viernes, 29 de enero de 2021

Una autoridad que es vida

Una experiencia vital

31 de enero 2021 



Seguimos leyendo el evangelio de Marcos. Y esta vez nos ofrece un detalle muy interesante. Dice que "
Estaban impresionados de su enseñanza, pues les enseñaba como quien tiene autoridad, no como los letrados..."

En la introducción a los comentarios (en ecleSALia.net) Inma Calvo escribe: "El evangelio de esta semana nos habla de la autoridad de Jesús, que la gente sencilla percibió que era tan diferente a la de los escribas y fariseos. Jesús habla de su experiencia vital y los que le escuchan pueden comprobar que predica con el ejemplo de una vida entregada..." 

Es algo que las personas sencillas captan enseguida y creo que todos hemos sentido esa diferencia: Estudiosos, Doctores, Entendidos y Profesionales que explican, comentan, analizan y discuten... sobre doctrinas, sobre teorías, sobre estudios y conocimientos. Y, ante eso, podemos sentir el peso de la ciencia, del saber, de la cultura; pero, al final, nos suena a palabras y saberes que no son una experiencia vital.

Y eso es algo que, cuando se trata de religión, de la Buena Noticia del Evangelio, tiene una importancia total. Por eso mismo tenía que ser tremendamente impactante escuchar a Jesús de Nazaret... "No habla como los letrados".

Un comentario que nos puede ayudar a entender mejor el texto de hoy. Fray Marcos  lo hace así: -"¿Qué quiere decir el evangelista cuando le aplica a Jesús esa “autoridad”? Se trata de una autoridad que no se impone, de una potestad que se manifiesta en la entrega, de una facultad de acción que se pone al servicio de los demás..."

Si en mi vida falta esa experiencia vital de Dios, si lo que llevo dentro son sólo doctrinas y conoocimientos, entonces es fácil que mi comunicación se quede en una charla, en un comentario, en un discurso y terminará careciendo de importancia.

Retomo el comentario de Fray Marcos: "Les llamó la atención ver que Jesús hablaba con la mayor sencillez de las cosas de Dios, tal como él las vivía. Su experiencia le decía que lo único que Dios quería era el bien del hombre. Que Dios no pretendía nada del ser humano, sino que se ponía al servicio del hombre sin esperar nada a cambio. Esta manera de ver a Dios y la Ley no tenía nada que ver con lo que los rabinos enseñaban. Todos los problemas que tuvo Jesús con las autorida­des religiosas se debieron a esto. Todos los problemas que tienen los místicos y profetas de todos los tiempos con la autoridad jerárquica responden al mismo planteamiento..." 

Nuestros encuentros y reuniones (en la comunidad cristiana) enuentran muy a menudo esa dificultad: Tienen que expresar nuestra experiencia vital, cómo intentamos seguir la huellas del Maestro, cómo vivimos la Buena Noticia del reino de Dios que está cerca, que está dentro de cada uno de nosotros y tenemos que hacerlo visible en nuestra sociedad y en nuestro mundo.

Texto del evangelio de Marcos, 1, 21-28

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