sábado, 24 de enero de 2015

La hora del cambio

Domingo 25 de Enero de 2015

Parece ser la palabra de hoy: el cambio
Para el sábado que viene está programada la "Marcha del Cambio". 
Los nuevos partidos políticos nos proponen un cambio de rumbo.
Los grupos más concienciados y más críticos abogan por un cambio hacia otro modelo de sociedad y de humanidad...
Y hoy, en la eucaristía de este fin de semana nos llega ese grito de Jesús de Nazaret: "Se ha cumplido el plazo!... Convertíos..." Ya está bien, es hora de despertar. El reino de Dios está ahí, entre vosotros. Decidíos de una vez: Cambiad, daos la vuelta. Creed en la buena noticia de Dios, en ese mundo y en esa humanidad en la que "los primeros serán los últimos y los últimos los primeros..."
Resulta impresionante que, después de tanto tiempo escuchando las palabras de Jesús de Nazaret, no atinemos a hacer realidad eso de la buena noticia, del mundo nuevo, de una humanidad compasiva y solidaria.
Tal vez nos miramos unos a otros y nos decimos que, efectivamente, tenemos que convertirnos. Y nos ponemos a pensar y  a meditar en "los pecados" que hemos cometido, en la purificación de nuestra alma, en las penitencias que tengo que hacer o incluso en los actos de misericordia que se me olvidaron realizar. Pero nuestra vida continúa con su rutina y con la misma tónica sin que afecte ni a nuestra sociedad, ni a nuestro entorno, ni siquiera a nosotros mismos.

Avaaz - El Mundo en Acción - Es un portal de internet que nos propone continuamente nuevas acciones y nuevas iniciativas dirigidas a tomar conciencia y actuar de cara a un mundo más solidario, más justo y más humano. Pues bien, entre otras muchas iniciativas y propuestas nos acaba de proponer para este 2015 una campaña especial: Es una campaña pensada y dirigida a nosotros mismos: "Ser amable y respetuoso" (con nosotros mismos y con los demás) - "Ser más sabio" (escuchar nuestra propia voz y la de los demás) - "Practica la gratitud" (tanto que tenemos que agradecer y que hace desaparecer la negatividad).

Me ha parecido excelente y, después de escuchar el mensaje de Jesús de Nazaret, me parece una buena manera de iniciar el "cambio" en mi vida, en mi entorno y en mi sociedad. Porque creo en el cambio, creo que nos toca dar la vuelta a nuestro estilo de pensar y de actuar. Eso es creer en la buena noticia de Jesús de Nazaret (que es la de Dios): Un mundo más humano, más justo, más solidario, más compasivo, más respetuoso y, por supuesto, más tierno y cariñoso... Que buena falta nos hace!


"Ser cristiano no es aprender doctrinas, sino seguirle a Jesús en su proyecto de vida..." (J.A. Pagola)

Lectura del santo evangelio según san Marcos 1, 14-20

Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios. Decía:
– «Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios: convertíos y creed en el Evangelio.»
Pasando junto al lago de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés, que eran pescadores y estaban echando el copo en el lago.
Jesús les dijo:
– «Venid conmigo y os haré pescadores de hombres.»
Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron. Un poco más adelante vio a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca repasando las redes. Los llamó, dejaron a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros y se marcharon con él.

sábado, 17 de enero de 2015

Serían las cuatro de la tarde

Domingo 18 de Enero de 2015

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Odres Nuevos Evangelio 18 enero 2015 color

El texto que nos ofrecido en la eucaristía de este domingo está tomado de Juan (capítulo primero) y nos cuenta el primer encuentro que tuvieron con Jesús de Nazaret. Termina diciendo: "serían las cuatro de la tarde".

