sábado, 19 de agosto de 2023

¡Qué grande es tu fe!

“Que se cumpla lo que deseas”

20 de agosto 2023




Este domingo se nos propone un texto del evangelio de Mateo que deberíamos leerlo con mucha más atención de manera que nos haga ver en profundidad nuestra sociedad y nuestra Iglesia.

Es la narración del encuentro de Jesús de Nazaret con una mujer cananea… Lo que quiere decir extranjera, pagana, no judía.

Yo diría que es un canto a la mujer, a toda mujer, a esa parte de la población que es la base esencial de nuestra convivencia, de nuestra vida, de lo que la humanidad ha venido usando como instrumento imprescindible para seguir adelante.


Esa mujer cananea, pagana, no judía, tiene un problema grave en su vida (Su hija tiene un demonio muy malo) y por lo que ha oído ese hombre, Jesús de Nazaret, podría ayudarla. Y ahí va ella detrás de él gritando que le ayude…

Jesús es reticente… Esa mujer no es judía… Él se dirige y habla de su proyecto del Reino de Dios a su pueblo, a los judíos.

Pero ella llega hasta él e insiste: -“Señor, socórreme!”

Y Jesús le contesta: -«No está bien echar a los perros el pan de los hijos.»

Pero ella no se acobarda: -«Tienes razón, Señor; pero también los perros se comen las migajas que caen de la mesa de los amos.»


Yo creo que todo eso podría ser el reflejo de nuestro modo de actuar. En la sociedad, por supuesto. La mujer, aún hoy en día en el siglo XXI tiene que pelear por cada pequeño espacio que va conquistando. A todos los niveles. Es como si dentro de la humanidad hubiera niveles o escalones. Nos cuesta reconocer el papel esencial de las mujeres, de todas las mujeres (las madres, las abuelas, las jóvenes, las niñas). Y tienen que ir reclamando y protestando para que se las acepte todos esos valores que representan.

Eso en la sociedad. En nuestra Iglesia, aún después de tantos años (dos milenios), seguimos teniendo un gobierno de hombres (convencidos que están ahí por voluntad de Dios), que se sienten sagrados (consagrados dicen ellos) y que tienen una gran dificultad en ceder como hizo el propio Jesús de Nazaret…  -«Mujer, qué grande es tu fe: que se cumpla lo que deseas.»


La propuesta que Jesús de Nazaret hacía al pueblo de Israel, a su pueblo, a los judios, era la de un mundo más humano, más solidario, más compasivo y fraterno… Y finalmente entendió que ese proyecto era para todas las personas (judíos o paganos, hombres y mujeres, grandes y chicos). Que nos convirtiéramos  y cambiáramos para vivir como hijos del mismo Padre.

Y fueron numerosas las mujeres que le siguieron, se empaparon del mensaje y acompañaron a las primeras comunidades de los seguidores de Jesús.


¡Qué grande es tu fe! ¿Acaso no podríamos decir eso mismo de tantas mujeres que todos conocemos? Y no hace falta que pensemos en aquellas a las que la Iglesia ha declarado santas o que son fundadoras de Órdenes o Congregaciones Religiosas.

No. Pensemos en tantas y tantas mujeres que nos son cercanas. Y aprendamos a reconocer y agradecer su valor, su insistencia, su esfuerzo, su dedicación callada en muchos casos.

Hoy quiero que mi oración sea un gesto de agradecimiento y de valoración por todo lo que han hecho por este conjunto que llamamos humanidad.

«Mujer, qué grande es tu fe: que se cumpla lo que deseas.»

Texto del evangelio de Mateo (15,21-28)

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