miércoles, 26 de febrero de 2020

Comenzamos la Cuaresma

1 de Marzo de 2020

Se han celebrado los Carnavales. Se han hecho muchas fiestas y nos hemos tomado una especie de vacaciones en la rutina de cada día. 
Este miércoles la Iglesia nos proponía el Miércoles de Ceniza y los más ortodoxos nos recuerdan aquella especie de eslogan: "Recuerda que eres polvo y en polvo te convertirás". Imagino que eso y todas las penitencias y sacrificios que se proponían para el tiempo de la Cuaresma dieron sus frutos y probablemente también alguna conversión. 
Hoy, sin embargo, me pregunto si el mensaje del evangelio es realmente ése. Que nos vamos a morir algún día, todos lo sabemos. Que dentro de unos años, una vez fallecidos, apenas si seremos un poco de polvo... También lo sabemos. Pero el mensaje apunta en otra dirección. Todo el mensaje del evangelio es para la vida, para esta vida. No es una conversión para que luego me premien con el cielo.
El texto tomado el evangelio de Mateo nos habla de las tentaciones de Jesús de Nazaret. Es más que probable que Jesús, a lo largo de toda su vida fue madurando y creciendo en su fe, en su confianza en Dios, en la esperanza e ilusión de la Buena Noticia del Reino de Dios... Y no faltaron tentaciones. El texto nos habla como de tres tentaciones: El propio interés (que las piedras se conviertan en pan). Su propia gloria (tirarse desde lo alto del pináculo del Templo y los ángeles lo recogerían). El poder y la dominación (todo esto te daré, el mundo entero, si me adoras).
Y la Iglesia, y nosotros mismos, nos enfrentamos a esas mismas tentaciones: Nos preocupa más nuestro bienestar, incluso nuestra salvación, que la fraternidad, la solidaridad, la justicia hacia los últimos.
La Iglesia, y nosotros mismos, nos importa más quedar bien (personalmente o como institución religiosa) que hacer el bien e intentar un mundo más humano.
La Iglesia, y nosotros mismos, seguimos pensando en una institución con poder, con gloria, con manifestaciones grandiosas... muy lejos de la propuesta de Jesús lavando los pies a sus seguidores...
José Antonio Pagola lo comenta así: "Siempre que los cristianos anteponemos nuestro bienestar a las necesidades de los últimos, nos alejamos de Jesús. Cuando los seguidores de Jesús buscamos «quedar bien» más que «hacer el bien», nos alejamos de él. El poder mundano es una oferta diabólica. Cuando los cristianos lo buscamos, nos alejamos de Jesús."
Ciertamente, la propuesta que nos hace de manera insistente y machacona es un caminar contracorriente: Dejar atrás poder, fama, riquezas, prestigio... Por ahí tiene que ir la senda de la Cuaresma, una revisión a fondo de nuestra manera de ser seguidores de Jesús. Con nuestras tentaciones y nuestras debilidades, claro.
Pero, ahí andaremos! Todo lo que nos ayude a entender mejor al Maestro y nos permita seguir sus huellas... bueno será!
Texto del evangelio de Mateo (4,1-11)

