domingo, 13 de marzo de 2011

Las tentaciones


13 de marzo 2011 - 1º domingo de Cuaresma
"...fue llevado al desierto por el Espíritu para ser tentado por el diablo"

Así nos presenta la escena Mateo en el evangelio de hoy. Fue llevado por el Espíritu...
Acostumbrados a la predicación de tantos y tantos que nos han puesto como en guardia de las tentaciones, de los peligros, de las "acechanzas" del enemigo... que, como citaba el sacerdote una frase de Pedro, que es "como un león rugiente buscando a quien devorar..."
De manera que esa insistencia ha hecho que lo más fácil sea que le echemos las culpas a las tentaciones... O al diablo.

No dejo de recordar algo en lo que insiste José Mª Castillo en su libro "La Humanización de Dios". Que los evangelios están escritos desde la fe. No son libros de historia, sino de gente creyente, convencida del estilo y vida de Jesús. Y le siguen.
Y decir, en el evangelio de hoy, que fue llevado al desierto por el Espíritu para ser tentado por el diablo... puede darnos una pista de cómo entender y de cómo seguir a Jesús.
A lo largo de toda nuestra vida, supongo que todo el mundo lo habrá experimentado, podemos decir, también nosotros, hemos sido llevados por Espíritu al desierto para ser tentados.
Y hemos sentido la tentación de tantas cosas que nos pide el cuerpo (comida, placer, gusto...); o la tentación del poder, de ser más que los demás, de dominar; o la tentación de infinidad de cosas que nos apetecería poseer... Tentaciones parecidas a las de Jesús, parecidas a la de tantas otras personas.

En nuestro deseo de seguir el camino de Jesús, también están presentes todas esas tentaciones. Dejarnos llevar, buscar el camino fácil, la comodidad, pensar en mí mismo, buscarme un seguro para el más allá...

Jesús, persona como cualquiera de nosotros, con toda la pasión que sentía por el reino de Dios, vivió y experimentó la dificultad, la lentitud, el cansancio, el poco éxito, la incomprensión, y todas las tentaciones que aparecieron en su vida. Incluso, en la cruz, los evangelistas ponen en sus labios las palabras de "Dios mío, por qué me has abandonado". Tentación hasta el final.
Creo que todo cristiano lo ha tenido que experimentar muchas veces: "No es una pérdida de tiempo? No estaré equivocado? Vale la pena? Para qué sirve? A quién le importa todo esto que hago?..."
El Espíritu nos lleva al desierto para ser tentados... En medio de todas esas tentaciones el Espíritu de Dios nos lleva, nos prueba, nos hace ver la realidad que nos rodea... Sí, el gran consumo, el arrastre de la publicidad, la comodidad y el placer, y también el poder de los grandes y poderosos... Ahí están como una tentación constante.
Y en respuesta a todo eso Mateo pone en boca de Jesús palabras de la Biblia, respuesta a las tentaciones que le rodean: "No sólo de pan vive el hombre..."; "No tentarás al Señor tu Dios..."; "Sólo a Dios adorarás y darás culto..."
Y cuando Mateo presenta el sermón de la montaña, aparecen esas respuestas de nuevo. No os preocupéis tanto por la comida y el vestido... mirad los pájaros y las flores del campo. Confía en Dios que es tu padre, Él sabe bien lo que necesitas. No se puede servir a dos señores, a Dios y al dinero.
Vuelvo a escuchar a Mateo y quiero dejarme llevar por el Espíritu... Sé que seguiré siendo tentado, como todo el mundo; pero quiero caminar con Jesús, aprender su estilo de vida y fijar mi mente y mi corazón en su manera de ver y de entender mi vida.

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