viernes, 25 de junio de 2021

Una actitud sorprendente

La fuerza sanadora recae en la fe y la confianza

27 de junio 2021


Seguimos escuchando/ leyendo el evangelio de Marcos, capítulo 5, que nos narra dos signos o milagros que dejaron a la gente desconcertada.

Una mujer que llevaba 12 años con hemorragia y una chica, de 12 años, que está en las últimas...

Los dos relatos están llenos de simbolismo, independientemente de la realidad vivida en cada caso: Se trata de mujeres (con toda la connotación que tenía en la religión y en la Ley judía) y para las dos se hace referencia  a los 12 años. La mujer que sufría hemorragias desde hacía 12 años (hemorragia=impura=discriminada y apartada) y la niña que, al final muere, que tiene 12 años. En ambos casos una referencia al pueblo de Israel (las doce tribus) que vive sujeto a normas y leyes que están por encima de las personas...

"En el doble relato de hoy, -escribe Fray Marcosdescubrimos un mensaje muy profundo. Por una parte, la niña y su padre son imagen de los sometidos a la institución. Jairo es un cargo público, aunque no estrictamente religioso. La mujer enferma representa a los marginados y excluidos por una interpretación demasiado legalista de la Ley. Este simbolismo se hace más claro por el anonimato de las dos mujeres, y los doce años de enfermedad de la mujer y los doce años de vida de la niña. El número doce es símbolo de Israel." 

En estas dos narraciones, al igual que en otras circunstancias, la actitud de Jesús tuvo que ser sorprendente. No hay que olvidar que se refiere a la religión y cultura de hace 2.000 años: la relación con y hacia la mujer. Incluso, hoy en día, si lo pensamos bien, seguimos teniendo trato y actitudes machistas tanto en la sociedad como en la cultura.

José Antonio Pagola hace este comentario: "Jesús adoptó ante las mujeres una actitud tan sorprendente que desconcertó incluso a sus mismos discípulos. En aquella sociedad judía, dominada por los varones, no era fácil entender la nueva postura de Jesús, acogiendo sin discriminaciones a hombres y mujeres en su comunidad de seguidores. Si algo se desprende con claridad de su actuación es que, para él, hombres y mujeres tienen igual dignidad personal, sin que la mujer tenga que ser objeto del dominio del varón. Sin embargo, los cristianos no hemos sido todavía capaces de extraer todas las consecuencias que se siguen de la actitud de nuestro Maestro. El teólogo francés René Laurentin ha llegado a decir que se trata de «una revolución ignorada» por la Iglesia." 

Por otra parte, en la narración de estos hechos (la curación de la mujer y la resurrección de la chica), además del simbolismo que apuntan, hay algo que nos tiene que hacer reflexionar: el objetivo mismo de Jesús. El Maestro sale a los caminos de Galilea a proclamar la Buena Noticia del Reino de Dios y va señalando con su actitud, con sus palabras y con sus obras cómo vivir y cómo acoger ese Reino que ya está dentro de nosotros... 

Como comenta Fray Marcos: "Pensar que la obra de Jesús se puede encerrar en tres resurrecciones y en una docena de curaciones, es ridiculizar su figura. Objetivamente, los curados volverán a enfermar y entonces no estará allí Jesús para curarlos. Los resucitados volverán a morir sin remedio. Jesús no puso el objetivo de su misión en una solución de los problemas. La salvación de Jesús es para todos y en cualquier circunstancia; También para los enfermos, marginados, explotados..." 

Tenemos que asumir las dificultades, los problemas, la enfermedad y la muerte como limitaciones propias del ser humano. Por eso, nuestro objetivo y nuestra aspiración no es la persona perfecta, sin males, sin enfermedad y sin muerte... Y tampoco poner todo eso como garantía del futuro en una salvación eterna. A Jesús de Nazaret le importaba la persona (hombres y mujeres) con una vida de hermandad, llena de ternura y compasión especialmente hacia los débiles y marginados, hacia los que menos tienen y menos pintan en la sociedad...

Por eso, al reunirnos como comunidad cristiana, tenemos que poner en nuestra mente y en nuestro corazón esa actitud sorprendente de nuestro Maestro.

Texto del evangelio de Marcos 5, 21-43


viernes, 18 de junio de 2021

La otra orilla

¿Por qué somos cobardes? ¿No nos fiamos?

