viernes, 25 de septiembre de 2020

Es posible que pasen delante de nosotros

 27 de Septiembre de 2020

Una parábola más de Jesús. Seguimos con el texto de Mateo (cap. 21, 28-32). "Un hombre tenía dos hijos. Se acercó al primero y le dijo: “Hijo, ve hoy a trabajar en la viña.” Él le contestó: “No quiero.” Pero después recapacitó y fue. Se acercó al segundo y le dijo lo mismo. Él le contestó: “Voy, señor.” Pero no fue..." Y pregunta: "-Quién de los dos hizo lo que quería el padre?..."
Y José A. Pagola  lo comenta así: "También el mensaje de la parábola es claro y fuera de toda discusión. Ante Dios, lo importante no es «hablar» sino hacer; lo decisivo no es prometer o confesar, sino cumplir su voluntad. Las palabras de Jesús no tienen nada de original.
Lo original es la aplicación que, según el evangelista Mateo, lanza Jesús a los dirigentes religiosos de aquella sociedad: «Os aseguro: los publicanos y las prostitutas os llevan la delantera en el camino del reino de Dios»."
Es muy posible que cuantas veces hemos escuchado la parábola y el comentario que hace Jesús, eso de los publicanos y las prostitutas, lo apliquemos a los escribas y fariseos, a los dirigentes religiosos de su tiempo; pero siempre, o casi siempre, nosotros nos libramos. Como que no lo dice por nosotros.
Y ahí, yo no estaría tan seguro. Porque nosotros, los cristianos de siempre, los "practicantes", tenemos un carnet lleno de religiosidad y buenas obras. Los mandamientos, el ir a misa, rezar nuestras oraciones, hacer limosna (por lo menos de cuando en cuando)... Como que cumplimos con lo que manda la Santa Madre Iglesia...
Y mira por donde que todo eso me suena. Como que aquellos hombres (escribas y fariseos, hombres de religión) también cumplían y eran personas devotas. Y la Ley y el Templo eran lo más sagrado para ellos. Entonces qué faltaba en su vida? Qué podía significar eso de "cumplir o hacer lo que el padre quería"?
Y ahí apunta Jesús de Nazaret. Hacer la voluntad del padre. Creo que debió ser un estribillo constante a lo largo de su vida: la fraternidad, la compasión, el poner por delante a la persona... A toda la persona. Y de modo especial a aquellas personas despreciadas, marginadas, oprimidas,  olvidadas... Y Jesús cita a los publicanos y prostitutas porque debían de ser las más despreciadas...
Tomo nota del comentario que hace J.A. Pagola: "-¿Qué podía ver Jesús en aquellos hombres y mujeres despreciados por todos? Tal vez su humillación. Quizá un corazón más abierto a Dios y más necesitado de su perdón. Acaso una comprensión y una cercanía mayor a los últimos de la sociedad. Tal vez menos orgullo y prepotencia que la de los escribas y sumos sacerdotes..."
Al volver a escuchar la parábola de Jesús, tengo que reflexionar y preguntarme si mi vida está centrada en hacer lo que el Padre quiere... Es posible que, en más de una ocasión, no hayamos querido hacer lo que nos pide y en un pronto le decimos que no... Lo importante será que luego nos decidamos a ir a su viña, ir al mundo a nuestra sociedad, y hacer eso que nos está pidiendo.
"Los cristianos, termina su comentario J.A.Pagola, hemos llenado de palabras muy hermosas nuestra historia de veinte siglos. Hemos construido sistemas impresionantes que recogen la doctrina cristiana con profundos conceptos. Sin embargo, hoy y siempre, la verdadera voluntad del Padre la hacen aquellos que traducen en hechos el evangelio de Jesús y aquellos que se abren con sencillez y confianza a su perdón..."
Texto del evangelio de Mateo (21,28-32)


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