Tal fue el impacto que siempre recordó la hora.
Me pregunto si yo mismo tengo también una hora especial que me recuerde un encuentro así.
Hay personas que hemos conocido que nos marcaron la vida y recordamos momentos, situaciones, encuentros y hasta horas determinadas; pero ¿tengo yo alguna hora especial, algún día especial, alguna situación especial que indique ese cambio total, esa conversión que me llevó a vivir al estilo de Jesús de Nazaret?
Según las enseñanzas recibidas, según las predicaciones escuchadas, podría tal vez señalar muchos momentos; pero revisando un poco me temo que no eran verdaderos encuentros con el Maestro. Tal vez eran momentos de oración, de religiosidad, de ceremonias y ritos, incluso de una elevación espiritual hacia... Dios? Supongo que todo forma parte del camino.
En un artículo leído recientemente de Antonio Aradillas titulado "Dios es humor" señala con mucho acierto que en la Iglesia: "Todo -casi todo-, es triste en la Iglesia, dando la impresión de que la alegría estuvo, y sigue estando, proscrita..." Y está en contradicción con la "Buena Noticia" del evangelio. El impacto que cuenta Juan de su encuentro con Jesús de Nazaret tiene mucho de alegría y de amor, algo que marca el corazón y la vida de uno.
Eso es precisamente lo que deseo encontrar y sentir: Buena y alegre noticia del reino de Dios. No me basta aquello de "al recibir el bautismo, me convierto en hijo de Dios", que "ha salvado", que "entraré en el cielo", que "me resucitará en el último día"... Yo creo que no es eso lo que decía Jesús de Nazaret. Hablaba de un estilo nuevo de vida, de una humanidad nueva, de un modo nuevo de ser hombre y mujer... Y nos propone todo el humor de Dios al añadir que: "los últimos serán los primeros", que "de los niños (que en su tiempo no contaban para nada y mucho menos si eran niñas) es el reino de los cielos", que "las prostitutas pasarán delante y entrarán ellas en el reino de Dios" y que (al hijo pródigo) no sólo no le pide cuentas ni le recrimina nada; sino que le hace una gran fiesta (con música, bebidas y mucha comida)...
Buena noticia! Y de impacto! y descubrir ese nuevo estilo es algo que revoluciona la vida de uno y ya nos cambia los valores y lo que tiene importancia.
Y termino con una nueva cita de Antonio Aradillas: "Quede clara constancia de que a San Pablo para tratar a la mujer, le faltó una "pizquita" de humorNo otras "pizquitas", sino toneladas de humor, le siguen faltando a catequistas, predicadores y evangelizadores, con preferente inclusión de la jerarquía eclesiástica, para difundir y sembrar la palabra salvadora de Dios, en relación con temas tan capitales de la religión como el cielo, el infierno, el pecado, el perdón, la naturaleza, la mujer, el hombre, la sexualidad, la felicidad, la vida, la muerte, el trabajo, el medio ambiente..."

Texto del evangelio de Juan 1, 35-42


sábado, 10 de enero de 2015

Humanizar las personas

Domingo 11 de Enero de 2015

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El texto que se nos propone en la eucaristía de este fin de semana nos habla del modo como aquellos hombres y mujeres entendieron a Jesús de Nazaret: Una voz del cielo que proclama "tú eres mi hijo amado, mi predilecto"... A partir de ahí (a través de los textos de los evangelios) llega hasta nosotros el impacto que supuso para ellos, su motivo de conversión para seguir las huellas del Maestro. Pensando en todo ello, me preguntaba por el significado que tiene para mí. ¿Cómo veo yo a Jesús de Nazaret?
Hace muchos años, cuando era estudiante, en las charlas y recomendaciones que nos hacían terminaban siempre con una especie de estribillo: "ser santo". Era como la meta. Seguir a Jesús de Nazaret se traducía en un esfuerzo continuado por ser santo, por ser mejor, por amar más a Dios...
Así pues, durante todos aquellos años de formación, se puede decir que crecía dentro de nosotros un espíritu de eso que llaman "ascética" ( "se le denomina a la doctrina filosófica y religiosa que busca purificar el espíritu por medio de la negación de los placeres materiales o abstinencia") y una práctica cada vez mayor de devociones, rezos y prácticas piadosas. Seguíamos, de ese modo, los ejemplos de los santos y santas. Era nuestro camino hacia Dios, hacia la santidad.

