jueves, 9 de noviembre de 2023

Velad porque no sabéis el día ni la hora

Las que estaban preparadas entraron con él al banquete de bodas
12 de noviembre 2023
Este domingo el evangelio de Mateo nos trae la parábola de las diez doncellas que salieron a esperar al esposo... Cinco de ellas eran necias y cinco eran sensatas...
Es una parábola. Y Jesús compara el reino de los cielos a esas doncellas. Cuando llegó el esposo cinco de ellas se encontraron con que ya no les quedaba aceite. Fueron a comprar más y para cuando volvieron ya se había cerrado la puerta...
Toda una reflexión para meditar, especialmente en estos tiempos en los que los medios de comunicación nos ponen al día de acontecimientos tan terribles: guerras, asesinatos, abusos, opresión, injusticias que se traducen en tantísima gente que tiene que emigrar... y la falta de acogida de países que disponen de todos los medios y riquezas.

El significado de la parábola no apunta al momento final de nuestra vida. El énfasis que, en algunas ocasiones, se ha puesto sobre el momento de nuestra muerte ("Que Dios nos pille confesados...") no me parece acertado y se aleja del mensaje del evangelio.
Cuando se inicia la proclamación de la Buena Noticia insiste Jesús en la conversión, en el cambio de mentalidad, en un nuevo estilo de vida. Estamos llamados e invitados a vivir siguiendo las huellas de Jesús. No es cuestión de llamar a última hora al sacerdote para arreglar las cuentas: confesarme, comulgar y que me dé la extremaunción. 

Vivir con la confianza puesta en Dios nuestro padre y hacer de mi existencia un acto de entrega y comunión tal y como nos enseñó Jesús a lo largo de su vida. Es el gesto que simboliza lo que celebramos todos los domingos en la Cena del Señor. Entrega como de ese pan que se parte y se reparte entre los que más nos necesitan.

Velad, dice el Señor, porque no sabéis el día ni la hora... Hubo un tiempo en el que llegué a pensar que eso de velar significaba no dormirse, rezar más, hacer más penitencia... Creo que es mucho más que todo eso. Se trata más bien de mi actitud en el día a día. Dice la parábola que las doncellas sensatas se llevaron alcuzas de aceite con las lámparas... Es muy posible que sea precisamente eso lo que nos falta: el aceite. La atención al marginado, al enfermo, al anciano olvidado, a ese inmigrante que ni siquiera vemos... El aceite de nuestro cariño, el esfuerzo en ayudar a esas personas que son nuestros prójimos.

Fray Marcos nos ofrece este comentario: -"¿Cuál es el aceite que arde en la lámpara? Si acertamos con la respuesta, tenemos resuelto el significado de la parábola. En (Mt 7,24-27) se dice: Todo aquel que escucha estas palabras mías y las pone por obra, se parece al hombre sensato que edificó su casa sobre roca. Y todo aquel que no las pone por obra, se parece al necio que edificó sobre arena. La luz son las obras. El aceite que alimenta la llama es el amor. El ser sensato no depende de un conocimiento mayor sino de la plenitud de Vida."

"Así se entiende que las sensatas no compartan el aceite con las necias. No es egoísmo. Es que resulta imposible amar en nombre de otro. Nuestra lámpara no puede arder con aceite prestado. Dar sentido a la vida no se puede improvisar en un instante. Solo con lo que hay de Dios en mí, descubierto, reconocido, desplegado, puedo considerarme encendido."

Si actuamos así, dichosos nosotros porque estaremos entrando en el banquete de bodas. Sea cual sea nuestro final ahí estaremos preparados. -"¿Ya tienes la maleta preparada?, le preguntaba mi madre a una persona enferma... Y así mismo respondió ella cuando vivía sus últimos días y se lo preguntaron: "Sí, creo que me recibirán bien"

Velad! Vivir con el corazón puesto en ese tesoro que es el reino de Dios.

SI TU LÁMPARA ESTÁ APAGADA, ERES UN CACHARRO INÚTIL


Texto del evangelio de Mateo (25,1-13)



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