jueves, 17 de febrero de 2022

Sin esperar nada

Sed compasivos como vuestra Padre es compasivo

 20 de febrero 2022


"Este domingo la liturgia nos propone un texto que es puro evangelio. “Amad a vuestros enemigos”, “al que te pegue en una mejilla, preséntale la otra”..., comenta Inma Calvo. "La actualidad nos demuestra lo lejos que aún está de cumplirse esta utopía de Jesús: desigualdad hasta el punto de que haya personas que mueren de hambre, abusos y falta de transparencia, tambores de guerra…"

Creo que todos hemos escuchado y reflexionado sobre esas palabras de Jesús. Y nos parecen tan utópicas que las dejamos a un lado como algo imposible de alcanzar.

Sólo que el comentario que Jesús de Nazaret a continuación nos hace bajar la cabeza y ver que... "si amamos sólo a los que nos aman, ¿qué mérito tenemos? También los pecadores aman a los que los aman. Y si hacemos bien sólo a los que nos hacen bien, ¿qué mérito tenemos? También los pecadores lo hacen..."

Para no perderme en explicaciones que no he sabido encontrar a lo largo de muchos años, echo mano del comentario que hace Fray Marcos: "Cuando interpreto la propuesta de amar al enemigo como una obligación de tener sentimientos positivos hacia él, entramos en una esquizofrenia porque no está a mi alcance. Lo que pide Jesús es otra cosa que sí está al alcance de nuestra voluntad. Se nos pide que amemos con el mismo amor con que Dios nos ama. Yo no puedo tener simpatía hacia el que me está haciendo daño, pero puedo considerar que hay algo en ese sujeto por lo que Dios le ama; y yo estoy obligado a considerar ese aspecto que me permita considerarlo parte de mí e identificarme con él a pesar de su actitud."

En nuestra actitud y en nuestra práctica invocamos la justicia para aceptar o rechazar a la persona que tenemos enfrente y llegamos a creer que si rechazo al que me insulta, si odio a la persona que me hace daño, eso es justo. Porque no hay derecho, porque yo también merezco un respeto... etc. 

Está claro que las palabras de Jesús nos molestan. Tiene que comprender que... Bueno, tal vez los santos que eran capaces de aguantar todo, que no les importaba sufrir y que les pisotearan...

¿Qué es lo que Jesús nos pide?

"El evangelio -continúa Fray Marcos- nos pide algo muy distinto. Dios ama a todos los seres, no porque son buenos, sino porque Él es bueno. Pero en vez de entrar en la dinámica del amor de Dios, le hemos metido a Él en la dinámica de nuestro instinto. Hemos hecho un dios que premia a los buenos y castiga a los malos. Si pensamos que Dios ama sólo a los buenos, ¡qué podemos hacer nosotros!..."

Ahí estaría nuestra equivocación. Actuamos impulsados por lo que nos dice nuestra cabeza y nuestro corazón y nos convencemos de que así es como actuaría Dios mismo. y nos decimos que Dios no puede amar a esos canallas que abusan de los pequeños o de los que violan y matan a sus mujeres o a los que hacen las guerras matando a tantos inocentes... Y aseguramos que Dios los tiene que castigar!

Es igual que vayamos a misa todos los domingos, que seamos personas piadosas que rezan todos los días... Ante el panorama de tanta miseria, de tanta opresión, de tanta hambre y explotación... nosotros juzgamos y estamos seguros de que eso es lo correcto.

El evangelio de Lucas dice: "Sed compasivos como vuestro Padre es compasivo..." Mateo es más radical y habla de ser perfectos como vuestro Padre es perfecto. "Se nos pide que nos comportemos como Dios. Se nos pide salir al padre, comportarnos como el padre. Solo alcanzando una conciencia clara de ser hijos, podremos considerarnos hermanos."

Me parece excelente este último comentario de Fray Marcos. Y sólo si llegamos a entrar en esa dinámica de tomar conciencia de que somos hijos podremos ir alcanzando ese mínimo de humanidad que nos hará hermanos.

Texto del evangelio de LUCAS 6, 27-38


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