viernes, 15 de mayo de 2015

Proclamad el evangelio




La Ascensión del Señor
Domingo 17 de Mayo de 2015


Esta semana me adelanto a la celebración de la eucaristía del domingo porque estaré fuera de viaje. Y estaba reflexionando sobre esa palabra: "Id al mundo entero y proclamad el evangelio a toda la creación..."
Y le doy vueltas y me quedo pensando... (como si Jesús me lo dijera a mí personalmente).
Id al mundo entero... No importa donde estés, ni donde te encuentres. Qué más da lo que seas o el oficio que tengas. Da igual el color de tu piel o la lengua que hables.
Lo que importa es lo que sigue: ..."proclama el evangelio" = proclama la buena noticia.
Ésa es la cuestión.
¿Qué buena noticia?
Tal vez, después de tantos años (tantos siglos, en realidad), nos hemos quedado con muchas palabras y con pocas buenas noticias. O quizás ya no tenemos ninguna "buena noticia".
Mientras lo escribo me doy cuenta de que tengo que volver una y otra vez a "escuchar" el mensaje de Jesús de Nazaret.
Cuando le preguntan a Jesús: "Eres tú el Mesías que ha de venir a salvarnos o esperamos a otro?" Eres tú la "buena noticia" que esperamos? Jesús no les responde con una explicación larga y profunda, no les hace un sermón. Simplemente les dice: "Id y decid a Juan: Los ciegos ven, los cojos andan, los muertos resucitan y los pobres reciben la buena noticia..."
Hoy qué proclamamos nosotros? Las obras y las palabras de Jesús anuncian una vida nueva, una humanidad diferente. Son obras y palabras de vida, de salud, de acogida, de solidaridad y ternura. Algo que vence la miseria, la pobreza, la injusticia, la muerte en vida de tantos hombres y mujeres.
Y al afirmar todo eso está diciendo que, precisamente, eso es lo que Dios quiere. Por encima de todo. De ahí que ponga por delante a los más débiles, a los marginados, a los oprimidos, a los que sufren hambre y sed, a los que no tienen para vestirse, a los que sufren violencia... Y llega a decir que "el hombre es antes que el sábado", antes que la iglesia, que los rezos y oraciones, que los ritos y las devociones.
Sí, necesito reunirme con los hermanos en la eucaristía para recordar todo esto de Jesús de Nazaret, para cobrar fuerzas, para no desanimarme, para confirmar que quiero seguir a Jesús y su estilo de vida. Eso está claro. Pero el mensaje: "Id y proclamad la buena noticia..." es comenzar a vivir esa nueva humanidad en la que lo más importante es recuperar al hombre y a la mujer en lo que tienen de más humano, más tierno y compasivo. Ya nos lo decía la semana pasada: el amor.
Texto del evangelio de Marcos 16, 15-20

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