jueves, 22 de junio de 2017

El detalle

Domingo 25 de Junio de 2017

Resultado de imagen de hasta los pelos de tu cabeza estan contadosEscuchar y leer el texto de Mateo en la eucaristía de este fin de semana me resulta una verdadera fuente de serenidad y confianza: "No tengáis miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. No, temed al que puede destruir con el fuego alma y cuerpo. ¿No se venden un par de gorriones por unos cuartos? Y, sin embargo, ni uno solo cae al suelo sin que lo disponga vuestro Padre. Pues vosotros hasta los cabellos de la cabeza tenéis contados..."  
A menudo echamos mano de prácticas y actividades, tanto en la vida social como religiosa, que nos den seguridad, que nos tranquilicen: Pólizas de Seguros para nuestra casa, nuestras posesiones, nuestra persona. También en lo religioso: Rezos, novenas, peticiones de todo tipo a los santos y santas...
Y, tal vez, terminamos olvidando el modo y el estilo de Jesús de Nazaret. Por eso me ha encantado el comentario de María Dolores López Guzmán. Me ha parecido, además, que presenta la sensibilidad y perspectiva femenina que parece ser también el modo y estilo de Dios mismo: el detalle y atención a las pequeñas cosas... Disfrutad y saboread parte del texto de su comentario:
"Una persona detallista es... 
...la que se fija particularmente en lo que al otro le gusta o inquieta; la que no se conforma con ser correcta y educada sino que desciende a hacer un bien concreto...
...la que adivina el cansancio que el otro prefiere ocultar; la que respeta los silencios porque entiende que hay cosas de las que no se puede hablar... 
...la que se queda con los gustos de cada uno para atenderlos; la que sabe seguir el ritmo de los demás por respeto, y que escucha sus sueños para cumplirlos... 
Jesús, en este texto del evangelista Mateo, nos asegura que Dios (nuestro padre es así) y que “hasta los cabellos de la cabeza tenéis contados”...
La existencia de Jesús está llena de detalles hacia la humanidad. Toda persona que se encontraba con Él recibía una palabra que parecía dicha expresamente para ella, o un gesto con el que curaba aquel rincón del alma más escondido y dañado. Ofreció agua viva a la samaritana para calmar su sed; la liberación a través del perdón a la pecadora que lloraba arrodillada a sus pies; palabras de aliento a los pobres, los que lloran, los perseguidos por la justicia, los honestos… diciéndoles que el Padre está de su parte. A cada uno según su necesidad (un estilo que marcó la pauta de las primeras comunidades, Hch 4,34-35).
Esta atención al detalle de Dios que Jesucristo nos recuerda, es el mejor aval para desterrar el miedo y entregarnos sin fisuras a la causa del Reino con infinita alegría, sabiendo que nada de nosotros se pierde a los ojos del Señor.  
Por eso Jesús insiste: “no tengáis miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma”.
Texto del evangelio de Mateo 10,26-33

domingo, 18 de junio de 2017

Comulgar es una forma de vivir

Domingo, 18 de junio 2017

Este fin de semana, en nuestra iglesia, se celebra la fiesta del Corpus Christi, o sea, la fiesta de la Eucaristía o del Cuerpo y Sangre de Cristo.
Resultado de imagen de comulgar es una forma de vivirLa larga tradición, las enseñanzas y todo lo que hemos recibido a lo largo de nuestra vida hace que la Eucaristía (la misa, la comunión) nos resulte imprescindible, algo sin lo cual es como dejar de ser cristiano.
Sin embargo, muy a menudo me pregunto sobre el significado que tiene para mi. Es una devoción? Una práctica religiosa? Una creencia? Supongo que es un poco todo eso. El cuerpo y la sangre de Cristo, su presencia real en el sagrario, el milagro de la conversión del pan en el cuerpo del Señor y el vino en su sangre... Afirmar eso como una creencia, como acto de fe, como devoción... Ahí me pierdo. Aunque seguimos escuchando los mismos comentarios y las mismas explicaciones, no hago más que preguntarme si es eso realmente el significado de lo que Jesús de Nazaret nos trasmitió.
Me voy a remitir (y adjunto el enlace) al comentario que escribe Dolores Aleixandre. Me ha parecido genial.

