jueves, 30 de enero de 2025
El niño iba creciendo...
Es la tradicional fiesta que todos hemos conocido y que ahora sólo se celebra de manera especial cuando cae en domingo.
La pregunta que me hago es ¿de qué manera nos afecta a nosotros? ¿Es sólo una celebración en honor a María? ¿Es únicamente el recuerdo de un rito que celebraban los judíos? ¿O es algo más?
Lo primero que nos tiene que llamar la atención es el detalle final que leemos en el relato del evangelio de Lucas: -"El niño iba creciendo y robusteciéndose, y se llenaba de sabiduría."
Y Fray Marcos lo hace notar: "Como todos los niños nació como un proyecto y tiene que ir desarrollándose. Debemos convencernos de que fue un niño completamente normal, que, como todos los niños, tuvo que partir de cero y depender de los demás, para ir completando su personalidad."
En nuestro aprendizaje y catequesis de la religión cristiana se nos ha inculcado tanto lo de Jesús, Hijo de Dios, que casi nos hemos olvidado de que nació, creció y se hizo hombre en un país concreto, en una población de Galilea, en un ambiente, cultura y religión que marcaba a sus integrantes desde el mismo nacimiento: la circuncisión, la presentación en el Templo, la Ley y la Tradición...
Sigue el comentario de Fray Marcos: -"Todo lo que Jesús nos contó sobre Dios, lo vivió antes como hombre que va alcanzando una plenitud humana. Su propuesta fue precisamente que nosotros teníamos que alcanzar esa misma plenitud. Su objetivo y el nuestro es el mismo: desplegar todo lo que hay de posibilidad humanizadora en cada uno de nosotros. Esa posibilidad de crecer hasta el infinito está disponible gracias a lo que Dios es en cada uno de nosotros."
Yo diría que ésa es la llamada, la invitación que nos hace Jesús de Nazaret con su vida y con su mensaje. Nuestra religión no es para recordar y celebrar los diferentes acontecimientos de su vida. Él, como judío, vivió intensamente la tradición y profundizando progresivamente su relación con ese Dios al que termina dirigiéndose como Abbá (papá).
Sus parábolas, sus comentarios, su modo de hacer y de vivir nos marcan el camino. No para repetir palabras que se convierten en dogmas. Tampoco para recitar plegarias con las que adorar y reverenciar a Dios. Lo que importa es nuestra relación humana, nuestro comportamiento con los hermanos-hermanas.
Pablo lo resumió muy bien en la carta a los cristianos de Corinto: "-Ya podría yo hablar las lenguas de los hombres y de los ángeles; si no tengo amor, no soy más que un metal que resuena o unos platillos que aturden. Ya podría tener el don de profecía y conocer todos los secretos y todo el saber, podría tener fe como para mover montañas; si no tengo amor, no soy nada. Podría repartir en limosnas todo lo que tengo y aun dejarme quemar vivo; si no tengo amor, de nada me sirve."
viernes, 24 de enero de 2025
El espíritu del Señor me ha enviado...
...A dar la buena noticia a los pobres
26 de enero 2025
Este domingo el texto del evangelio de Lucas nos trae lo que podríamos llamar la programación propuesta por Jesús de Nazaret.
Echa mano de un texto del profeta Isaías para proclamar que el reino de Dios (Dios mismo) ya está aquí. Es una proclamación que la encontraremos en los otros textos evangélicos.
"El espíritu del Señor me ha enviado a dar la buena noticia a los pobres, a proclamar la libertad a los cautivos y la vista a los ciegos, a poner en libertad a los oprimidos, a proclamar el año favorable del Señor ..."
Siguiendo las noticias que nos ofrecen los canales de comunicación (la TV, los periódicos, las redes sociales) malos tiempos corren para esa programación del Maestro.
Ls poderosos de la tierra nos traen malas noticias para los pobres, ninguna acogida a los migrantes, cancelación de ayudas sociales, acaparar riqueza utilizando todos los medios disponibles, enriquecer cada vez más a los que ya poseen riquezas inmensas... Y, para convencer a esas mayorías incapaces de ver más allá de sus narices, también nos dicen que dios está de su parte... Que llega como un enviado de dios.
Ante estas noticias y esas frías corrientes, ¿qué tenemos que hacer?