20 de Junio de 2021



El texto del evangelio que escuchamos o leemos este domingo (tomado del evangelio de Marcos) nos narra lo de la tempestad calmada... Los discípulos suben a la barca con Jesús y, cuando están en mitad del lago, se desata una tempestad... Y Jesús dormía.

Cuando leía este texto siempre pensaba: qué bueno seria tener a Jesús en nuestra barca, en nuestra casa, en nuestro barrio, en nuestro trabajo... y cuando las cosas se ponen feas, cuando surgen los problemas, poder echarle un grito a Jesús: -No te importa que nos hundamos? Y Jesús nos sacaría de apuros y problemas...

No acababa de verle el sentido. La narración, fuera lo que fuese que sucedió, es una cosa; pero con referencia a nuestra vida actual ¿qué sentido podría tener?

En la última reunión que tuvimos en nuestra parroquia hablamos de la puesta en marcha de las UAP (Unidad de Acción Pastoral), algo que se va haciendo aquí en la iglesia de Navarra. Y casi lo primero que se nos planteaba era qué tipo de iglesia queremos, qué es lo que nos motiva para seguir a Jesús...

Y es que todos hemos recibido tanta doctrina, tantas fórmulas y dogmas que, a lo mejor, hemos perdido la orientación del mensaje de Jesús, su Buena Noticia del Reino de Dios. 
En los comentarios se hicieron referencias a textos y lecturas del Antiguo Testamento y lo dificil que se hacía a la gente de hoy entender y aceptar algunas cosas que allí se leen... Y así se no hizo larga la reunión. Pero sí apareció claro lo de centrarnos en Jesús mismo y su mensaje, en la comunidad de hermanos que quiere seguir las huellas del Maestro (en la Acogida de los más desfavorecidos, en la Orientación de los niños y jóvenes -Catequesis-, en nuestras Celebraciones). Siempre pensando en una comunidad de Hermanos y Hermanas con participación plena y sin ese peso estructural y jerárquico que define a nuestra Iglesia Oficial.

Pues bien, para entender mejor el texto de hoy, como siempre, he echado mano del comentario de Fray Marcos: -"Jesús pide a los discípulos que vayan a la otra orilla. Está haciendo referencia al paso del mar Rojo. Aquel paso les llevó a la tierra prometida. La otra orilla del mar de Galilea era tierra de gentiles. Es una invitación a la universalidad, más allá del ámbito judío, que se opone a la apertura. La primera “tormenta” que se desató en el seno de la comunidad cristiana fue precisamente por el intento de apertura a los paganos..." 

Luego sigue la escena de la tempestad, del miedo que pasan, de Jesús dormido y el gritarle para que les salve... Y Jesús que les dice: (Sigue comentario de Fray Marcos): -"¿Por qué sois cobardes? ¿Aún no tenéis fe? No son preguntas, sino constataciones de una evidencia. Ni confiaban en sí mismos ni confiaban en él. Aquí tenemos otra clave para la reflexión. Confiar en un Dios que está fuera y actuará desde allí nos ha llevado siempre al callejón sin salida del infantilismo religioso. Una vez más queda manifiesto que la fe no es la aceptación de unas verdades teóricas, sino la adhesión confiada a una persona. Jesús les acusa de no confiar ni en Dios ni en él ni en ellos..."

Al leer todo esto estaba recordando nuestros comentarios y propuestas en la reunión de la parroquia. Está claro que tenemos miedo, que somos cobardes, que no nos acabamos de fiar, que hay dificultades, que aquella iglesia de cristiandad, en la que veíamos las iglesias llenas todos los domingos, ya no existe; que muchísima gente (la inmensa mayoría) ya no pisa la iglesia a no ser para una boda, un funeral y algunas comuniones y bautizos... Es toda una tempestad en la Organización misma de la Iglesia. Y, sí! parece que Jesús está dormido, que no le importa lo que nos pase...
Pues eso, ¿por qué somos tan cobardes? ¿no nos fiamos? Está claro que sólo somos como ese granito de mostaza, o un poco de levadura. o un granito de trigo que cae en la tierra... y tiene que morir para dar fruto.

Entiendo que tenemos delante de nosotros una invitación para ir a la otra orilla (dejándonos de seguridades y normas y preceptos de cumplimiento) y encontrar a esa muchedumbre de personas que, en muchos casos, han perdido hasta la esperanza o sufren una soledad terrible. Y, en segundo lugar, vivir y experimentar nuestro seguimiento de Jesús como una fraternidad de hermanos y hermanas que cada día hacen más real su confianza en Él.

