...invita a pobres, lisiados, cojos y ciegos; y serás bienaventurado, porque no pueden pagarte
31 de agosto 2025
"En estos tiempos con tantas brechas y diferencias,
indignación y protesta,
llenos de espacios protegidos y basureros que se esconden,
de banquetes a lo grande y comedores sociales,
de mansiones para perderse y pisos que se pierden,
de desahucios sin contemplaciones y fondos buitre...
En estos tiempos en los que vivimos, o quizá solo malvivimos,
con trabajos precarios y míseros salarios,
con derechos humanos solo para unos privilegiados,
con emigrantes, exiliados, desplazados
y refugiados por todas partes,
con tanta gente silenciada que no deja de oírse...
En estos tiempos que muchos aplauden
y otros desean que cambien,
con plazas y puestos que no se discuten,
poltronas y sillones para pagar favores,
corrupción en todas las sedes,
cajas B para reírse de la buena gente,
crisis para cargar a otros los desmanes,
cambios para que nada cambie y trajes muy elegantes
para cubrir tanta podredumbre...
En estos tiempos, es hora de preguntarse
por nuestros puestos, leyes y dignidades:
Y tú, ¿cuántas veces has dejado el asiento a otro?
¿A cuántos has acogido sin juzgarlos por su aspecto?
¿A quiénes invitas a estar contigo? ¿Con quiénes compartes banquete y camino?
¿A quiénes abres tu corazón, casa y piso?
Y tú, ¿cómo te rozas con pobres y excluidos?
¿Para qué usas tus dones y títulos?
¿Has decrecido o sigues aferrado a tu sitio?...
En estos tiempos, Señor,
¡qué extraños resultan tus consejos
y el ser discípulo!"
(Y TÚ, ¿A CUÁNTOS HAS CEDIDO TU PUESTO? Florentino Ulibarri)
Escuchar a Jesús de Nazaret es cuestionarse también. ¿En qué afecta a mi vida? Prestar atención, escuchar atentamente, dar tiempo al silencio y ahondar en mi vida y en mi corazón.
Texto del evangelio de Lucas 14, 1. 7-14
En sábado, Jesús entró en casa de uno de los principales fariseos para comer y ellos lo estaban espiando.
Notando que los convidados escogían los primeros puestos, les decía una parábola:
«Cuando te conviden a una boda, no te sientes en el puesto principal, no sea que hayan convidado a otro de más categoría que tú; y venga el que os convidó a ti y al otro, y te diga: “Cédele el puesto a este”. Entonces, avergonzado, irás a ocupar el último puesto.
Al revés, cuando te conviden, vete a sentarte en el último puesto, para que, cuando venga el que te convidó, te diga:
“Amigo, sube más arriba”. Entonces quedarás muy bien ante todos los comensales.
Porque todo el que se enaltece será humillado; y el que se humilla será enaltecido».
Y dijo al que lo había invitado:
«Cuando des una comida o una cena, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a los vecinos ricos; porque corresponderán invitándote, y quedarás pagado.
Cuando des un banquete, invita a pobres, lisiados, cojos y ciegos; y serás bienaventurado, porque no pueden pagarte; te pagarán en la resurrección de los justos».
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