viernes, 21 de febrero de 2020

Sed perfectos como vuestro Padre

23 de Febrero de 2020

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En la reunión de Cáritas del otro día reflexionábamos sobre este texto del evangelio de Mateo (5, 38-48) y lo primero que vino a la mente  fue que era un evangelio difícil y que nos hacía sentir lejos del proyecto de Jesús de Nazaret...
Después de decirnos que: "habéis oído que se dijo a los antiguos... Ojo por ojo y diente por diente; pero yo os digo... Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo; pero yo os digo..." Jesús nos propone una ley del amor que pasa por encima de todo eso. Incluso nos dice eso de amar a tu enemigo.
Y, ciertamente, como nos decía Iñaki, en la Iglesia y en nuestra sociedad, nos hemos preparado Leyes y Reglamentos que pretenden regular y hacer justicia en nuestra sociedad; pero no es lo que pensaba y pretendía Jesús.
Al hablarnos así el Maestro no está pensando en la justicia o en las leyes. Nos está hablando de cómo ve las cosas desde la perspectiva de Dios mismo: "Sed perfectos como vuestro Padre es perfecto". La propuesta es la que debía tener en la mente y en el corazón cualquier hijo con referencia a su propio padre. Incluso nosotros, es muy posible que hayamos sentido y pensado eso mismo: Me gustaría ser como mi padre o como mi madre. 
Eso nos evitaría entrar en la casuística y ponernos a discutir si en tal caso o en tal otro tengo que perdonar, si tengo que atenderlo, si tengo que ayudar...
Fray Marcos nos ayuda a entender mejor esto:"Así seréis hijos de vuestro Padre… Aquí encontramos una de las mejores muestras de lo que se entendía por hijo en tiempo de Jesús. Hijo era el que salía al padre, el que era capaz de imitarle en todo. Viendo al hijo, uno podía adivinar quién era su padre. También podemos descubrir la idea de Dios que tenía Jesús. Un Dios que ama a todos por igual porque su amor no es la respuesta a unas actitudes o unas acciones sino anterior a toda acción humana. El AMOR que nos pide Jesús es el mismo amor que es Dios y está desplegándose en mí en todo instante..."
Tendría que ir entendiendo que seguir las huellas de Jesús de Nazaret es ir aprendiendo a mirar como lo hace mi padre (del cielo), a escuchar como él, a apoyar y acoger como él, a celebrar y hacer fiesta como él... Y Jesús, a lo largo de su andar por los pueblos y caminos fue señalando todos esos gestos y maneras: Cómo miraba a los niños, a los pequeños... Cómo escuchaba a los marginados y leprosos. Cómo apoyaba a la mujer pillada en adulterio, a la samaritana. Cómo celebraba la vuelta del hijo pródigo. La atención del buen samaritano al que había caído en manos de los salteadores... Haced y vivid al estilo de vuestro padre!
Como en tantos encuentros y reuniones de comunidades cristianas surgen cuestiones y problemas de violencia, opresión, marginación y desprecio... Y nos atascamos al querer dar respuesta a todo eso.
Como escribe José Antonio Pagola: "Hay una convicción profunda en Jesús. Al mal no se le puede vencer a base de odio y violencia. Al mal se le vence solo con el bien. Como decía Martin Luther King, «el último defecto de la violencia es que genera una espiral descendente que destruye todo lo que engendra. En vez de disminuir el mal, lo aumenta"...
Como se observaba en la reunión que tuvimos: Muy a menudo vemos y analizamos los problemas y los males; pero no prestamos atención a las personas. Y el grupo de acogida de Cáritas me va enseñando ese camino nuevo. Y no es otro que intentar ir cogiendo los gestos y el estilo de nuestro padre.
Copio este comentario que hace Fray Marcos sobre nuestras actitudes con referencia a la violencia... "En el mar siempre habrá olas, de mayor o menor tamaño. Al llegar al litoral, la misma ola puede encontrar la roca o puede encontrar arena. ¡Qué diferencia! Contra la roca estalla en mil pedazos. Con la arena se encuentra suavemente. Incluso si la ola es muy potente, en la arena rompe sobre sí misma y pierde su fiereza.¿Necesitas explicación? Pues voy a dártela. Los que pretenden incordiarte y convertirte en enemigo van a estar siempre ahí. Pero la manera de encontrarte con ellos dependerá siempre de ti. Si eres roca el encuentro se manifestará estruendosamente y ambos quedaréis dañados. Si eres playa toda agresividad quedará neutralizada y no percibirá la más mínima agresión. Un detalle, la roca y la arena, están hechas de la misma materia, solo cambia su aspecto exterior..."
Y para terminar un comentario que me ha llegado desde ecleSALia.net: 
"Los que deseamos que la iglesia se renueve hemos recibido como un jarro de agua fría la exhortación “Querida Amazonia” donde el Papa cierra la puerta a la ordenación de mujeres o de varones casados. Es verdad que el sacerdocio clerical no es ninguna solución y no debe ser un objetivo. Sin embargo hubiera sido un pequeño acercamiento a la cultura actual. Resulta tan chocante ese menosprecio a las mujeres o esa norma del celibato obligatorio…" IMMA CALVO, amigos@feadulta.com
Me parece que la Iglesia, y todos nosotros, andamos bastante lejos de todo lo que proponía nuestro Maestro.
Texto del evangelio de Mateo (5,38-48)