Texto del evangelio de Marcos (4,35-40)


viernes, 11 de junio de 2021

Aprender a estar, mirar y contemplar

"Sin que él sepa cómo..."

13 de Junio de 2021


Este fin de semana el evangelio de Marcos nos reseña dos parábolas pequeñitas: "El hombre que siembra la semilla en la tierra: que pasan las noches y los días, y sin que él sepa cómo, la semilla germina y crece; y la tierra, por sí sola, va produciendo el fruto.."  Y la parábola del grano de mostaza que, una vez sembrado, crece y se convierte en el mayor de los arbustos y echa ramas tan grandes, que los pájaros pueden anidar a su sombra.»

Al leer y reflexionar sobre estas dos pequeñas parábolas me doy cuenta de que, casi siempre, nos hemos quedado en comentar la fuerza de la semilla; el crecimiento y desarrollo del reino de Dios; la dinámica de la Iglesia que partiendo de una comunidad pequeña se ha hecho grande y está presente en todos los países del mundo... Y ahora, siguiendo los comentarios de otras personas, me parece que, también nosotros, tenemos que aprender a estar, a mirar y a contemplar la realidad misma que nos rodea, a las personas y a las cosas.

José Antonio Pagola  nos ofrece esta introducción: "Esta parábola, tan olvidada hoy, resalta el contraste entre la espera paciente del sembrador y el crecimiento irresistible de la semilla. Mientras el sembrador duerme, la semilla va germinando y creciendo «ella sola», sin la intervención del agricultor y «sin que él sepa cómo»..."  "Acostumbrados a valorar casi exclusivamente la eficacia y el rendimiento, hemos olvidado que el evangelio habla de fecundidad, no de esfuerzo, pues Jesús entiende que la ley fundamental del crecimiento humano no es el trabajo, sino la acogida de la vida que vamos recibiendo de Dios..."

La mentalidad y la cultura de nuestro tiempo nos empuja a valorar por encima de todo la eficacia, el rendimiento... El dinero, la empresa, el negocio nos empujan a ser efectivos, a rendir y producir, a tener una cuota de resultados. Y todo eso lo hemos trasladado, también, a la vida y, quizás, a la religión y la vida de la comunidad cristiana.

Pero esa manera de pensar y de actuar nos lleva poco a poco a ponernos como meta los buenos resultados y calificaciones con derecho a premio, como que sumando y restando lo conseguido en nuestra vida nos ganaremos el premio de la Vida eterna.

Entonces me doy cuenta de que en la vida, en la mía y en la de todos, hay tantísimas cosas que son puro don, verdaderos regalos que recibimos y tenemos al alcance de la mano "sin que sepamos cómo..." Empezando por mi propia vida.

"Necesitamos aprender a vivir más atentos a todo lo que hay de regalo en la existencia; despertar en nuestro interior el agradecimiento y la alabanza; liberarnos de la pesada «lógica de la eficacia» y abrir en nuestra vida espacios para lo gratuito..." (José Ant. Pagola)

Gratuidad - Agradecimiento - Alabanza. Tres palabras y tres actitudes que las guardamos en lo más hondo de nuestra vida como una ropa que se usa poco. Y, sin embargo, son como la sal de la vida. El gesto y el pequeño detalle de la persona mayor que nos saluda; la vecina que nos sonríe; el niño que ayuda a la mamá a llevar las cosas; el señor que nos orienta y nos informa; las personas que comparten lo que tienen... Si pasamos de largo sin apreciar todos esos detalles gratuitos, tampoco seremos capaces de agradecer, de gozar en nuestro interior, de alabar y dar gloria a Dios... Es el detalle de este momento, captar el presente no queriendo perder esa mini-realidad que, en definitiva, es la única que puedo saborear.

"Hemos de agradecer a tantas personas que alegran nuestra vida, y no pasar de largo por tantos paisajes hechos solo para ser contemplados. Saborea la vida como gracia el que se deja querer, el que se deja sorprender por lo bueno de cada día, el que se deja agraciar y bendecir por Dios." (José Ant. Pagola)

Texto del evangelio de Marcos (4,26-34)


viernes, 4 de junio de 2021

Reunidos en el nombre de Jesús

"En memoria mía"Comulgar con la vida de Jesús


Fiesta del Corpus. En otros tiempos no hacía falta explicar mucho qué significaba la fiesta que celebramos. Además de la misa con sus cantos, su incienso y demás ritos propios de las grandes solemnidades, había luego la procesión por calles adornadas de guirnaldas, plantas y flores. Y se completaba con la participación de los niños y niñas que habían hecho su Primera Comunión.