Jesús de Nazaret, desde el principio apeló a la conversión. Nuestra visión, nuestros objetivos, nuestros valores.
Como comenta Fray Marcos: "-Lo único que predicó Jesús fue el amor, la unidad. Eso supone la superación de todo egoísmo y toda conciencia de individualidad. Los conocimientos científicos adquiridos en estos dos últimos siglos vienen en nuestra ayuda. Somos parte del universo, somos parte de la vida. Si seguimos buscando el sentido de nuestra existencia en la individualidad, terminaremos todos locos. El sentido está en la totalidad, que no es algo separado de mi individualidad, sino su propio constitutivo esencial."
La buena noticia para los pobres, para los oprimidos, para los cautivos, para los ciegos, para los migrantes y marginados es que Dios está ahí, a su lado. Que no están solos. Que, aunque los magnates y poderosos dispongan de toda la riqueza del mundo, hay algo mucho más importante, más vital, más humano. Está dentro de nosotros. Y sólo con esa conversión alcanzaremos nuestra verdadera realización: ser más humanos, más divinos.
Continúa Fray Marcos su comentario: "-El Espíritu no es más que Dios presente en lo más hondo de nuestro ser. Eso que hay de divino en nosotros es nuestro verdadero ser. Todo lo demás, no solo es accidental, transitorio y caduco, sino que terminará por desaparecer. No tiene sentido que sigamos potenciando aquello de lo que tenemos que despegarnos. Querer poner el sentido a mi existencia en lo caduco es ir en contra de nuestra naturaleza más íntima."
Entonces si no soy capaz de entender y de sentir que el migrante, el marginado, el oprimido forma parte de mí. Que su vida y la mía están unidas. Que su pobreza, su sufrimiento y su miseria son también mías... Está claro que necesito cambiar, convertirme. Que mi realización como hombre, como mujer, mi humanidad aumenta o disminuye en la medida en que crece o disminuye la unidad y el amor.
Visto desde esa perspectiva ¿quién es más humano? ¿La persona que acapara y amontona riquezas o el migrante que, en su pobreza, comparte con otros necesitados lo poco que tiene? ¿Los que desean expulsar a los que llegan a nuestros países ricos buscando mejorar su vida o los que abren su casa y su bolsillo a los que han perdido todo?
Texto del evangelio de LUCAS 1, 1-4 / LUCAS 4, 14-21
sábado, 18 de enero de 2025
No tienen vino...
Esto hizo Jesús como principio de sus señales
19 de enero 2025
En estas primeras semanas del año nuevo nos aconsejan en nuestra iglesia que tengamos en nuestras casas (y leamos) el "evangelio de cada día". Y estoy seguro de que muchas familias lo hacen. Es una buena manera de acercarnos al anuncio de la Buena Noticia que nos comunicó Jesús de Nazaret.
Al leer el relato de las "Bodas de Caná" y ese primer signo de Jesús me pregunto si somos capaces de leer "entre líneas", como se suele decir. ¿Es algo tan simple como convertir el agua en vino? ¿Se trata de mostrar el poder de Jesús para hacer milagros? Detalles y preguntas que nos podemos hacer y a las que, sin la ayuda de personas más preparadas y conocedoras del estilo y modo de expresión del evangelio, difícilmente sabemos contestar.
He leído el comentario que hace Fray Marcos y me ha parecido que nos puede ser de gran ayuda: -"El último versículo es la clave para la interpretación de todo el relato. Nos habla del “primer signo” de una serie que se va a desarrollar durante todo el evangelio. Además, como signo, va a servir de prototipo y pauta de interpretación para los que seguirán. El objetivo de todos los signos es siempre el mismo: manifestar “su gloria”. Ya sabemos que la única gloria que Jesús admite es el amor de Dios manifestado en él. La gloria de Dios consiste en la nueva relación con el hombre, haciéndole hijo, capaz de amar como Él ama."
Ése sería el primer paso. Entender que todos los signos de Jesús (actitudes, acciones, signos o milagros, comentarios y parábolas) van dirigidas y encaminadas a la Buena Noticia del reino de Dios, o sea de Dios mismo. Para ir aprendiendo a captar y sentir a Dios, nuestro padre, en nosotros, en las demás personas, en todas las cosas que nos rodean. Eso sería seguir las huellas del Maestro.
