viernes, 26 de mayo de 2023

¿Tengo que votar?

EL VOTO DE CADA INSTANTE

 He aquí un artículo interesante y oportuno. Sugiero que es bueno leerlo espacio, tranquilamente... Puede ser de gran ayuda.


KOLDO ALDAI AGIRRETXE, koldo@portaldorado.com
ARTAZA (NAVARRA).

ECLESALIA, 26/05/23.- La papeleta es sólo una de las infinitas formas de votar. Votamos, no cada cuatro años, sino a cada instante con la amabilidad que no cede, con la compasión que no se desgasta, con el cansancio y la queja que no nos vencen. Votamos cuando damos el paso en la puerta, la razón en la discusión, cuando sonreímos en la calle, cuando sembramos esperanza y regamos huerto sin química, cuando adquirimos ecológico y no necesariamente barato…

Votamos cada día con la cesta de la compra, con el lugar donde descansa el ahorro, donde se funde la nómina, pero también con la carrocería y los caballos del coche, con cada pedaleo bajo la lluvia, con la forma de desplazarnos al trabajo, con el saludo que brindamos a los compañeros al abrir la primera puerta del día. Votamos con el cuidado por supuesto de nuestros más cercanos, con la caricia que sobrevive, con la ternura que se traga los años y no sucumbe a la monotonía, con la fortaleza a la que nos invita toda adversidad, con la alegría que debemos a quienes nos rodean.

Votamos cuando comprendemos, empatizamos, sumamos, unimos, abrazamos… Votamos cuando tratamos de ser y no necesariamente tener, cuando optamos por una vida sencilla y por lo tanto austera, de forma que quepamos todos y todas en este planeta. Estamos continuamente optando y votando en un mundo en que debieran empezar a desaparecer los colores fundamentados en las ideologías y aflorar las fuerzas y movimientos en torno a valores y objetivos compartidos.

Ya votamos si al atardecer recogemos las astillas del bosque para prender el fuego del hogar, si el sol alimenta nuestra vida y pequeñas máquinas. La vida ghandiana que prescinde de todo lujo ya constituye de por sí un potente voto con muchas derivadas. Creemos en el retorno a la madre tierra, en la comunión humana. Creemos en el respeto y atención sagrada que debemos a los reinos animal, vegetal y mineral. El otro mundo posible a veces va en el sobre salmón y blanco, a veces en una carta de amor a la creación y a la entera humanidad, a veces en un teclear sensible, un sellar la paz en nuestras Ucranias más cercanas con las personas con las que confrontamos.

Las ideologías que nacieron en el lejano XIX debieran ceder en el empeño de modelar nuestro mundo. Cumplieron su misión. Una clase obrera explotada tenía que organizarse para conquistar dignidad. Las fuerzas más conservadoras se aliaron a su vez para intentar que nada cambiara, pero seguimos utilizando unas formaciones de otro marco y circunstancias, de otro tiempo para intentar ganar el mañana. La ideología y el sistema de partidos fragmentan y crispan hasta el punto que ya no le tenemos ganas al hemiciclo tras los leones, que la bronca parlamentaria nos supera y ya dudamos encender el noticiario. ¿Era tanto cuestión de rojo, azul, morado, amarillo, naranja… o era de cómo nos unimos de una vez por todas para salvar el futuro? ¿Era Sánchez, Feijóo, Belarra, Díaz, Abascal… o era cuestión de sumar muchos más apellidos para detener el cambio climático, la guerra, las dictaduras y opresiones de todo orden, la conculcación de los derechos humanos… y asegurar la igualdad de oportunidades, la libertad, la democracia, la sostenibilidad, sobre todo la vida en el planeta para las próximas generaciones?

Mi urna está a 700 kilómetros. Intentaré alcanzarla. En realidad, aquí ya hemos votado. Con las manos manchadas de mortero, sobre una larga escalera, cuadrando piedras derrumbadas, retornándolas a vetustos muros…, ya manifestamos nuestra opción. Reconstruir ruinas con fe y argamasa amable de cal, arena y agua, era otra forma de expresarnos.

Animo a votar. No estamos de vuelta de nada, menos aún de la necesidad de compromiso. Creo que hay que apostar por las opciones que, siquiera tímidamente, apuntan hacia los valores supremos de solidaridad humana y de amor a la tierra nuestra madre, formaciones que hayan superado el caduco paradigma de la confrontación humana. No soy por lo tanto antisistema, las ínfulas libertarias de la juventud fueron cediendo. Tengo mi edad y creo en este orden político y social. Ni mucho menos es el mejor, pero es el que tenemos, el que se ajusta a nuestra conciencia hasta el momento desplegada. Evolucionaremos y nos dotaremos de otro orden más elevado, pero mientras tanto no podemos destruir el presente. Sobrevendría el caos.

