sábado, 20 de marzo de 2021

Para dar vida, es necesario morir

Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo
21 de Marzo de 2021
V Domingo de Cuaresma 

"Pocas frases encontramos en el evangelio tan desafiantes como estas palabras que recogen una convicción muy de Jesús: «Os aseguro que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere da mucho fruto». Así comienza su comentario José Antonio Pagola.

Este domingo quinto de Cuaresma escuchamos este texto del evangelio de Juan. Es una reflexión bien profunda que Juan y su comunidad de seguidores de Jesús fueron madurando a lo largo de los años. Poco a poco fueron captando un mensaje y un estilo de vida que, de entrada, les resultó duro e incomprensible.

Este texto nos acerca a la visión tremenda y terrible en la que Jesús siente que las autoridades religiosas lo rechazan y quieren matarlo... "Padre, líbrame de esta hora"... Ha llegado la hora... He venido para esta hora... Y en ese contexto, esa frase paradójica: Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo..." Eso cualquier persona de campo lo entiende bien; pero ¿cómo se aplica a la gente? ¿qué puede significar para nosotros?

Seguramente todos hemos escuchado comentarios sobre este tema en algún sermón de la iglesia, en alguna charla, en alguna reflexión que nos hayan hecho. Y también es probable que todas nuestras conclusiones hayan terminado en alguna práctica piadosa, en lo que se llamaba algún "sacrificio" o "penitencia" como nuestro pequeño camino del calvario.

Hoy en día, a raíz de los comentarios y explicaciones que nos brindan los estudiosos del evangelio y mejor conocedores de su mensaje, creo que tanto el texto de hoy, como el mensaje global de Jesús de Nazaret implica y nos complica bastante más.

La Buena Noticia a la que nos invita y que irá proclamando a lo largo y ancho de su camino es una invitación a la Vida, a una vida más plena, a una vida que tenga el aliento de Dios mismo (su espíritu). Y, en todo momento, aparece una atención especial a todas aquellas personas que más lo necesitan (los marginados, los enfermos, los desgraciados, los pequeños, los últimos, los malditos para la Ley)
Hasta el último momento expresa ese deseo de que toda persona que quiera seguirlo plantee su vida como un servicio (como el esclavo que lava los pies de los otros, como el pan que parte y se reparte,,,). Y, sí, llega su hora, ese momento terrible en el que le quitan la vida, lo condenan, lo crucifican... en el que, al mismo tiempo será glorificado.

"No se puede -escribe José A. Pagola- engendrar vida sin dar la propia. No es posible ayudar a vivir si uno no está dispuesto a «desvivirse» por los demás. Nadie contribuye a un mundo más justo y humano viviendo apegado a su propio bienestar. Nadie trabaja seriamente por el reino de Dios y su justicia si no está dispuesto a asumir los riesgos y rechazos, la conflictividad y persecución que sufrió Jesús." (Yo mismo marco en negrita todo este texto porque me parece tan serio y tan profundo).

Un comentario si se quiere más filosófico nos lo ofrece Fray Marcos: "El amor consiste en superar el apego a la vida biológica y psicológica. En contra de lo que parece, entregar la vida no es desperdiciarla, sino llevarla a plenitud. No se trata de entregarla de una vez muriendo, sino de entregarla poco a poco en cada instante, sin miedo a que se termine. El mensaje de Jesús no conlleva un desprecio a la vida, sino todo lo contrario, sólo cuando nos atrevemos a vivir a tope, dando pleno sentido a la vida, alcanzaremos la plenitud a la que estamos llamados."

En pocas palabras: Desvivirse por los demás... Entregar mi vida poco a poco, en cada instante... Eso sería vivir a tope y dar pleno sentido a mi vida... alcanzando la plenitud a la que estoy llamado...

Texto del evangelio de Juan (12,20-33)


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