Porque..."Dios se manifiesta -sigue el comentario- en todos los acontecimientos que nos invitan a vivir. Dios no quiere que renunciemos a nada de lo que es verdaderamente humano. Dios quiere que vivamos lo divino en lo que es cotidiano y normal. La idea del sufrimiento y la renuncia como exigencia divina es antievangélica. El mensaje para nosotros hoy es muy simple, pero demoledor. Ni ritos ni abluciones pueden purificar al ser humano. Solo cuando saboree el vino-amor, quedará todo él limpio y purificado. Cuando descubramos a Dios dentro de nosotros, seremos capaces de vivir la inmensa alegría que nace de la unidad-amor. Que nadie te engañe. El mejor vino está sin escanciar, está escondido en el centro de ti."
"El mejor vino...". Todo un símbolo. Quizás nos hemos hecho a la idea de que haciendo cosas, rezando mucho, yendo muchas veces a misa... llegaremos a gustar ese mejor vino, a convertirnos en amigos íntimos del Maestro. Tal vez sí; pero creo que la senda de Jesús de Nazaret tenía un sabor mucho más social. Primero en lo más íntimo, en su oración (tantísimas veces que se retiraba a orar). En segundo lugar, en la atención que ponía en las personas que le rodeaban: los leprosos marginados, los ciegos, los enfermos, los niños, las mujeres... Y no olvidaba a los publicanos y fariseos. Una atención especial que lleva a la comprensión y al amor.
Creo que es algo que nos suele faltar. Y tal vez es precisamente ahí donde encontraremos el mejor vino.
Texto del evangelio de JUAN 2, 1-11 Bodas de Caná
viernes, 10 de enero de 2025
Hijo mío eres tú...
Él os va a bautizar con Espíritu Santo y fuego
12 de enero 2025
Al comienzo de lo que se llama el "tiempo ordinario", dentro de las celebraciones de la Iglesia, se nos propone la escena del "Bautismo de Jesús".
Tal y cono nos ha ocurrido casi siempre, nuestra lectura del evangelio la solemos hacer literal. Como si fuera una noticia que leemos en la prensa o en nuestro móvil. Y nos perdemos el mensaje y sentido profundo que nos quiere transmitir.
Como comenta Fray Marcos: -"El bautismo es el primer acontecimiento que los evangelios nos narran de la vida de Jesús. Es, además, el más significativo desde su nacimiento hasta su muerte. Lo importante no es el hecho en sí, sino la carga teológica que el relato encierra. El bautismo y las tentaciones hablan de la profunda transformación que produjo en él una experiencia que se pudo prolongar durante años. Jesús descubrió el sentido de su vida, lo que Dios era para él y lo que tenía que ser él para los demás."
Entiendo que como seguidor y discípulo de Jesús lo importante es seguir sus pasos, atender a esa invitación que nos va haciendo a lo largo de su vida.
Es interesante la palabra de Juan Bautista: "Él os va a bautizar con espíritu santo y fuego".
Es ese "aliento nuevo, aliento santo" el que va a ir llenando la vida de Jesús y que se irá manifestando a lo largo de esa etapa que llamamos "vida pública". Su modo de hacer, de atender a los más débiles, a lo marginados... La expresión de sus parábolas.
Y sigue el comentario de Fray Marcos: -"Hay que recordar que estamos hablando de la experiencia de Jesús como ser humano, no de la segunda o de la tercera persona de la Trinidad. Lo que de verdad nos debe importar a nosotros es el descubrimiento de la relación de Dios para con él, como ser humano, y la respuesta que el hombre Jesús dio a esa toma de conciencia. Lo singular de esa relación es la respuesta de Jesús a esa presencia de Dios-Espíritu en él. El bautismo no es la prueba de la divinidad de Jesús, sino la prueba de una verdadera humanidad."
A mí (y cada una de las personas que queremos seguir a Jesús) lo que nos tiene que llamar la atención y afectar es cómo nos podemos ir acercando a esa experiencia o vivencia de Dios.
El texto utiliza una expresión que nos puede dar una pista del camino: -"mientras oraba Jesús después de su bautismo, se abrió el cielo, bajó sobre él el Espíritu Santo..."
¡Cuántas veces leemos en el evangelio que Jesús se retiraba a orar!
