El que me ama cumple mi mensaje
22 de mayo 2022
Seguimos leyendo el evangelio de Juan, esa especie de discurso de después de la cena de despedida de Jesús. Lo vamos leyendo como en muchos apartados para mejor reflexionar todo su mensaje.
"Os deseo la Paz"
Son palabras que resuenan en nuestras eucaristías, en nuestras misas: la oración que reza el sacerdote antes de la comunión ("la paz os dejo, mi paz os doy..."); el saludo o signo de paz que nos damos también.
José Antonio Pagola hace este comentario: -"Siguiendo la costumbre judía, los primeros cristianos se saludaban deseándose mutuamente la «paz». No era un saludo rutinario y convencional. Para ellos tenía un significado más profundo...
...Sin duda recordaban lo que Jesús había pedido a sus discípulos al enviarlos a construir el reino de Dios: «En la casa en que entréis, decid primero: "Paz a esta casa"». Para humanizar la vida, lo primero es sembrar paz, no violencia; promover respeto, diálogo y escucha mutua, no imposición, enfrentamiento y dogmatismo."
A poco que sigamos las noticias que nos ofrecen día a día en la televisión, en la radio, en los diferentes medios de comunicación, no hay día que no suspiremos por la paz. Hoy en día es la guerra de Ucrania; en otro momento era la de Siria... Y si prestamos atención sentiremos el clamor de tantos miles y miles de migrantes de todos los continentes que huyen de tantas otras guerras, de tantas otras esclavitudes y opresiones. Y, sin salir de casa, recibimos noticias de los abusos contra la mujer, contra los que piensan, opinan o viven de manera diferente a la nuestra...
La Paz... ¿Qué quería decir Jesús al saludar de aquella manera: -Paz a esta casa?
Como si respondiera a nuestras preguntas, José Antonio Pagola comenta lo siguiente: "-¿Por qué es tan difícil la paz? ¿Por qué volvemos una y otra vez al enfrentamiento y la agresión mutua? Hay una respuesta primera tan elemental y sencilla que nadie la toma en serio: solo los hombres y mujeres que poseen paz pueden ponerla en la sociedad."
"No puede sembrar paz cualquiera. Con el corazón lleno de resentimiento, intolerancia y dogmatismo se puede movilizar a la gente, pero no es posible aportar verdadera paz a la convivencia. No se ayuda a acercar posturas y a crear un clima amistoso de entendimiento, mutua aceptación y diálogo..."
El otro punto de reflexión que nos ofrece el evangelio de este domingo, aunque expresado en un lenguaje que no es habitual para nosotros, también es importante que intentemos captar su significado más profundo: "mi Padre le demostrará su amor: vendremos a él y nos quedaremos a vivir con él..."
Inma Calvo cuando hace la presentación de los textos y comentarios de este domingo escribe: -"En esta ocasión se nos remarca de manera muy gráfica la enseñanza de que Dios no está, no puede estar, fuera de mí, ni fuera de la creación. Es un Dios con nosotros, o más bien, en nosotros. Es el Espíritu, que ha hecho morada en nuestro ser, el que nos descubre el sentido de las enseñanzas de Jesús. Y nos infunde esa paz-confianza que nadie nos puede quitar."
Y Fray Marcos añade: -"Dios no tiene que venir de ninguna parte para estar en lo hondo de nuestro ser. Está ahí desde antes de existir nosotros. No existe "alguna parte" donde Dios pueda estar, fuera de mí y del resto de la creación. Dios es lo que hace posible mi existencia. Soy yo el que estoy fundamentado en Él desde el primer instante de ser. El descubrirlo en mí, el tomar conciencia de esa presencia, es como si viniera."
"El Espíritu es el garante de esa presencia dinámica: “os irá enseñando todo”. Por cinco veces en este discurso de despedida, hace Jesús referencia al Espíritu. No se trata de la tercera persona de la Trinidad, sino de la divinidad como fuerza (Ruaj), como Vida, como sabiduría que todo lo explica. “Santo” significa separado; pero no separado de Dios, sino separado de las actitudes del mundo. Si esa Fuerza de Dios no nos separa del mundo, entendido como lugar de enfrentamiento y opresión, nunca podremos comprender el amor..."
Dos puntos que, me parece, deberían llevarnos a una reflexión bien seria y profunda: ¿La Iglesia, mi comunidad, yo mismo, llevo la Paz? ¿Soy una persona portadora de Paz?
El segundo es la referencia a esa presencia de Dios... Rezamos y creemos que es Creador, pero se nos hace más difícil aceptar y entender que está en la creación, en nosotros... Y que su aliento (el espíritu) está ahí para enseñarnos todo. Quizás nuestra dificultad está en abrirnos a su espíritu, dejarnos invadir por él. O tal vez nos falta contactar con su señal... sí! necesitamos una wifi que nos permita captar la señal y que su mensaje llegue a nuestra cuenta.
"El que me ama, cumple mi mensaje... Y mi Padre le demostrará su amor: vendremos a él y nos quedaremos a vivir con él..."
No olvidemos que su mensaje, su mandamiento nuevo, es el amor entre nosotros... Y cuando captamos ese mensaje y comenzamos a vivir a su manera... el aliento de Dios (su espíritu) nos enseñará todo...
Texto del evangelio de Juan 14, 23-29