley nos mandó Moisés apedrear a esta clase de mujeres; ahora bien, ¿tú qué dices?

6 Esto se lo decían con mala idea, para poder acusarlo. Jesús se inclinó y se puso a escribir con el dedo en el suelo.

7 Como persistían en su pregunta, se incorporó y les dijo:

- Aquel de vosotros que no tenga pecado, sea el primero en tirarle una piedra.

8 Él, inclinándose de nuevo, siguió escribiendo en el suelo.

9 Al oír aquello, se fueron saliendo uno a uno, empezando por los ancianos, y lo dejaron solo con la mujer, que seguía allí en medio. 10 Se incorporó Jesús y le preguntó:

- Mujer, ¿dónde están?, ¿ninguno te ha condenado?

11 Respondió ella:

- Ninguno, Señor.

Jesús le dijo:

- Tampoco yo te condeno. Vete y, en adelante, no vuelvas a pecar.

jueves, 27 de marzo de 2025

Padre, he pecado contra el cielo y contra tí...

...Ya no merezco llamarme hijo tuyo

30 de marzo 2025


He aquí un texto que sólo necesita un gran silencio y nuestra reflexión. Demasiado a menudo nosotros, los seguidores de Jesús de Nazareth, hablamos, explicamos, comentamos las palabras de Jesús. Repetimos reflexiones ya escuchadas o leídas.

Es mejor que abramos nuestros oídos y nuestro corazón y tratemos de hacer nuestro el programa que siempre nos propone el Maestro.


Texto del evangelio de Lucas 15, 1-3. 11-32

En aquel tiempo, solían acercarse a Jesús todos los publicanos y pecadores a escucharlo. Y los fariseos y los escribas murmuraban diciendo:
«Ese acoge a los pecadores y come con ellos».

Jesús les dijo esta parábola:
«Un hombre tenía dos hijos; el menor de ellos dijo a su padre:
“Padre, dame la parte que me toca de la fortuna”. El padre les repartió los bienes.

No muchos días después, el hijo menor, juntando todo lo suyo, se marchó a un país lejano, y allí derrochó su fortuna viviendo perdidamente. Cuando lo había gastado todo, vino por aquella tierra un hambre terrible, y empezó él a pasar necesidad.

Fue entonces y se contrató con uno de los ciudadanos de aquel país que lo mandó a sus campos a apacentar cerdos. Deseaba saciarse de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba nada.

Recapacitando entonces, se dijo:
“Cuántos jornaleros de mi padre tienen abundancia de pan, mientras yo aquí me muero de hambre. Me levantaré, me pondré en camino adonde está mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo: trátame como a uno de tus jornaleros».

Se levantó y vino adonde estaba su padre; cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y se le conmovieron las entrañas; y, echando a correr, se le echó al cuello y lo cubrió de besos.

Su hijo le dijo:
“Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo”.

Pero el padre dijo a sus criados:
“Sacad enseguida la mejor túnica y vestídsela; ponedle un anillo en la mano y sandalias en los pies; traed el ternero cebado y sacrificadlo; comamos y celebremos un banquete, porque este hijo mío estaba muerto y ha revivido; estaba perdido y lo hemos encontrado”.

Y empezaron a celebrar el banquete.

Su hijo mayor estaba en el campo. Cuando al volver se acercaba a la casa, oyó la música y la danza, y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era aquello.

Este le contestó:
“Ha vuelto tu hermano; y tu padre ha sacrificado el ternero cebado, porque lo ha recobrado con salud”.

Él se indignó y no quería entrar, pero su padre salió e intentaba persuadirlo.

Entonces él respondió a su padre:
“Mira: en tantos años como te sirvo, sin desobedecer nunca una orden tuya, a mí nunca me has dado un cabrito para tener un banquete con mis amigos; en cambio, cuando ha venido ese hijo tuyo que se ha comido tus bienes con malas mujeres, le matas el ternero cebado”.

El padre le dijo:
“Hijo, tú estás siempre conmigo, y todo lo mío es tuyo; pero era preciso celebrar un banquete y alegrarse, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido; estaba perdido y lo hemos encontrado”».

jueves, 20 de marzo de 2025

Un hombre tenía una higuera plantada en su viña

...fue a buscar fruto en ella y no lo encontró

23 de marzo 2025

Este domingo el evangelio de Lucas nos trae una parábola que es muy fácil de entender... Además ya la hemos escuchado muchas veces: La higuera estéril.