Texto del evangelio de Juan, 6, 51-58

viernes, 9 de junio de 2017

Salvar, no juzgar

Domingo 11 de Junio de 2017

Resultado de imagen de Dios no mandó para juzgar al mundoLa propuesta que nos hace la iglesia este fin de semana es la fiesta de la "Santísima Trinidad". O sea un misterio del que se ha hablado mucho y se sabe bien poco.
Estaba leyendo el comentario de J.A. Pagola y me ha llamado la atención la cita que hace un un tal Varillon que llega a afirmar que si "Dios no fuera Trinidad, él sería probablemente ateo... Y que si Dios no es Trinidad, no entiende nada..." Enseguida me he acordado de otro comentario que hacía una persona de gran espiritualidad que decía que los teólogos gastan demasiado tiempo y demasiada tinta hablando de Dios...
A pesar de todos los textos de Juan, en su evangelio, me sigue pareciendo que la iglesia y todos sus doctores han querido estudiar y diseccionar a Dios como si fuera un efecto de la naturaleza y razonan de mil maneras para darnos finalmente "su propio parecer", lo que su cabecita es capaz de imaginar y razonar...
Prefiero muchísimo más escuchar a Jesús de Nazaret en su forma más sencilla: sus parábolas, sus sentimientos, sus vivencias... ¿Cómo entiende él a Dios? ¿Cómo lo siente? ¿Cómo se acerca a Él? ¿Cómo nos invita a vivir como "hijos de Dios"?
A partir de ahí, creo que nuestra comunidad cristiana debe ponerse como objetivo lo que Juan dice en el texto del evangelio de hoy: "Dios no mandó su hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él"... Basta con aplicar ese mensaje tan sencillo. ¿Acaso no recuerda a la parábola del buen pastor? Jesús (y todos los que nos decimos seguidores suyos) no tenemos por objetivo "juzgar" (bueno, malo, ateo, comunista, homosexual, inmigrante, sin papeles, enfermo de sida...); sino salvar... Y cuando habla del "mundo", se trata de hombres y mujeres, de niños, ancianos, marginados, olvidados de la sociedad...
Entiendo que si percibimos a Dios como lo hace Jesús de Nazaret y empezamos a vivir a su estilo, estoy seguro que tendremos un nuevo aliento, un espíritu que será más optimista, más compasivo, más tierno y menos bronco. Un espíritu desprovisto de la propiedad de la verdad, capaz de entregarse (partirse y repartirse en eucaristía) y que entiende que todos y todas son hijos de un mismo Padre.
Y quiero citar un pequeño comentario de José Antonio Pagola: "Dios no es un ser “omnipotente y sempiterno” cualquiera. Un ser poderoso puede ser un déspota, un tirano destructor, un dictador arbitrario: una amenaza para nuestra pequeña y débil libertad. ¿Podríamos confiar en un Dios del que solo supiéramos que es omnipotente? Es muy difícil abandonarse a alguien infinitamente poderoso. Parece más fácil desconfiar, ser cautos y salvaguardar nuestra independencia..."
Texto del evangelio de Juan 3,16-18


sábado, 3 de junio de 2017

Todos comprendían lo que decían

Domingo 4 de Junio de 2017

pentecostes-espiritu-santo-y-fuego
Todos sabemos lo que significa "Pentecostés" y la fiesta y reflexión que hace la iglesia cincuenta días después de la fiesta de Resurrección de Jesús.
Los apóstoles reunidos, la llegada del Espíritu Santo, las lenguas de fuego y cómo, con la fuerza de ese espíritu, los discípulos de Jesús se dirigen a la multitud llegada a Jerusalén de diferentes partes del mundo y
“todos comprendían lo que decían los Apóstoles, a pesar de proceder de diferentes lugares y ser diferentes sus lenguas”...
A pesar de haber escuchado tantísimas veces los comentarios sobre Pentecostés, siempre me quedo con unas cuantas preguntas que cuestionan nuestro modo de entender y de vivir nuestra fe en la Buena Noticia de Jesús de Nazaret y el seguimiento de su modo y estilo.
Al Espíritu Santo, después de muchas explicaciones y argumentos, lo declaramos "Dios" y vamos asumiendo todos sus dones y poderes. Juan, en una de sus cartas, nos insiste en que a Dios nadie lo ha visto... Sólo el que ama a su prójimo puede entender a Dios (como Jesús mismo insistía). Entonces se hace bien complicado tratar de exponer y explicar cómo es Dios, cómo es su aliento o espíritu, cómo es Jesús de Nazaret "sentado a la derecha del Padre"...
¿De verdad necesitamos todas esas explicaciones para seguir el camino de Jesús de Nazaret? ¿No es mucho más sencillo aceptar lo que venía siendo ya tradición de que Dios mismo, nuestro origen y raíz, tiene un "aliento" de vida, un espíritu, que se manifiesta cuando vivimos a su estilo y manera?
Hablando de Pentecostés y de las lenguas de fuego del Espíritu Santo, me ha encantado el comentario que hace Juan Zapatero Ballesteros, de San Feliu de Llobregat: "
Una de estas interpretaciones consiste precisamente en afirmar que los Apóstoles recibieron a partir de aquel momento el don de la glosolalia, según la cual recibieron la capacidad de hablar idiomas desconocidos por ellos, pero que, a su vez, correspondían a las lenguas diversas de quienes se encontraban allí presentes, razón por la cual estos entendían perfectamente lo que aquellos hablaban...
Siempre he creído que semejante interpretación suponía rizar demasiado el rizo... Para mí existe un lenguaje mucho más universal y que además resulta totalmente irrefutable.
Por tanto, si nos ceñimos a Pentecostés, fuera bueno que dejásemos de lado todo lo que se refiere a la mente, a la ciencia, al intelecto, para centrarnos totalmente en el corazón como símbolo del amor, de donde procede toda obra buena. Así pues, en Pentecostés no hay que buscar sabiduría, ni cosas por el estilo, sino transformación profunda del corazón.
Y termina su comentario diciendo: "Pentecostés significa para mí que los Apóstoles pasaron a convertirse en personas comprometidas con el bien hacia toda persona; lenguaje irrefutable y a la vez inteligible por todos hombres y mujeres."
Es un lenguaje parecido al que usó Pedro al hablar de Jesús de Nazaret  "que, ungido del aliento (espíritu) de Dios, pasó haciendo el bien y liberando a los oprimidos por el diablo... porque Dios estaba con él"...

Texto del evangelio de Juan 20,19-23

Se acerca vuestra liberación

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