No paso, no pasamos. Pronto llegarán mis compañeros con la herramienta y ganas de tragarse el mundo, al día siguiente el camión con la arena. Nos sentimos más comprometidos que nunca; más manchados, sudorosos, agotados, entusiasmados… al cabo de cada jornada en la que intentamos poner las bases de aquel sueño 

miércoles, 24 de mayo de 2023

Recibid el Espíritu Santo

28 de mayo 2023

Fiesta de Pentecostés


Tal y como lo expresa Imma Calvo, -"En estas semanas vamos rumiando diversas facetas de la experiencia Pascual. Como se contemplan diferentes caras de un mismo poliedro, en esta ocasión celebramos Pentecostés, la fiesta del Espíritu. Sentimos que Jesús está vivo en nuestras comunidades, sus ideales son los nuestrosSu Espíritu nos anima.
Fray Marcos encabeza su comentario con estas palabras: "Dios es espíritu e imaginarlo de otra manera nos lleva a la idolatría".
Y ese espíritu, esa fuerza, ese aliento vital es la presencia de Dios en todo y en todos... Lo que sucede es que tenemos una gran dificultad para expresar lo que eso puede significar en nuestra vida.
Y sigue comentando Fray Marcos: -"No estamos celebrando una fiesta en honor del Espíritu Santo ni recordando un hecho que aconteció en el pasado. Estamos tratando de descubrir y vivir una realidad que está tan presente hoy como hace dos mil años. La fiesta de Pentecostés es la expresión más completa de la experiencia pascual."
Aquellos hombres y mujeres, después del final tan horrible de la muerte de Jesús en la cruz, fueron profundizando lentamente en el sentido de la vida misma del Maestro. Y recordaron tantas cosas que les había comunicado. Empezaron a comprender mil detalles de sus vivencias. Y ese espíritu de Dios, su fuerza, su aliento de vida comenzó a marcar sus vidas... Era algo tan difícil de comunicar y de expresar que los que escribieron las narraciones de los evangelios tuvieron que echar mano de lo que ya conocían: el Antiguo Testamento.
Es cierto que, a raíz de esos textos, los Maestros y Doctores de la Iglesia han escrito cantidad de documentos y doctrinas para explicar lo inexplicable: Dios y su Espíritu.
Incluso Pablo (San Pablo) llega a decir que sin la ayuda del Espíritu nadie es capaz de afirmar "Jesús es el Señor"... Seguro. Sin ese aliento de Dios difícilmente sabemos distinguir esa presencia y actuación en nosotros y en todo lo que nos rodea.
Como expresa Fray Marcos, -"El Espíritu no es un privilegio ni siquiera para los que creen. Todos tenemos como fundamento de nuestro ser a Dios-Espíritu, aunque no seamos conscientes de ello. El Espíritu no tiene dones que dar. Es Dios mismo el que se da, para que yo pueda ser lo que soy."
Interpretar todo esto como que el Espíritu Santo vendrá sobre nosotros (en el Bautismo, en la Confirmación) y nos cambiará la vida, nos salvará es demasiado simplista. Es como dejar que vengan de fuera a salvarme.
"Ser cristiano -continúa Fray Marcos- consiste en alcanzar una vivencia personal de la realidad de Dios-Espíritu que nos empuja desde dentro a la plenitud de ser. Es lo que Jesús vivió. El evangelio no deja ninguna duda sobre la relación de Jesús con Dios-Espíritu: fue una relación “supra personal”. Lo llama papá, cosa inusitada en su época y en la nuestra; hace su voluntad; le escucha siempre. Todo el mensaje de Jesús se reduce a manifestar esa experiencia de Dios. Toda su predicación estuvo encaminada a hacer ver a los que le seguían que tenían que vivir esa misma experiencia para alcanzar la plenitud de humanidad que él alcanzó."
La pregunta que tenemos que hacernos es cómo conectar con Dios y su Espíritu dentro de mí, en mi entorno, en la creación, en el universo, en cada una de sus criaturas... Cómo acercarme a la experiencia de Jesús e ir alcanzando esa confianza en Dios nuestro padre.
Texto del evangelio de JUAN 20, 19-23



jueves, 18 de mayo de 2023

Id y haced discípulos

Enseñadles a guardar lo que os mandé

21 de mayo 2023

Fiesta de la Ascensión

Seguimos en el tiempo pascual y este domingo celebramos la fiesta de la Ascensión.
¿Qué nos recuerda esta fiesta? ¿Qué tenemos en mente?
Seguramente, igual que a mí, nos hace pensar en esa imagen de Jesús "subiendo al cielo". También en la Primera Comunión que, en muchas iglesias, la celebran muchos niños y niñas...
¿Y eso afecta a nuestra vida?
Creo que nuestra formación religiosa ha utilizado, de una manera tal vez demasiado gráfica, representaciones e imágenes que se fueron quedando en nuestra conciencia como estampas de realidades pasadas; pero que tienen poco que ver con nuestra realidad actual.

Creo que es el evangelio de Lucas que representa a unos ángeles vestidos de blanco que se dirigen a los discípulos de Jesús diciéndoles: "¿Qué hacéis ahí mirando al cielo...?
Fray Marcos también hace el comentario: "-No podemos conformarnos con quedarnos pasmados mirando al cielo esperando que él vuelva. Esa es la mejor manera de hacer polvo todo el quehacer de Jesús en la tierra. La idea de que Dios o Jesús o el Espíritu pueden hacer en un momento determinado algo por mí, ha desvirtuado la religiosidad cristiana. Dios, Jesús y el Espíritu lo han hecho todo por mí y lo siguen haciendo en todo instante. Yo soy el que tengo que hacer algo en un momento determinado para descubrir esa realidad y vivirla."

