El niño crecía y se robustecía, llenándose de saber
31 de diciembre 2023
Los relatos de la infancia de Jesús que nos ofrecen los evangelios nos han ayudado mucho, especialmente en nuestros años de la niñez, a crear en nuestro subconsciente una imagen de Jesús sacada de su entorno familiar. Tanto en el evangelio de Lucas como en el de Mateo se ponía el acento en el cumplimiento de las Escrituras, como habían dicho los profetas... Y, a partir de ahí, la familia de Jesús pasó a ser algo totalmente alejado de la realidad que vivían las familias judías de Nazaret y su entorno.
Las imágenes (en los belenes, en las pinturas y esculturas) nos presentan una familia más parecida al modelo de familia occidental: padre, madre y el niño.
Tal y como comenta Fray Marcos: -"El relato evangélico que acabamos de leer no es histórico, pero es rico en enseñanzas teológicas. Está escrito sesenta o setenta años después de morir Jesús. Lucas quiere dejar claro, desde el principio de su evangelio, que la vida de Jesús estuvo insertada plenamente en las tradiciones judías. Su persona y su mensaje no son realidades caídas del cielo, sino surgidas desde el fondo más genuino del judaísmo tradicional."
Creo que todos guardamos recuerdos de nuestra infancia, de nuestro entorno, y, sobre todo, de las vivencias con nuestros padres y hermanas-hermanos. Casi sin darnos cuenta, nosotros (al igual que nuestros padres y anteriormente nuestros abuelos) transmitimos nuestro modelo de humanidad. Y ahí puede estar la reflexión que debemos hacernos hoy.
Siguiendo el comentario que nos ofrece Fray Marcos, debemos ahondar en nosotros el espíritu que desarrollamos en nuestras casas. "-Debemos buscar la ejemplaridad de la familia de Nazaret donde realmente está, huyendo de toda idealización que lo único que consigue es meternos en un ambiente irreal que no conduce a ninguna parte. Sus relaciones, aunque se hayan desarrollado en un marco familiar distinto, pueden servirnos como ejemplo de valores humanos que debemos desarrollar, cualquiera que sea el modelo donde tenemos que vivirlos. Jesús predicó lo que vivió. Si predicó el amor, es decir, la entrega, el servicio, la solicitud por el otro, quiere decir que primero lo vivió él. Todo ser humano nace como proyecto que tiene que ir desarrollándose a lo largo de toda la vida con la ayuda de los demás."
Jesús, como señala el texto del evangelio de Lucas que escuchamos/leemos hoy "El niño, por su parte, crecía y se robustecía, llenándose de saber, y el favor de Dios descansaba sobre él ". Es algo que, demasiado frecuentemente, hemos pasado de largo ante ese detalle. Jesús, como todo niño y niña, fue creciendo y desarrollando. Aprendía y se llenaba de saber... Como lo hemos visto en nuestros hijos y en nuestros nietos. Si nuestra fe se basa en los milagros y maravillas que se cuentan del niño Jesús, me parece que nos alejamos del mensaje de los evangelios y de la realidad vivida por el Jesús real nacido y crecido en una familia judía de aquel tiempo y de aquel entorno.
Nosotros, seguidores de Jesús de Nazaret, tenemos que preguntarnos si los valores que transmitimos apuntan a un crecimiento en humanidad, en solidaridad, en compasión... Sería nuestra manera de seguir sus huellas.
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