Ahora me pregunto si fue eso lo que entendieron aquellos primeros discípulos de Jesús de Nazaret.
La Buena Noticia, la conversión, el estilo de vida nuevo, la relación entre hombres y mujeres, la compasión y solidaridad. Entender lo que significaba que Dios se había abajado y se había encarnado en lo más humilde de la humanidad...

De nuevo echo mano de las notas de José María Castillo: "El cristianismo y las instituciones en las que se realiza históricamente (la encarnación) no tienen la finalidad de santificar a los fieles, sino de humanizar a las personas, a los seres humanos en general."
Dicho así, verdad?, nos puede parecer un disparate;pero qué otra cosa puede significar el mensaje de la Buena Noticia?
¿Qué sentido puede tener las palabras que decía Jesús (como juicio final): Venid, benditos de mi Padre; porque tuve hambre..., tuve sed..., estaba en la cárcel..., andaba desnudo, enfermo, marginado, sufriendo violencia, despreciado...y me atendiste?
Y si no hacemos eso, nos dirá simplemente: "No os conozco".
Qué responsabilidad más grande tenemos si, en lugar de humanizar, nos dedicamos a "santificarnos" y "amar a Dios"... dejando de lado a esa humanidad que nos rodea, sobre todo a los más débiles, a los que sufren, a los marginados, a los que no cuentan en nuestra sociedad...
Para mí, ¿quién es Jesús de Nazaret?


Texto del evangelio de Marcos 1, 7-11

sábado, 3 de enero de 2015

Niño Dios o Dios niño?

Domingo 4 de Enero de 2015

Odres Nuevos - Evangelio - 4 ENERO 2015 color
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Seguimos en Navidad. Seguimos entonando villancicos, celebrando fiestas, reuniéndonos con la familia y enviando buenos deseos y augurios a todos los amigos y conocidos. Celebramos... Realmente ¿qué celebramos?Nuestras fiestas, al menos en esta sociedad de consumo, van reduciéndose a "comidas, bebidas, compras, regalos, vestidos de fiesta y el exceso de unos días que quieren ser divertidos, de vacación, de pasarlo bien..." Lo de la Navidad de la religión, de la iglesia, del portal de belén se va quedando en el recuerdo, en las canciones, en los motivos de fondo.
Todavía he recibido felicitaciones en las que se nombra al "Niño Dios". Con la ternura que inspira un niño, la alegría de un nuevo nacimiento, las enhorabuenas para los padres y la emoción de esa vida que comienza.
Mi pregunta es si celebramos a ese niño que creemos Dios o por el contrario celebramos que Dios se acerca a nosotros y se hace niño. Y es que dependiendo de la dirección que tomemos nos encontraremos con la religión tradicional (la de siempre) o nos acercaremos a ese Dios que se encarna en la debilidad, en lo marginal, en lo desnudo y desvalido, en lo más bajo de la humanidad.
Veamos. Tomo como guía unas notas de José María Castillo.
"El cristianismo sólo tiene su verdadero sentido cuando se interpreta a partir de Jesús. Ahora bien, Jesús es la revelación de Dios porque en él Dios se ha encarnado. Esto quiere decir que, en Jesús Dios se ha dado a conocer... Por lo tanto , si la finalidad del cristianismo no puede ser otra que la finalidad de Jesús (su razón de ser y su misión), de eso se sigue que, de la misma manera que Jesús es la humanización de Dios, el cristianismo, que prolonga en la historia la presencia de Jesús, no tiene otra finalidad y otra razón de ser que hacer presente y operativo el proceso de humanización que se inició en la encarnación."
Es por eso que si nuestro punto de partida es el Niño-Dios y seguimos la vía de la divinidad entonces nos encontramos con los dogmas, las doctrinas, las explicaciones (sobre Dios), las ceremonias, los ritos, las grandes iglesias, los honores y el poder... Y dejamos la humanidad arrinconada y dejada a un lado como si se tratara de disfraz que ya no hace falta.
Creo que nuestra elección ha sido un error. Es la humanidad la que importa, la que debe centrar nuestra vida y nuestro modo de reencontrar a Jesús. Sólo así podremos seguirle y convertirnos en auténticos seguidores y discípulos suyos.


Se acerca vuestra liberación

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