Esa misma formación religiosa -en forma de Catequesis, Sermones y predicaciones, devociones y charlas- puede que haya influido para que cuando se habla de religión estemos pensando en cosas del pasado, en lo que sucedió y seguimos recordando, en personajes que se han quedado muy lejos de nosotros y de nuestro mundo.

"Sin embargo -como comenta José Antonio Pagola- para los primeros creyentes, Jesús no es un personaje del pasado, un difunto a quien se venera y se da culto, sino alguien vivo, que anima, vivifica y llena con su espíritu a la comunidad creyente."

Y Jesús de Nazaret, con su mensaje, con su vida, con su modo de hacer, les propuso (y lo sigue haciendo hoy en día a cada uno de nosotros) algo muy claro y muy concreto: "Id y haced discípulos..." Que es lo que Él mismo intentó a lo largo de sus años. Convencer a la gente de que es posible un mundo más fraterno y solidario en el que todos tengan cabida. Que creer en Dios no es cosa de religión, de devociones y prácticas piadosas..., sino de amor y servicio.

Entonces lo de ir por todo el mundo a predicar el evangelio y hacer discípulos es algo muy distinto a aprender el catecismo, las oraciones y todos los mandamientos que hay que cumplir.
"El mensaje de Jesús -escribe Enrique Martínez Lozanoel mensaje genuino de Jesús no fue proselitista, sino que destaca, más bien, como llamada a una fraternidad universal, basada en actitudes de confianza radical y amor incondicional.

Voy a citar una vez más a Fray Marcos: "No se trata de enseñar doctrinas ni ritos ni normas morales sino de instar a una manera de proceder. Esto está muy de acuerdo con la insistencia de los evangelios en las obras como presencia de Dios en Jesús y en los que le siguen. Si tenemos en cuenta que el núcleo del evangelio es el amor, comprenderemos que, en la práctica, el amor es lo primero que tiene que manifestarse en un cristiano.


Texto del evangelio de MATEO 28, 16-20

jueves, 4 de mayo de 2023

Somos seguidores de Jesús

 Él es el camino

7 de mayo 2023




Seguimos con el evangelio de Juan. El texto que escuchamos y/o leemos este domingo, como comenta Imma Calvo -"nos propone esta vez la simbología del camino con una triple imagen: Jesús es camino, verdad y vida. Un camino es algo muy concreto, que se puede transitar imitando el ejemplo de Jesús. Conocemos bien su forma de pensar, su escala de valores y su compromiso. Su verdad y coherencia nos llenan de confianza para ese seguimiento. Y anhelamos que la senda nos conduzca a su plenitud de vida."


Quizás la dificultad que experimentamos se debe a que nos aferramos a conocimientos, a ideas, a verdades que decimos creer. Y, fija nuestra mente y nuestro corazón en todo ello, olvidamos el camino: seguir a Jesús de Nazaret.
Lo hemos colocado tan arriba y tan lejos de nosotros que no estamos seguros de que fuera hombre de verdad. Con las fórmulas que utilizamos en nuestras celebraciones y en nuestro credo se nos hace imposible siquiera pensar en la humanidad de Jesús, en su estilo de vivir, en sus valores, en su compromiso...
Y, sin embargo, todo su mensaje es una invitación a seguir sus huellas, a cambiar y entrar en el reino de Dios. Vivir como hijos de Dios con esa confianza y esperanza puesta totalmente en ese Dios al que llama Abbá.

José A. Pagola lo comenta de esta manera: "-Para estos primeros creyentes, el cristianismo no era propiamente una religión, sino una forma nueva de vivir. Lo primero para ellos no era vivir dentro de una institución religiosa, sino aprender juntos a vivir como Jesús en medio de aquel vasto imperio. Aquí estaba su fuerza. Esto era lo que podían ofrecer a todos."

Dicho de esa manera parece increíble el cambio experimentado en la Iglesia, como institución, y en todos nosotros.
Aprender a vivir como Jesús. 

Continúa el comentario de José A. Pagola: "-Este camino es muy concreto. De poco sirve sentirse conservador o declararse progresista. La opción que hemos de hacer es otra. O nos organizamos la vida a nuestra manera o aprendemos a vivir desde Jesús. Hay que elegir: Indiferencia hacia los que sufren o compasión bajo todas sus formas. Solo bienestar para mí y los míos o un mundo más humano para todos. Intolerancia y exclusión de quienes son diferentes o actitud abierta y acogedora hacia todos. Olvido de Dios o comunicación confiada en el Padre de todos. Fatalismo y resignación o esperanza última para la creación entera."

Entiendo que nuestras comunidades cristianas deben plantearse seriamente ese objetivo. En nuestras celebraciones y encuentros, en las catequesis, en nuestra oración, en todo lo que hagamos y vivamos.


Texto del evangelio de Juan 14, 1-12


Se acerca vuestra liberación

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