Y me parece que también nosotros tenemos que decirle al Maestro: -Enséñanos a orar. Porque a lo largo de nuestra vida hemos aprendido muchas oraciones y plegarias. Aprendimos a rezar; pero no aprendimos a centrarnos en nuestro interior y descubrir la cercanía de Dios, el Dios de Jesús...
Creo que ésa es la mejor invitación que podemos recibir. Y que en este comienzo del año se convierta en la senda que recorramos día a día.
Texto del evangelio de LUCAS 3, 15-16 y 21-22
viernes, 3 de enero de 2025
A cuantos lo recibieron
Les dio poder de ser hijos de Dios
5 de enero 2025
En este segundo domingo de Navidad escuchamos la lectura del prólogo del evangelio de Juan:
"En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba junto a Dios, y el Verbo era Dios."
Son palabras que arrastran una profundidad increíble. Las hemos leído o escuchado muchas veces y, creo, que nos hemos quedado en explicaciones simples que normalmente desenfocan el sentido del mismo.
Identificamos, sin más, al Verbo con Jesús (Él sería el Logos, el Verbo, el que está junto a Dios). Así pues Jesús conoce a Dios y por eso nos explica todo sobre Dios...
¿Es realmente así?
Fray Marcos nos ayuda a entenderlo de una manera algo distinta: "Dice el texto: -"En él (Verbo) estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres". No es la palabra la que explica la Vida, sino la Vida la que hace comprensible la Palabra..."
Nuestro mundo (y nosotros) tan racionalista nos empuja a querer razonar nuestra fe, a saber y amontonar razonamientos y conceptos que nos den la clave de la religión y la espiritualidad. Pero ahí se agota todo. Giramos en torno a ideas y pensamientos que surgen de nuestra mente y que difícilmente pueden acercarse a Dios y a su Palabra.
"Nuestra primera preocupación, añade Fray Marcos, debe ser hacer nuestra esa Vida que nos llevará a entender la Palabra. Sin vivencia interior no podremos entender la divinidad. Ni las cristologías más sofisticadas podrán llevarnos a una comprensión del misterio de Jesús. A la Realidad transcendente no podremos llegar más que viviéndola."
Ciertamente, como dice el texto: "Vino a su casa, y los suyos no le recibieron".
Un poco más adelante escuchamos una expresión que nos ha llevado a imaginar el belén y un montón de imágenes que nos resultan simpáticas y llenas de ternura: Dice el texto: "Y la Palabra acampó entre nosotros"...
Fidel Aizpurua lo comenta de esta manera: "En ese breve enunciado se dice algo singular: Dios ha abandonado su cielo y ha venido a poner su tienda en nuestra historia con intención de no quitarla nunca más. Es una tienda montada para siempre, no con la brevedad de una acampada. A partir de ahora, quien quiera encontrar a Dios no tendrá que salir en su búsqueda hacia un cielo exterior, sin que habrá que ahondar en la vida porque en su fondo Dios ha puesto su morada.
Toda esta espiritualidad no la hemos tomado realmente en serio. Nosotros seguimos pensando, en nuestro imaginario religioso, que Dios está en su cielo y nosotros aquí en la tierra. No mezclemos las cosas. Hacer a Dios compañero de nuestra historia, participante de lo nuestro es algo que todavía no nos entra en la cabeza y en el corazón."
Pienso que ahí está nuestra gran dificultad para acercarnos a lo que Jesús vivió. No acertamos a descubrir que Dios (la Palabra hecha carne) está aquí entre nosotros, en mí, en tí, en nuestra vida.
Es el camino de Jesús, nuestro Maestro. Si nos fijamos bien, Jesús nunca nos da explicaciones de quién o de cómo es Dios... Nos habla en parábolas para decirnos sus vivencias: La parábola del hijo pródigo; la de la oveja perdida; de la perla preciosa; la del banquete de bodas; la de la viña...
A las personas que acogen la Palabra en su vida les da el poder de ser hijos-hijas de Dios.
Acoger a Dios (la Palabra) en nuestra vida es despertar a una manera nueva de vivir, conscientes de esa realidad profunda que forma parte de nosotros y de todo lo que nos rodea.
"Estos no han nacido de sangre, ni de deseo de carne, ni de deseo de varón, sino que han nacido de Dios."
Texto del evangelio de Juan 1, 1-18
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