viernes, 14 de febrero de 2020

Si vuestra justicia no es mayor que la de

16 de Febrero de 2020

Resultado de imagen de si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas"Habéis oído decir que se dijo a los antiguos..." 
La lectura que se nos hace este fin de semana, tomada del evangelio de Mateo, es como un repaso a lo que siempre ha parecido vital, tanto en la religión judía como en la cristiana: Los mandamientos, lo que se dijo a los antiguos.
"No matarás", "No cometerás adulterio", "No jurarás en falso"... Y a cada una de esas normas o mandamientos Jesús añade: "Pero yo os digo..."  Es lo que él nos propone para unirse a su proyecto, para aceptar la Buena Noticia del reino de Dios, y vivir a su manera. No ha venido a quitar la Ley, sino a llevarla a su plenitud.
Hasta ahí hemos llegado y los cristianos miramos de reojo a los judíos como para decirles: A ver si os enteráis! Pero me temo que es algo que cada uno de nosotros tiene que reflexionar y repensar. También las primeras comunidades de seguidores pasaron por ahí. Que si la circuncisión, que si las carnes ofrecidas..
Como escribe Fray Marcos: "Si no descubro que lo que la Ley me ordena es lo que exige mi verdadero ser; si no interiorizo ese precepto hasta que deje de ser precepto y se convierta en convencimiento total de que eso es lo mejor para mí, el cumplimiento de la ley me deja como estaba, no me enriquece ni me hace mejor. Fijaos en lo que dice Jesús en el evangelio, "si no sois mejores que los letrados y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos”. Ellos cumplían la ley escrupulo­samente, pero externamente. Eso no les hacía mejores sino mezquinos..."
Ya no me basta el examen y repaso de los mandamientos. Lo que importa es que mi forma y manera de vivir siga siempre la pauta que Jesús de Nazaret fue marcando: Su atención y mirada a los leprosos, a los marginados, a los excluídos; la importancia que dio a los pequeños, a las mujeres, a los extraños; la delicadeza y ternura que pone en la acogida del padre del hijo pródigo; la entrega hacia el que había caído en manos de salteadores... por parte del buen samaritano...
Sigue el comentario de Fray Marcos: "Jesús pasó, de un cumplimiento externo de leyes a un descubrimiento de las exigencias de su propio ser. Esa revolución, que intentó Jesús, está aún sin hacer. No solo no hemos avanzado nada en los dos mil años de cristianismo, sino que en cuanto pasó la primera generación de cristianos hemos ido en la dirección contraria. Todas las indicaciones del evangelio, en el sentido de vivir en el espíritu y no en la letra, han sido ignoradas..."
¿Seguimos siendo como los escribas y fariseos?
La palabra de Jesús se dirige a mí, a ti, a cada uno... "Por eso, según Jesús, no basta cumplir la Ley, que ordena «no matarás». Es necesario, además, (como escribe José A. Pagola) arrancar de nuestra vida la agresividad, el desprecio al otro, los insultos o las venganzas. Aquel que no mata cumple la Ley, pero, si no se libera de la violencia, en su corazón no reina todavía ese Dios que busca construir con nosotros una vida más humana..."
"Si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos..." Y de lo que se trata es de si nos decidimos a entrar en esa nueva dinámica, en ese proyecto de humanidad nueva, de sociedad más justa y solidaria, más compasiva... centrando nuestra vida en ese objetivo de ser compasivos como nuestro Padre...