El tiempo de Cuaresma se presta a hacer comentarios sobre todo eso y, seguramente, ya los hemos hecho más de una vez.

José Antonio Pagola lo comenta de esta manera: -"Jesús se esforzaba de muchas maneras en despertar en la gente la conversión a Dios. Era su verdadera pasión: ha llegado el momento de buscar el reino de Dios y su justicia, la hora de dedicarnos a construir una vida más justa y humana, tal como la quiere él."

"La parábola ha sido contada para provocar nuestra reacción. ¿Para qué una higuera sin higos? ¿Para qué una vida estéril y sin creatividad? ¿Para qué un cristianismo sin seguimiento práctico a Jesús? ¿Para qué una Iglesia sin dedicación al reino de Dios?"

"¿Para qué una religión que no cambia nuestros corazones? ¿Para qué un culto sin conversión y una práctica que nos tranquiliza y confirma en nuestro bienestar?"

Son preguntas que se ajustan al planteamiento de la parábola. De ahí que yo también me aplique el comentario que hace Jesús de Nazaret. ¿Cómo es mi vida? ¿Cuáles son los frutos que doy? ¿Soy más humano? ¿Más compasivo, más fraterno, más atento hacia los que más lo necesitan?

A veces pienso que nuestra vida cristiana, nuestra religión, anda más preocupada por sus actos religiosos, por sus programas y devociones, que por lo que es fundamental. La conversión, el cambio de mentalidad, el tener un corazón nuevo, centrar mi vida en la nueva humanidad... es algo que tiene que afectar a todo mi ser, a todas mis actividades, a mi manera de enfocar el programa de mi vida.

Entiendo que si no es así, todo lo demás pueden ser actos hermosos, con un gran sentido religioso, que nos provocan emociones y nos dejan satisfechos; pero creo que no están enfocados hacia lo que Jesús de Nazaret nos plantea.

Texto del evangelio de LUCAS 13, 1-9 - La higuera estéril


jueves, 13 de marzo de 2025

Éste es mi hijo, el elegido

Escuchadlo a él

16 de marzo 2025

En este segundo domingo de Cuaresma el texto del evangelio de Lucas nos ofrece el relato de la Transfiguración.

Es un texto que ya hemos escuchado muchas veces y que todos conocemos.
Ante ese relato, con demasiada frecuencia, nos hemos quedado en la narración literal: la glorificación de Jesús. Como un anuncio de toda la santidad y el triunfo de Jesús después de su muerte en la cruz.
Como bien explica Fray Marcos: -"El relato se presenta como una transfiguración. Cambió la figura, lo que se puede percibir por los sentidos. En lo esencial, Jesús fue siempre el mismo. En Jesús, como en todo ser humano, lo importante es lo divino que no puede ser percibido por los sentidos. En los relatos pascuales, el Jesús que se les aparece, es el mismo que anduvo con ellos en Galilea. En los relatos de su vida, se dice lo contrario. Jesús, con el que viven, es ya el glorificado."

El mensaje que nos transmite, ante todo, es el de esa voz de la nube que decía: - Éste es mi Hijo, el Elegido. Escuchadlo a él.
Es más, quizás debiéramos reinterpretar el mensaje y adaptarlo a nosotros y a nuestro tiempo: -Éste es Jesús que a lo largo de su vida escuchó de tal manera la voz de Dios que se hizo uno con él. Aprended a escuchar como él escuchó.

Entiendo que ése es el camino. Vivir con atención para vivir cada instante con toda intensidad descubriendo al Dios de Jesús que es amor y está presente en cada criatura, en todo lo que nos rodea, en cada una de las personas que están junto a nosotros.
En el fondo toda nuestra vida tiene que tener como referencia el primer mensaje de Jesús de Nazaret: -Convertíos. Cambiad de estilo de vida. El reino de Dios ya está aquí. Buscad ante todo su reino y su justicia... Todo lo demás se os dará por añadidura.

Texto del evangelio de LUCAS 9, 28-36



Dios no mandó su hijo al mundo para condenar...

...sino para se salve por él 14 de septiembre 2025 (Fiesta de la Exaltación de la Cruz) El texto que nos ofrece este fin de semana la Iglesi...