Hoy en día, con las limitaciones que la pandemia nos ha impuesto, nos queda ese recuerdo. Y, quizás, el sentimiento de que hemos perdido algo más importante. Nos vemos obligados a preguntarnos: -¿Qué es para nosotros la Eucaristía? -¿Qué importancia tiene para nosotros la Misa?

Hubo un tiempo en el que se decía la misa en latín y toda la celebración andaba rodeada de misterio y de cierta magia cargada del poder de convertir el pan y el vino en el cuerpo y la sangre de Cristo.
Hoy nuestra celebración es más sencilla, más a nuestro alcance; aunque se siga utilizando una terminología y unas expresiones que están muy lejos de la cultura y el lenguaje actual.

"La fiesta del Corpus Christi -comenta Inma Calvonos brinda la ocasión de profundizar en el significado de la fracción del pan y poner el acento en lo más importante: comulgar con la vida de Jesús, seguir su ejemplo, hacernos ‘pan partido’ para los demás..."

Fray Marcos nos ofrece unos comentarios y explicaciones que nos pueden ayudar a captar el sentido profundo de la Eucaristía, la fracción del pan:

--"El primer aspecto que debemos revisar hoy es la presencia real. Quede bien claro, que no se trata de negar la presencia... La distorsión de la presencia fue el final de un proceso muy largo. Empezó por guardarse algo del pan consagrado para que pudiera participar de la eucaristía el que no había podido asistir. 
El paso siguiente fue el conservar siempre algo de pan (reserva) para poder ayudar a los que se encontraban en peligro de muerte. Más tarde se vio la necesidad de colocar las especies en recipiente y lugar más dignos. Terminó por ponerse en el centro de la iglesia para que fuera adorado. El convertirlo en objeto de devoción y piedad privada, alejó al pueblo del verdadero valor del sacramento..."

--"Ayudó mucho a este desenfoque la traducción inadecuada de la palabra “cuerpo” de la antropología judía por nuestro cuerpo. Para la antropología judía del tiempo de Jesús cuerpo no era la carne, sino la persona...  La traducción debía ser: esto es mi persona; esto soy yo. Pero bien entendido que “esto” no se refiere a la cosa pan, sino al pan partido y repartido..."

--"El principal aspecto que debíamos recuperar es el de memoria... Aunque es importante saber lo que Jesús hizo, lo más importante es el sentido que él quiso dar a esos gestos y palabras. Jesús se desvinculó del sentido de la Pascua judía para dar otro sentido a la celebración. Al decir “esto soy yo”, está afirmando lo que él es como persona viva. Al decir “esto es mi sangre”, está tratando de manifestar lo que es como persona muerta, machacada, “matada”..."

--"El otro aspecto que es urgente recuperar en toda su importancia es el de comida. Todos los textos hacen hincapié en el aspecto de celebración de la comunidad reunida. Compartir la mesa era, para ellos, compartir la vida, clave para entender el significado profundo de lo que celebramos. Pablo llega a decir que si hay división, entre los ricos y pobres, no es posible celebrar la eucaristía. Si se trata de un sacramento, no puede ser una cosa en sí, sino una acción y además, comunitaria. En aquella cena última se nos afirma que compartir el pan es identificarse con Jesús. Vivir en sintonía con él..."

--"Si se trata de una celebración comunitaria, la que celebra es la comunidad. El cura puede decir Misa, pero no habrá verdadera eucaristía si no hay dos o más reunidos en su nombre..."

He preferido aportar los comentarios de Fray Marcos para no repetir los tópicos que tantas veces hemos escuchado sobre la Eucaristía y nuestras celebraciones dominicales. Creo que son aspectos que nos pueden ayudar a profundizar en nuestra manera de participar en la misa y de comprender su significado y a lo que nos compromete.

José Antonio Pagola termina su comentario de esta manera: -"Celebrar la eucaristía es hacer memoria de este Jesús, grabando dentro de nosotros cómo vivió él hasta el final. Reafirmarnos en nuestra opción por vivir siguiendo sus pasos. Tomar en nuestras manos nuestra vida para intentar vivirla hasta las últimas consecuencias..." 


Texto del evangelio de Marcos (14,12-16.22-26)


Se acerca vuestra liberación

Esta despiertos en todo tiempo 1 de diciembre 2024 Este domingo comenzamos el tiempo de Adviento. Acostumbramos a celebrarlo como una prepar...