Texto del evangelio de Mateo (5,17- 37)


sábado, 8 de febrero de 2020

Ser sal y luz del mundo

9 de Febrero de 2020

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Este fin de semana el texto que leemos y escuchamos, tomado del evangelio de Mateo, nos ofrece dos comparaciones que debían ser muy habituales en Jesús de Nazaret: "Vosotros sois la sal de la tierra... Vosotros sois la luz del mundo..."
Las hemos escuchado miles de veces y, a pesar de ello, creo que no siempre hemos sido capaces de entenderlas.
Como comenta Fray Marcos: "El mensaje de hoy es simplicísimo, con tal que demos por supuesta una realidad que es de lo más complicada. Efectivamente, todo el que ha alcanzado la iluminación, ilumina. Si una vela está encendida, necesariamente tiene que iluminar. Si echas sal a un alimento, necesariamente quedará salado..."
Pero qué puede significar al aplicarlo a una persona, a los seguidores de Jesús de Nazaret?
Como escribe Gonzalo Haya: "La interpretación de los textos del evangelio debe anclarse en el mensaje central sin desviar la interpretación a otros aspectos secundarios..."
Cualquiera que anda en la cocina entenderá perfectamente la comparación con la sal. Cuando preparamos la comida, la sal por sí misma no nos sirve, sólo es útil cuando acompaña a los alimentos. Y la sal para salar, tiene que deshacerse, disolverse, dejar de ser lo que era... Y, cuando Jesús comparaba a sus seguidores con la luz, hablaba de lámparas de aceite o de cera... Producen luz, pero el aceite o la cera se consumen.
Ahí está la profundidad del mensaje. Tenemos que ser portadores de la Buena Noticia del reino de Dios; pero tenemos que ser como la sal o como la lámpara que da luz...
Fray Marcos cierra el comentario diciendo: "Resulta que Mi existencia solo tendrá sentido en la medida que me consuma en beneficio de los demás... Y tenemos que recordar que: "La sal actúa desde el anonimato, ni se ve ni se aprecia. Si un alimento tiene la cantidad precisa, pasa desapercibida, nadie se acuerda de la sal... Lo que importa no es la sal, sino la comida sazonada..."
Quizás, en nuestro afán por ser portadores de la "buena noticia" al mundo, nos hemos aplicado y creído ser la sal y la luz como centro de todas las miradas dándonos una importancia mal entendida.
En otra ocasión Jesús volvió a pensar en la cocina de su madre: en la levadura para hacer el pan... Y todo el mundo sabe que a la levadura le ocurre lo que a la sal: si no se deshace dentro de la masa, no sirve de nada.
¿Cómo tiene que ser la comunidad cristiana? ¿Cómo tengo que ser yo mismo? Vivir y comportarme como la sal que se deshace dentro de la comida, como la vela de cera o como la lámpara de aceite que se va consumiendo... para que mi mundo, mi sociedad, mi entorno, tenga ese nuevo sabor de fraternidad, de justicia solidaria, de compasión y ternura hacia los últimos... Porque es esa masa, ese mundo, esa gente la que importa.
Todavía un comentario más de Fray Marcos: Jesús dice -"Brille así vuestra luz ante los hombres, para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre que está en los cielos». La única manera eficaz para trasmitir el mensaje son las obras... Evangelizar no es proponer una doctrina muy elaborada y convincente. No es obligar a los demás a aceptar nuestra propia ideología o manera de entender la realidad. Se trataría más bien, de ayudarle a descubrir su propio camino desde los condicionamientos personales en los que vive..."
Porque cada uno de nosotros está invitado a unirse al proyecto de Jesús de Nazaret. No a creer y aceptar ciertas verdades o dogmas, sino a vivir a la manera de Jesús, a la manera de ese Dios que proclamamos: padre de todos.
Texto del evangelio de Mateo (5,13-16)

Se acerca vuestra liberación

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